Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales

Realismo social (Nuevo)
 
Alejandro Carrera Tundidor
Universidad Complutense de Madrid

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En la Filosofía de la ciencia social y en la ciencia social, a mediados de los años 70, ha surgido un nuevo enfoque: el realismo científico, naturalismo crítico, realismo crítico o nuevo realismo social (Sylvain y Glasner, cap.5). Este enfoque se ha desarrollado en los últimos veinte años, a partir del realismo formulado, en el ámbito de las ciencias naturales, por el filósofo oxoniense, de origen neozelandés, Rom Harré. Entre sus representantes originales figuran: los británicos Russell Keat, John Urry (sociólogo), Ted Benton (sociólogo), Ray Bhaskar y William Outhwaite (sociólogo). En los años 80 el nuevo realismo social se ha ido extendiendo a Estados Unidos, México y España.

1. Interpretación del realismo

Lo primero que tenemos que mostrar es la interpretación del realismo que aceptan los nuevos realistas sociales. Actualmente, en el mundo anglosajón, hay muchos filósofos realistas de diferentes orientaciones (Ver, en esta Terminología, el artículo Realismo). Por lo que tenemos que aclarar en qué consiste el realismo de los nuevos realistas sociales (Ver Outhwaite, 1987, especialmente págs. 45-46).

1.1. Los nuevos realistas sociales distinguen entre los conceptos y modelos de los científicos, y entre las entidades reales y sus relaciones reales que constituyen la naturaleza.

Los nuevos realistas sociales consideran que las entidades y relaciones que constituyen la naturaleza, son independientes de los conceptos y modelos que formulan los científicos para representarlos. Por esto, son realistas. La realidad natural existe con independencia de los científicos y sus modelos. Los científicos tratan de representar con sus modelos la realidad.

1.2. La realidad está estratificada en los siguientes dominios: el dominio de lo real, el dominio de lo actual y el dominio de lo empírico.

Los nuevos realistas sociales diferencian entre las experiencias de los científicos naturales, los acontecimientos que tienen lugar en el mundo y las estructuras y mecanismos que constituyen la naturaleza. Las experiencias, los acontecimientos y las estructuras que constituyen la naturaleza son todos reales. Ahora bien, el dominio de lo actual es más amplio que el dominio de lo empírico. Y el dominio de lo real, aún es más amplio que el dominio de lo actual. Lo que existe es independiente de lo experienciable, aunque esto es parte de lo real. Hay acontecimientos de los que los científicos naturales aún no tienen noticia ni saben lo que los determina. Incluso puede haber clases de acontecimientos respecto a los cuales los científicos nunca lleguen a conocer su explicación. Igualmente, tenemos que suponer que hay acontecimientos del universo de los que los científicos no tienen la menor idea y no tienen, por lo tanto, la menor noción de las estructuras y mecanismos que los determinan.

1.3. Las relaciones causales son concebidas como tendencias.

Cuando hablan los científicos de que algo X causa algo Y, hay que analizarlo, según los nuevos realistas sociales, de la siguiente forma: X causa Y mediante la actuación de algún mecanismo M. A las conexiones entre el estímulo (la causa) y el efecto de una relación causal, se las denomina mecanismos. Las oraciones causales enuncian tendencias; que E (el efecto) se producirá si C (la causa), siempre y cuando no haya interferencias.

1.4. El rechazo del empirismo y del convencionalismo.

El conocimiento científico no se reduce a la experiencia. Tampoco es una forma útil de hablar sobre la experiencia. Los científicos conocen la realidad, y sus modelos son representaciones de la realidad.

1.5. Una explicación científica es una explicación en términos de mecanismos.

Las explicaciones científicas no tienen que tener la estructura de un argumento. No es un argumento deductivo en el que aparezcan uno o más enunciados universales en las premisas. Tampoco es un argumento inductivo, en el que en las premisas aparezcan enunciados probabilísticos. Una explicación científica consiste en determinar los mecanismos de producción de aquello que se trata de explicar. Una explicación científica de algo nos muestra por qué y cómo ese algo se da.
 

