NÓMADAS - REVISTA CRÍTICA
DE CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS 12-2005/2 | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 |
Estudio de las sociedades matrilineales |
Francisca Martín-Cano Abreu >>> CV |
Introducción | Costumbres y creencias características de las sociedades matrilineales. Reminiscencias del matriarcado
Son numerosos
las culturas ya desaparecidas en muchos lugares de la tierra, o sociedades
primitivas que aún milagrosamente permanecen, con concepción
social y familiar exactamente opuesta a la patriarcal: son las sociedades
matrilineales y matrilocales,
en las que perviven o pervivían hasta hace poco, costumbres y antiguas
instituciones matriarcales, aunque atenuadas, consideradas reminiscencias
del matriarcado.
De ellas recogen Conkey y Tringham (1999,
300): "Diría que una cultura matrifocal
es aquélla en la que la mujer tiene un lugar de honor y respeto, lo
que no implica dominio. Los hombres y las mujeres enterraban casi del mismo
modo en las culturas de la Europa antigua. Las mujeres tenían algo
más de ajuar, pero no encontramos nada similar a lo que será
el sistema de jefaturas patriarcales posterior, donde un hombre poseía
mujeres y otros hombres, así como caballos y objetos. Es decir, se
trataba de una sociedad bastante igualitaria. No es que se gravara a situación
de los hombres para favorecer la de las mujeres. Era solo la natural reverencia
de los poderes ligados con la Madre Tierra y las mujeres (Read, 1988)."
El hecho de que en estas sociedades
la mujer ejerza una posición importante en la estructura de la sociedad
y constituya el elemento primordial en la familia, ejemplifica que la mujer
no ha estado sometida ni subordinada en todos los continentes ni en todas
las épocas y evidencia que la subordinación femenina no es
innata ni es un hecho universal.
Basadas en la existencia de
estas tribus matrilineales ha llevado muchos
profesionales sociólogos, historiadores, mitólogos, psicólogos...
a afirmar la realidad del matriarcado arcaico, ya que esas costumbres prueban
que en el pasado habrían sido matriarcales y confirman la persistencia
y tenacidad de tradiciones matriarcales en épocas posteriores.
BAGUÉ (1958, 51) afirma
que todos los pueblos han pasado por una etapa matriarcal y ve indicios y
vestigios en multitud de pueblos que lo confirman. Y entrevé tal posibilidad
el comentario de LÉVI-STRAUSS: "... los sociólogos
se han dedicado a defender la teoría según la cual todas
las sociedades humanas habían pasado de un estadio matrilineal a uno patrilineal".
Declaran HAWKES y WOOLLEY (1977,
225) al respecto: "Ahora bien, se ha dicho ya que sobrevivían huellas
de descendencia matrilineal y hasta de matriarcado
en las civilizaciones egipcia y cretense..." ..."De
hecho, se siente la tentación de convencerse de que las primeras
sociedades neolíticas, en cuanto abarcaron de tiempo y de espacio,
otorgaron a la mujer la más alta condición que jamás
haya conocido. El modo de vida, sus valores y las aptitudes exigidas se adaptaban
idealmente a ella."
Manifiesta MORGAN (1987,127):
"Allá donde la descendencia se sigue por la línea
femenina como lo era universalmente en el período arcaico... y cuando
la descendencia sigue la línea masculina -a la cual pasó después
de la aparición de la propiedad-..."
Asimismo afirma CAMPBELL (1991):
"... la prehistoria era «el mundo de la Diosa», antes
de que las invasiones patriarcales, destruyesen y derrocasen el poder femenino
en las culturas matriarcales. Cuando el poder natural y el sobrenatural estaba
en manos femeninas. Antes... de que se retirasen las prerrogativas femeninas".
Según FREUD: "Es muy probable que la transmisión materna haya sido en todas
partes la primitiva, reemplazada más tarde por la transmisión
paterna".
Confirma el historiador BRIFFAULT:
"existen pruebas que sustentan la opinión de que las antiguas
sociedades estatales poseían instituciones matrilineales
inmediatamente antes e inmediatamente después de alcanzar la categoría
de Estado".
Estas citas muestran que algunos
científicos aceptan que la humanidad fue matriarcal en sus orígenes.
Además, basados en el
hecho de que en los períodos más arcaicos de las culturas primitivas
y en las prehistóricas de Europa, Asia y América, exclusivamente
se representaba a seres humanos femeninos, pondría de manifiesto
según (Durán, 2002) que: “5.- El valor utilitario se pone de manifiesto a
partir de interpretaciones que ven en dichas estatuillas el reflejo de la
existencia de una sociedad paleolítica, de un régimen gentilicio,
matriarcal o matrilineal.
Analizadas objetivamente
todas las derivaciones que cabrían verse en estos apartados parece
evidente la importancia que El Eterno Femenino asumió en la sociedad
paleolítica. De acuerdo con la realidad semiótica, no puede
negarse que durante el Paleolítico Superior gozaron de gran difusión
y audiencia desde Varsovia a Siberia, grandes
mitos referidos a la MUJER. (...)
No se sabe con
certeza para qué podían servir, pero se les atribuyen casi
siempre caracteres mágicos o religiosos. incluso,
algunos investigadores ven en ellas el papel en alza que por aquellas épocas
pudo tener la mujer en la sociedad. No obstante, incluso aceptando que
tuvieran carácter mágico, éste llevaría implícito
el reconocimiento de una superioridad en el sexo femenino, al menos, una
relación de dependencia que obligaba a la práctica de unos cultos,
acaso a ofrecerles pequeños sacrificios o a cumplir ciertos ritos.” ....
“De
ser cierta esta hipótesis, la sociedad prehistórica confiaría
en que las mujeres no sólo aseguraban la continuidad de sus grupos,
aportando periódicamente nuevos hijos, sino que también garantizaban
o protegían la fecundidad y abundancia de los productos del campo,
de los animales que cazaban, de todo aquello de que dependía su subsistencia.“
COSTUMBRES Y CREENCIAS
CARACTERÍSTICAS DE LAS SOCIEDADES MATRILINEALES, REMINISCENCIAS
DEL MATRIARCADO
- Y se creía que la DIOSA
MADRE DABA A LUZ POR PARTENOGÉNESIS / Virginalmente (el Principio masculino
no intervenía en la fecundación). La Diosa Madre tenía
una Hija sin concurso masculino, ejemplificando las pautas matrilineales o vástagos que nacían después
de concebirlos virginalmente. Por lo que se invocaba a la Diosa para solicitarle
el embarazo, que era la que (se creía) daba Fertilidad a las mujeres.
- Sociedades en las que se
practicaba la COVADA, práctica existente de manera generalizada según
la referencia de VICTORIA SAU (1978): "La autora María
Carlucci en su libro "La couvade en Sudamérica" afirma que 124 tribus
de aquel continente la practicaban, aunque su distribución abarca
el mundo entero; y W. J. Fielding dice: Aunque
en nuestros días esta costumbre tiende a desaparecer, podemos asegurar
que ha existido desde los más remotos tiempos y ha perdurado hasta
nuestros días".
Covada que servía
para sellar el vínculo de un varón con los hijos tenidos por
su esposa, por el cual el varón reconocía como hijos propios
a los hijos de su esposa, a modo de declaración de paternidad, dada
la creencia en la ausencia de poder fecundador al varón.
- Sociedades exógamas (los pretendientes son externos al
clan de la novia) en las que LOS MATRIMONIOS SE ESTABLECÍAN A CAMBIO
DE LOS BIENES DEL CÓNYUGE VARÓN (la llamada "lobola" en países africanos).
Bienes antifernales que el esposo
aportaba a la esposa, o prestaciones laborables o a cambio de ganado, valor
determinado por el prestigio de la mujer. El novio trabajaba para sus suegros
o daba ganado como compensación / indemnización por la pérdida
de una valiosa mujer a la familia de la que provenía. Lobola que no representaba una compra. La mujer no
era objeto de apropiación. La mujer siempre quedaba bajo la protección
de su familia. Y llamada machistamente por los occidentales "compra de la
novia".
Al respecto afirma GÓMEZ-TABANERA
(1986, 18): "Está también el hecho de que si
el pago que satisface por una esposa se considera como una especie de indemnización
acordada con la familia de ésta por la pérdida de los servicios
de uno de sus miembros, dicho desembolso significa, por lo general, mucho
más. Así, el precio pagado determina a menudo el prestigio
de la mujer en la casa del marido y en su propia comunidad."
Esta forma de establecer matrimonio
a cambio de la prestación masculina, muestra que en esas sociedades,
se consideraba a la mujer valiosa. Y es totalmente contraria a la forma de
establecer el matrimonio a cambio de la dote que aporta los familiares de
la desvalorizada mujer en otras sociedades patriarcales, en las que la mujer
no tiene valor dentro de la vida productiva, ya que está excluida
de las labores agrarias.