2. Los supuestos de una ciencia social realista

Voy a enunciar los supuestos que aceptan los nuevos realistas sociales para la ciencia social (ver Andrew Sayer).

2.1. El mundo histórico socio-cultural es independiente del conocimiento que tengan de él los científicos sociales.

El mundo histórico socio-cultural existe con independencia del conocimiento que tengan los científicos sociales de él. Existen los partidos políticos, los grupos de presión, las burocracias, los juzgados, las fuerzas de seguridad, los ejércitos, los estados federales, las ideologías, las subculturas, las elecciones generales, autonómicas y locales; las clases sociales, la movilidad social, la pobreza y la desigualdad; los grupos étnicos y las minorías; los estados, las democracias liberales y las guerras; las familias y el matrimonio; la educación; los medios de comunicación de masas; las religiones; la división del trabajo; la alienación; los sindicatos y las organizaciones empresariales; las huelgas; el paro; la globalización del mundo social; las organizaciones internacionales; el crecimiento continuo de la población mundial; la polución; las revoluciones y los movimientos sociales; el capitalismo...

Todo lo anterior existe con independencia de que haya científicos sociales que lo investiguen sistemáticamente y enuncien un conjunto de ideas racionalmente aceptables acerca de ello. Las guerras han existido y existen con independencia de que se investigue su naturaleza, se trate de establecer sus clases y se busquen explicaciones de éstas.

2.2. El conocimiento del mundo histórico socio-cultural es falible y se desarrolla a partir de algún marco conceptual.

El conocimiento que tienen los científicos del mundo social es falible. Llamamos conocimiento científico, en un momento, a lo que en él consideran los científicos sociales como racionalmente aceptable: lo que ha superado la crítica racional y empírica. Ahora bien, en función de nuevos elementos de juicio, en un momento T1, los científicos sociales pueden considerar que lo que aceptaban en To es parcial o totalmente rechazable. La manera de considerar las sociedades como organismos típica del siglo XIX, hoy la rechazan. La manera de considerar el pluralismo norteamericano las democracias liberales, la consideran hoy, la mayoría de los politólogos, sólo parcialmente aceptable. El conocimiento social está en continuo desarrollo, en función de la investigación empírica y de la teorización científica. El conocimiento de los científicos sociales está determinado, en primer lugar, por los marcos conceptuales propios de sus culturas/subculturas e ideologías. Estos esquemas conceptuales son criticados y modificados a través de la crítica racional desarrollada por los científicos sociales. Sin embargo, siempre observan, hablan de y explican el mundo social mediante algún sistema conceptual, del que son más o menos conscientes, que han desarrollado de una forma más o menos sistemática y de una manera más o menos coherente. Todo hablar del mundo social es interpretativo. Incluidos los informes sobre los "hechos sociales duros"; por ejemplo: sobre las tasas de natalidad o suicidio de una población dada.

No hay que pensar, sin embargo, que las teorías y los modelos científicos sean impermeables a la investigación empírica sistemática. Esta puede mostrar que ha habido, por ejemplo, revoluciones sociales que no satisfacen las condiciones enunciadas por Theda Skocpal; o que existen poliarquías que no cumplen las condiciones afirmadas por Robert A. Dahl. De modo que los científicos sociales tendrán que modificar estas teorías de una u otra forma.