Dote patriarcal que sí
supone un "soborno del novio" con la que los padres de la novia pagan un
precio para asegurar a su hija un esposo y un proveedor. Pago exponente del
sexismo para que el esposo mantenga a una desvalorizada mujer y cargue con
la carga económica que representa.
Dote causante de tantos atropellos
hacia la mujer que había, y todavía ha de ser pagada por
los progenitores de la novia, en las épocas y en los lugares en los
que a las mujeres no se les permitía, ni se le permite ganarse la
vida por sí mismas.
- Atropellos como los ocurridos
en épocas pasadas en los casos de familias de gran número de
hijas que no poseían suficiente patrimonio para dotarlas, por lo
que obligaban a alguna a entrar en religión.
- O dote causante del asesinato
femenino en los casos y lugares en que los familiares receptores de la
dote han de devolverla en caso de disolverse el matrimonio, por lo que prefieren
asesinarla para evitarlo. En relación a ello afirma BENAZIR BHUTTO,
Primera Ministra de Pakistán (1995, 15): "Algunas veces,
estas mujeres llegan a ser asesinadas por su esposo o sus familiares políticos,
para conseguir otra esposa y una nueva dote. La institución de la
dote es una enfermedad social acerca de la cual tenemos que hacer consciente
a un número cada vez mayor de personas y contra la cual tenemos
que alzar nuestra voz".
- LA MUJER EN LA S. M. ERA LA
AGRICULTORA PROPIETARIA DE LA TIERRA. El suelo cultivable era propiedad
femenina, ya que la herencia del suelo pasaba de madre a hijas, que eran las
que estaban relacionadas con la alimentación. Y eran ellas las que
desempeñaban exclusivamente los pesados trabajos agrícolas,
labores de cultivo, de siembra y transporte y recogida de la cosecha. Afirma
HAWKES y WOOLLEY en (1977, 225) al respecto: "A la mujer le correspondía
el trabajo agrícola dentro de las tareas especializadas propias de
las aldeas neolíticas."
Y a la pregunta de MOYERS (Campbell, 1991, 151): "¿Piensas
que las religiones de diosas emergieron porque, en la domesticación
de la raza humana, las mujeres jugaron un papel dominante en las actividades
agrícolas de esas primeras sociedades?"
Contesta CAMPBELL: "No hay duda alguna sobre ello. En ese momento, las mujeres se convierten
en los miembros más importantes de la sociedad en cuanto a poder mágico."
- En las s. m. dada la posesión
del suelo femenino, a la mujer se le adjudicaba los trabajos relacionados
con la alimentación, por lo que ocupaba una situación privilegiada
y desempeñaba el papel más importante debido a su VALOR ECONÓMICO.
Las mujeres daban de comer y vestían a sus hijos y a los varones adultos;
se ocupaban del tejido, cerámica, artesanía y tenían
el mando del hogar. Mientras el sistema de división del trabajo permitía
que los varones se dedicasen a la ocupación más descansada
de la pesca, la caza y sobre todo a la guerra. Y era tal la importancia femenina
que los varones hacían lo imposible para evitar perder a su proveedora.
Así que el valor económico que representaba la mujer era causa
de que se la tratase bien.
(Es significativo que los primeros
occidentales que visitaron estas sociedades primitivas en las que la economía
y el trabajo residía en manos femeninas,
dado que estaban acostumbrados a la forma opuesta patriarcal occidental en
donde estaban exclusivamente en manos masculinas, calificaron a las mujeres
autónomas de manera machista como "esclavas". Esta división
del trabajo que adjudica a las mujeres los pesados trabajos del cultivo del
campo, explica que los esclavos negros varones sacados de sociedades matriarcales
africanas y llevados a sociedades patriarcales americanas, donde se les
exigía trabajar en plantaciones, sólo fueron convencidos a
hacerlo a base del látigo y el miedo a la violencia física,
ya que no estaban acostumbrados a realizar las fuertes "tareas de mujeres
en el campo").
- LA ECONOMÍA MERCANTIL
Y EL COMERCIO en la s. m. se encontraba en manos femeninas, lo que les permitía
gran independencia.
- LA MUJER POSEÍA GRAN
AUTONOMÍA en estas s. m. y gozaban de grandes derechos y poderes de
libre decisión, siendo la elección de pareja dependiente de
la joven. HAYES en la E. U. I., Tomo 33 (1988, 1000) afirma: "... en las sociedades exógamas
las mujeres pueden rechazar a los pretendientes..."
- Existían CEREMONIAS
DE INICIACIÓN FEMENINAS consecuencia del papel predominante de la
mujer. En estas s. m. las muchachas al llegar a la pubertad realizaban ceremonias
que corroboran el status femenino.
Existían costumbres licenciosas
y de promiscuidad sexual por parte femenina, que tenía relaciones
«sexuales libres». La mujer casada podía ser infiel a
su esposo y otorgaba la «amistad del muslo» al huésped
(la cultura occidental considera machistamente que «el varón
prestaba la esposa al huésped»). O las «mujeres elegían
a sus múltiples amantes», síntomas de que no se dejaban
dominar por ningún varón. Sociedades en las que no se daban
los celos masculinos por la conducta de su esposa infiel y si algún
esposo los sentía podía vengarse en el amante, no en la esposa
intocable. O existía la costumbre de que a veces eran los «esposos
varones adúlteros» los que se entregaban a los parientes de
la mujer ofendida para que la vengasen. En algunas sociedades se practicaba
la poliandria: una mujer con varios varones, institución social que
subrayaba la alta posición femenina y que tenía por resultado
darle un lugar preponderante en la sociedad. En otras s. m. «la mujer
no vivía» con su esposo quien sólo la visitaba de noche
(y ella le pagaba el favor sexual). O existía "el esposo desconocido".
Y eran sociedades que consideraban nacimientos milagrosos los que tenía
una mujer de padre desconocido. En palabras de los autores de la E. U. I.,
Tomo 33 (1988, 1005): "... fue engendrado por Zeus, es decir,
por un padre desconocido, una característica del matriarcado."
Y se inventaban mitos en los
que las Diosas tenían gran número de amantes y comportamientos
de gran libertad sexual, resto de la antigua etapa matriarcal.
[Por ejemplo, WÖLFEL en
(1968, 337) nos dice de la s. m. de la Irlanda histórica celta:
"Los celtas nos ofrecen la prueba más clara de que la
península europea antigua tenía una estructura matriarcal...
La extraordinaria libertad de la mujer en los pueblos resto de la antigua
Europa habla en favor de la hipótesis de que un estrato «matriarcal»
más antiguo fue recubierto o influido por un estrato patriarcal más
reciente, pero quedó hasta cierto punto libre de él. El material
que sobre esto nos es conocido nos lleva al convencimiento de que el estrato
patriarcal llegó tardíamente del Este, traído quizá
por los indogermanos, pues son precisamente las
áreas megalíticas y de las altas culturas arcaicas las que conservan
mayor número de survivals de la organización
matriarcal".
"El famoso Diálogo en
el lecho entre la reina irlandesa Medb y su esposo
Aillil, nos aclara la relación existente
entre el rey y la reina. Ella era quien lo había elegido y no él
a ella; Medb era la reina del país y,
antes de Aillil, dos hombres llegaron a ser reyes
por su matrimonio con ella, y sólo matando al segundo en combate singular,
se convirtió Aillil en el tercer esposo
y rey. Junto a él conserva Medb otros
hombres, a los que otorga la «amistad del muslo», una relación
hombre-mujer que tiene su equivalente más exacto entre los bereberes lemtei (b. a.
tuaregs), donde se emplea una expresión
casi idéntica para designarla, o en la «ronda» campesina
europea. Si el rey tenía celos, podía vengarse en el amante,
pero su esposa era inviolable para él."
Y añade WÖLFEL:
"Lo mismo ocurre en Britannia: la
reina Cartismandua repudia a su esposo Venutius y toma por esposo a un escudero, que de este
modo llega a rey, lo que causa la admiración de los historiadores
romanos que nos narran este episodio."]
- S. m. en las que, según
manifiesta ZONABEND (1988, 55): "... apenas se preocupan del
problema de la paternidad, sólo se otorga una importancia limitada
a los vínculos maritales. En ellas, además el DIVORCIO ES FRECUENTE
Y FÁCIL".