2.3. El desarrollo del conocimiento científico se produce por un proceso de reformas continuas.

Tanto la concepción acumulativa de los filósofos clásicos de la ciencia norteamericanos como la del historiador de la ciencia norteamericano T.S. Kuhn, del desarrollo del conocimiento científico, son rechazadas por los nuevos realistas sociales. El desarrollo del conocimiento científico es un proceso en el que se mezclan la continuidad y el cambio en relación con los materiales empíricos y cognitivos considerados. La Astronomía del siglo XVII cambió la manera de considerar los científicos el Sol, la Tierra, los planetas... y sus relaciones. Pero se siguió haciendo referencia al Sol, a la Tierra, a los planetas... Es decir, en la revolución científica del siglo XVII hubo tanto cambio como continuidad. Los grandes desarrollos en la historia de la ciencia los han realizado los reformistas, no los "revolucionarios jacobinos" (los que trataban de destruir completamente el viejo orden científico y crear, de la nada, uno nuevo) ni los conservadores. La ciencia tiene un carácter reformista, va automodificándose en función de la investigación empírica y de la teorización científica. Las teorías actuales sobre las clases sociales o el cambio social no son absolutamente continuistas ni tampoco son revolucionarias en relación con las de los clásicos. El estudio actual de la estratificación social toma en consideración tanto materiales marxianos como materiales weberianos. La teorización actual sobre el cambio social, igualmente, toma en consideración tanto materiales cognitivos evolucionistas como marxianos.

2.4. El mundo histórico socio-cultural está diferenciado y estratificado.

El mundo social, como el mundo natural, está compuesto de una pluralidad de tipos de entidades, acontecimientos, procesos y sus relaciones, que tienen caracteres propios. El mundo social no es un caos. Ni es un mundo indiferenciado de fenómenos sociales. Es un mundo diferenciado y estructurado. Es un mundo donde las entidades sociales tienen un mayor o menor grado de complejidad; desde las personas al sistema mundial, pasando por los grupos sociales (las organizaciones y movimientos sociales, por ejemplo), las instituciones sociales y políticas, los estados... Aquí los científicos sociales tienen que tener cuidado en no utilizar analogías organicistas que les desorienten. El mundo social está estratificado, pero no en el sentido de la relación entre partículas subatómicas, átomos, moléculas, sustancias químicas, minerales, plantas y animales. Los tipos de entidades naturales existentes tienen una estructura, unas propiedades y unos poderes causales determinados. Gozando de una existencia con un grado de autonomía superior al de las realidades sociales. Las estructuras sociales y políticas existen determinando e influyendo en el comportamiento social de los seres humanos y grupos sociales que actúan en el escenario histórico socio-cultural. Toda explicación científica política o sociológica tiene que tener un componente estructural. Lo que no es lo mismo que decir que los acontecimientos y procesos sociales y políticos puedan ser comprendidos exclusivamente en términos estructurales.

2.5. Los fenómenos sociales dependen de los conceptos de los agentes sociales.

Los científicos sociales, al iniciar sus investigaciones, se encuentran con un mundo interpretado por los agentes sociales (individuales y colectivos) del ámbito que pretenden estudiar. Las interpretaciones de los científicos sociales tendrán que ser reinterpretaciones que desarrollan a partir de las interpretaciones de los actores sociales. Los científicos sociales explicitan, corrigen, completan y sistematizan; partiendo de la forma en que las personas y los grupos sociales se perciben a sí mismos y al resto del mundo social. Los conceptos de los científicos sociales han de estar vinculados al marco conceptual de los agentes que estudian. Los métodos propios de las ciencias sociales estarán en función de que éstas estudian a las personas y su comportamiento social. Las encuestas, la observación participante y el análisis de las conversaciones, por ejemplo, tienen sentido en las ciencias sociales por las características de las personas. Sería absurdo que los científicos utilizaran estos métodos en la física nuclear, la bioquímica o la geología.

2.6. La ciencia es un conjunto de prácticas sociales.

La ciencia es una empresa social y, como tal, susceptible del análisis científico social. De aquí, la importancia de la sociología de la ciencia. Pero no tiene que caer la sociología de la ciencia en los extremos estructuralistas de los escoceses, de Edimburgo, del "programa fuerte" (Angel Manuel Molina Montoro, 2000 [1997]). La sociología de la ciencia tiene que evitar los extremos de un cientismo positivista hoy inaceptable y de un subjetivismo o relativismo igualmente rechazables. Para comprender adecuadamente la ciencia, también hay que desarrollar análisis lingüísticos (sintácticos, semánticos y pragmáticos) tanto del lenguaje científico como del lenguaje común. Téngase en cuenta que los científicos sociales estudian el comportamiento social de las personas y los grupos sociales, y éstos utilizan, en la inmensa mayoría de los casos, el lenguaje común como medio de comunicación. Por último, hay que desarrollar investigaciones retóricas sobre la ciencia. Entendiendo por retórica el estudio sistemático de la comunicación persuasiva. La retórica de los científicos es diferente de la retórica utilizada por los eclesiásticos, los políticos, los publicitarios, los profesionales de los medios de comunicación o los seductores. Hay que estudiar las distintas formas de comunicación persuasiva científica y los mecanismos de persuasión que utilizan.

2.7. La ciencia social tiene que ser crítica en relación con sus objetos.

La ciencia social tiene que ser necesariamente crítica. La dimensión crítica de la ciencia social no es algo opcional, ni algo exclusivo de científicos sociales "izquierdistas", profundamente insatisfechos y molestos con el orden social y político actualmente existente. La ciencia social que no sea crítica es, simplemente, mala ciencia social. La crítica científica social está íntimamente vinculada a la explicación científica social. La explicación científica social está determinada por los resultados de la crítica científica social. Entre la descripción científica social y la explicación científica social es necesaria la crítica social.
 

3. Ontología social

Tenemos ahora que explicitar la ontología social que aceptan los nuevos realistas sociales. Dicho en otros términos, ¿qué concepción general aceptan del mundo social? La idea que se tenga de la explicación científica está influida por la idea que se acepte sobre lo que es la ciencia, y ésta por la concepción general que se tenga, de forma más o menos consciente y desarrollada, de la realidad. Dicho en términos técnicos, por la ontología que se acepte. Lo primero que hay que analizar, al estudiar una perspectiva, una teoría o una explicación social, son los presupuestos del autor/es de las mismas. La ontología social del nuevo realismo social se desarrolla en contraposición con la ontología del individualismo. La ontología del nuevo realismo social es una ontología relacional (ver Bhaskar, 1989, págs. 31 y 72; Isaac, págs. 11-112; Gould, cap. 2 y Carrera Tundidor, 2000 [1994], cap. 9).

3.1. El individualismo abstracto.

La ontología individualista aparece en el individualismo liberal que tiene como principales exponentes a los clásicos del liberalismo como Locke, Jefferson, Bentham, James Mill y J.S. Mill; así como a filósofos analíticos contemporáneos como los británicos Benn y Peters. El individualismo liberal está tan extendido que casi podríamos decir que constituye la idea de "sentido común" que tienen los ciudadanos corrientes de los llamados estados liberal-democráticos. Pero esto no nos debe hacer olvidar que sus orígenes se remontan al siglo XVII en Inglaterra y que sus primeras formulaciones se debieron a autores como Locke que eran liberales, pero no demócratas. Esto es importante porque se tiende a confundir, actualmente, el liberalismo y el democratismo. Se puede ser liberal y no ser demócrata. La teoría política del individualismo liberal presupone una ontología, el individualismo abstracto.

El individualismo abstracto, como su nombre indica, abstrae las características concretas de las personas. Las uniformiza en cuanto seres humanos o miembros de la especie humana. De este modo el presidente de la banca Rothschild, del banco Barclays o de la Shell Petroleum, son iguales que un parado de 26 años, que nunca ha trabajado y que vive en un suburbio de Newcastle; que una mujer, abandonada por su marido, con cuatro hijos y que trabaja limpiando una hamburguesería de Bristol; o que un trabajador de 50 años de una empresa de Glasgow que está siendo sometida a un proceso de "racionalización", con objeto de ser más competitiva. Todas estas personas son seres humanos. Es más, el hecho de que todas sean ciudadanos británicos con una serie de derechos, incluido el derecho al voto, da pie a que todos sean considerados como ciudadanos iguales. El individualismo liberal, en sus formulaciones más recientes, considera que todas las personas son iguales con relación a sus derechos y libertades fundamentales. Y estas personas son consideradas como independientes las unas con relación a las otras. Viven en el mismo estado, pero son seres independientes. Son átomos sociales que pueden constituir agregados sociales, pero, en tanto que átomos, tienen una existencia independiente y sus características no se ven afectadas de forma fundamental por sus interacciones y relaciones con los otros individuos.

El individualismo liberal (teoría política), el individualismo abstracto (ontología) y el individualismo metodológico están conectados. Como igualmente están ligados al mito, predominante en el pensamiento anglosajón desde el siglo XVIII, de la "human nature". Donde esta "naturaleza humana" tiene, como notas fundamentales, la libertad entendida como ausencia de coacción externa, la racionalidad y el interés propio; características, todas ellas, consideradas como condiciones necesarias para el desarrollo de actividades económicas provechosas. El "ser humano genérico" de este tipo de pensamiento se parece demasiado a un comerciante, que pueda buscar su propio beneficio de forma racional en un mercado donde no se encuentre limitado en sus actividades económicas. Y, ciertamente, ver a todos los hombres, en cuanto hombres, al margen de la sociedad, en la que vivan, y de su cultura, como "comerciantes", requiere mucha imaginación. Este pensamiento que pretende centrarse en los hombres concretos e individuales (que pretende ser empírico) genera una de las teorías y especulaciones más injustificadas de la historia del pensamiento humano.

El individualismo abstracto no está equivocado al iniciar su análisis ontológico centrándose en los individuos, en las personas concretas. Lo que sucede es que después de apuntar hacia los seres humanos concretos, los pierde inmediatamente al tratar de enunciar su "naturaleza humana" en términos abstractos y proyectando sobre ellos una serie de rasgos que no tienen absolutamente nada de universales. El individualismo abstracto pretende partir de los hombres concretos para luego desarrollar una idea de hombre que poco o nada tiene que ver con la mayoría de los seres humanos que han habitado, y habitan, la Tierra. Las características y capacidades de las personas concretas no sólo quedan sin ser explicadas, sino que son eliminadas. Se elimina la necesidad de presentar algún "explanans", haciendo desaparecer el "explanandum". Las personas desaparecen al centrarse, el individualismo abstracto, en sus acciones, que se tratan de explicar en términos de racionalidad e interés propio (las características que utilizan para enunciar la "naturaleza humana" universal). De esta forma, el hecho de que esas personas tengan mayor poder económico, social, y político que otras, resulta ininteligible. Porque, aún suponiendo que todos los seres humanos al actuar sean racionales y busquen su propio interés (que es mucho suponer), resulta que unos tienen más poder que otros al desarrollar cualquier tipo de actividad. No podemos eliminar las diferencias como hacen los individualistas abstractos, porque el mundo histórico-social nos resultará absolutamente incomprensible. No podemos presentar a los seres humanos como iguales por medio de algún modelo de hombre genérico cuando son desiguales. Son desiguales en cuanto a sus características y capacidades. El presidente de la Shell Petroleum será igual, a la señora de Bristol a la que aludíamos anteriormente, en cuanto ser humano y ciudadano británico, teniendo los mismos derechos; pero no se parecen en nada desde un punto de vista económico y sociocultural. Si queremos comprender sus características y sus actividades, tenemos que introducir sus diferencias económicas y socioculturales.

Las personalidades o caracteres de los seres humanos reales, lo que son y lo que pueden hacer no es algo innato e inmodificable. Está influido por el conjunto de interacciones y relaciones sociales en las que han participado y en las que toman parte. Lo que hacen y desean las personas está influido por el conjunto de sus relaciones sociales actuales y pasadas. Las clases de acciones y los propósitos de las personas cambian con sus relaciones sociales. Para comprender la personalidad de un ser humano, sus propósitos y sus acciones, tenemos que conocer sus relaciones sociales, con quiénes interactúa de forma más o menos continua.

El mundo social es un mundo histórico. Era diferente en la época del Imperio Romano que en la Edad Media. Bristol era diferente en la época de la Guerra Civil inglesa que en la época victoriana o que lo que es hoy. Ahora no se puede ser, en sentido literal, un esclavo o un siervo en Bristol. Se puede ser parado "estructural" de 55 años; joven de 22 años que cobra un subsidio y que nunca ha trabajado; persona que friega en una hamburguesería; o, un ser humano de 35 años que hace trabajos eventuales sin seguridad social, por ejemplo. Lo que puede ser una persona, en cada momento histórico, y en cada contexto social concreto, está limitado por la estructura de esa sociedad y por la ubicación de esa persona en la misma. Hablar de la naturaleza humana desde el punto de vista del científico social resulta irrelevante, porque cualquier caracterización de la misma tenderá a ser vacía o falsa. No les servirá a los científicos sociales para comprender y explicar lo que no entienden, lo que les resulta ininteligible o quieren explicar. Sea un comportamiento social determinado, una institución o un cambio social específico.

3.2. Ontología social relacional.

La ontología que necesitamos tiene que tomar en cuenta que los individuos son personas, son agentes que actúan intencionalmente. Pero no son seres completamente independientes cuyo ser no tenga puertas ni ventanas por donde entren las influencias sociales. Ni cuyas relaciones con otras personas sean exclusivamente externas. Las personas son seres sociales que actúan e interactúan en un contexto histórico-social concreto, que les influye y que ellas mismas contribuyen, a través de su actividad, a reproducir/cambiar/transformar. Por lo tanto, las personas no están fatalmente determinadas por el contexto histórico-social en el que actúan. Si queremos entender el desarrollo histórico-social tenemos que reconocer la capacidad determinante que las personas, y los grupos que aquéllas forman, tienen. Una historia de la humanidad concebida en términos exclusivamente holistas es tan absurda como la historiografía vulgar de "grandes personajes". Ni el nazismo se comprende en términos exclusivamente individualistas haciendo referencia a las peculiaridades de Adolf Hitler, ni la Revolución Rusa es inteligible en términos, exclusivamente, de determinantes macroestructurales.

Ser la señora de la limpieza de una hamburguesería, como en el ejemplo que he presentado, no es una propiedad estrictamente individual, sino relacional. Esta propiedad, con las obligaciones que comporta, está caracterizada en relación con las otras personas que trabajan en la hamburguesería: con los otros empleados y el encargado. Ahora bien, las relaciones sociales que se dan en la hamburguesería, entre su personal, no existen con independencia de las personas que las mantienen y las desarrollan. Podemos abstraer y desarrollar un modelo de las relaciones sociales y las formas de interacción que tienen lugar en la hamburguesería, poniendo entre paréntesis a las personas que allí trabajan. Pero, subrayémoslo, es una abstracción, un modelo. No podemos confundir la realidad con nuestros modelos de la misma. Sin personas concretas no hay relaciones sociales, no hay hamburguesería. Podemos hablar de las relaciones amo-esclavo en abstracto, sin hacer referencia a ninguna persona en particular. Pero no hay que olvidar los referentes concretos que ha tenido en la historia de la humanidad. Hay que tener cuidado con la tentación siempre presente en la elaboración de modelos teóricos de su reificación. Los modelos teóricos sirven para que comprendamos la realidad, para hacerla inteligible, pero no son la realidad. Las relaciones no existen con independencia de las personas, las relaciones son propiedades de los seres humanos. Las propiedades son siempre de algo o de alguien, no tienen existencia independiente. Ha habido metafísicos que han querido poblar el universo de propiedades y relaciones, pero no es el caso del nuevo realismo social. Lo que existe en sentido fuerte, en el universo, son los individuos: este libro, esa pipa y aquella persona. Las propiedades y las relaciones sólo existen en relación con los individuos. Y en el caso de la realidad social lo que existe, en sentido fuerte, son las personas, un tipo determinado de individuos.

Los seres humanos son influidos en su personalidad e identidad por sus relaciones sociales, pero las relaciones sociales son el resultado de la actividad humana. Las personas son agentes intencionales que reflexionan, razonan, escogen, deciden hacer tal cosa y tratan de realizarla. No son seres pasivos. No son meros productos, o reflejos, de. Una persona elige y decide multitud de cosas, no en abstracto, sino en el contexto histórico-social concreto en el que desarrolla su vida. Las acciones intencionales de las personas determinan los cambios y transformaciones de las relaciones sociales. Y las personas no actúan siempre cada una por su lado, sino que se asocian: forman asociaciones, organizaciones y movimientos sociales. Con objeto de ser más eficaces en la consecución de algún propósito u objetivo común. Pero las personas no se difuminan en los grupos de los que forman parte. No dejan de ser personas y se convierten en meros miembros.

En su vida cotidiana los agentes se encuentran en un mundo inteligible, un contexto histórico-social concreto comprensible, donde las acciones de los otros agentes con lo que interactúan son igualmente inteligibles. Los agentes no se preguntan continuamente: ¿por qué a hace esto?, ¿por qué b hace eso? o ¿por qué c realiza aquello? Las situaciones, los acontecimientos y las acciones son comprensibles por todas las personas que participan en ellas. Todos los agentes comprenden el lenguaje, los gestos y, en general, las intenciones de los otros. Hay un "almacén" de conocimiento práctico común y compartido (lenguaje, reglas de comportamiento no verbal, creencias...) que es la condición de posibilidad de su inteligibilidad. En la vida cotidiana la gente no hace "ciencia" porque no la necesita. Sólo cuando alguien hace algo extraño o fuera de lo normal, los otros agentes que participan en la situación se preguntan, ¿por qué a hace tal cosa? Los agentes actúan sabiendo que los otros les entienden y esperando que respondan a su comportamiento de una forma que es perfectamente previsible y comprensible (no esperan que suceda nada extraño, anómalo, raro e ininteligible). Las secuencias de interacción entre las personas fluyen de forma espontánea y sin obstáculos. Las personas actúan e interactúan continuamente sin pararse a reflexionar sobre lo que tienen que hacer o decir a continuación.

Las relaciones sociales adquieren formas objetivas que trascienden a los agentes concretos que las han desarrollado. De tal modo que una persona que nace ahora en Honduras se encuentra inmersa en un entramado institucional que ella no ha creado. Que, para ella, está ahí. Un orden institucional que influye, afecta y determina su comportamiento social. De ahí que si queremos explicar y comprender el comportamiento social de una persona no lo podamos hacer únicamente en términos de sus intenciones, deseos y creencias individuales. Tendremos que situar las acciones de esta persona en un marco institucional y cultural concreto. El análisis intencional de la actividad humana tiene que completarse con el análisis institucional y cultural. Son los seres humanos los que crean, reproducen, cambian y transforman las instituciones y la cultura. Sin embargo, la institución particular o una forma cultural determinada no depende de esta, esa o aquella persona concreta. Las instituciones de una sociedad y el comportamiento social individual y colectivo existen en el marco de una totalidad social concreta en desarrollo. De tal modo que el análisis intencional y el análisis institucional exigen, para su comprensión y explicación, el análisis sistémico global de las sociedades concretas. Ahora bien, como la vida social actual está sometida a un continuo proceso de globalización, tendremos que considerar, además, el sistema mundial. Lo que hoy ocurre en Gijón puede estar afectado por lo que ocurre en el Japón. Lo que acontece en Ciudad de México, Caracas o Santo Domingo, por lo que ocurre en Taiwan, Corea del Sur o Singapur. El análisis macro-social clásico, que tomaba como unidad de estudio a la sociedad y que en la práctica identificaba la "sociedad" con el estado-nación (Gran Bretaña, Francia, Alemania...), tiene hoy que articularse con el análisis social mundial (terrenal) en razón del desarrollo histórico socio-cultural.


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