- Sociedades matrilineales en las que la RESIDENCIA DEL MATRIMONIO
ERA MATRILOCAL. Era el esposo el que entraba a formar parte de la familia
de la mujer (exogamia: el esposo proviene de una familia externa a la de
la novia). Y si se mira la residencia como índice del status del esposo,
cuando la residencia era matrilocal, en casa
de la esposa, en que era el esposo el que iba a vivir al pueblo y al clan
de la esposa, era beneficiosa para la mujer al permanecer cerca de sus parientes,
por lo que la autoridad del esposo era menor. Declara HAYES en la E. U. I.,
Tomo 33 (1988, 1000): "...en las sociedades exógamas las mujeres pueden rechazar a los pretendientes,
al paso que los hombres han de esforzarse para agradar a su futura,..."
En estas circunstancias los
varones no podían tratar mal a la esposa impunemente, a la manera
que es habitual de las sociedades patriarcales, si querían ser aceptados.
- En las sociedades femeninas
la PERTENENCIA DE LOS HIJOS Y DE LA CASA ERA DE LA FAMILIA DE LA ESPOSA.
Y eran los nacimientos de hijas más deseados, ya que era primordial
para un pueblo de estructura matrilineal asegurar
la descendencia femenina y perpetuar la familia y que la herencia pasase de
las madres a las hijas. Además se prefería hijas porque al
casarlas incorporaban un yerno que trabajaba para los suegros. Así
que se favorecía el nacimiento de las niñas ya que cuantas
más hijas más prestigio conseguiría una familia, gracias
a que ganaría mayor número de yernos que aportaría sus
servicios y trabajos.
-En las s. m. en que estaba
vigente el derecho materno se heredaba de la madre: LA HERENCIA ERA MATRILINEAL.
Eran las mujeres las que heredaban: cuando una mujer moría la herencia
pasaba a los parientes de la muerta, no al esposo, a diferencia de lo que
ocurre en las sociedades patriarcales que son los varones quienes heredan.
- S. m. con CURIOSAS COSTUMBRES.
P. ej.
en algunas existía el "tabú de la
suegra" por la que el yerno no podía hablar directamente a sus suegros
sino a través de su mujer, que resaltaba su posición jurídica
privilegiada. La mujer era la que mandaba. El varón en estas condiciones
en las que debía respeto y sumisión a su esposa, tenía
una posición de inferioridad social y no alcanzaba categoría
hasta que no se convertía en suegro.
En otras s. m. se permitían
"uniones conyugales" diferentes a las instituciones monogámicas
y heterosexuales que se practica en occidente. Y así se daba una
forma matrimonial que permitía el matrimonio entre mujeres. Matrimonio
que se establecía por motivos económicos, no por motivos sexuales
ni lésbicos. Lo que patentiza que el matrimonio es una institución
que no necesariamente puede estar orientado a las necesidades sexuales.
Y que la pareja heterosexual no es la única que puede socializar
a los niños. Manifiesta ZONABEND en (1988, 70): "Es evidente
asimismo que estas sociedades muestran una concepción amplia del
matrimonio, menos vinculada a las necesidades sexuales de los consortes
individuales y más orientada hacia el funcionamiento armonioso de
la sociedad en su totalidad."
- S. m. en las que además
de las posesiones y del suelo cultivable se heredaba el DERECHO AL TRONO
POR VÍA MATRILINEAL.
Y esa es la razón de
que a principios de los tiempos históricos tras la revolución
patriarcal siguieron conservando la herencia al trono por descendencia materna,
en donde el poder real era ejercido por el varón que se casaba con
la princesa de sangre real, heredera legal al trono, hija de la reina: ella
lo legitimaba.
(Lógicamente si en época
patriarcal, tras el cambio de la sociedad hacia el patriarcado, legitimaba
al ocupante de trono la princesa descendiente de una reina, mostraría
ser un vestigio del ejercicio del poder femenino de época matriarcal,
cuando el trono lo ocupaba en exclusiva la heredera legal, cuando el poder
estaba en manos femeninas: sólo había reinas.
Habla elocuentemente a favor
de esta hipótesis la arqueología, ya que en la Prehistoria
sólo existen obras de arte simbólicas antropomorfas de mujeres
con coronas y sentadas en trono, representación tanto de la Diosa Soberana
del mundo sobrenatural, como la única soberana en la tierra que dominaba
la época matriarcal sobre todo lo demás).
De ahí que los usurpadores
de muchas dinastías intentasen legitimar su situación casándose
con una princesa heredera de la anterior dinastía, la hija de la reina,
que era quien poseía el derecho real, para legitimar su situación.
Era el matrimonio con una reina lo que hacía a un varón reinar.
Y prueba de ello la existencia
de reinas que escogían y repudiaban a sus sucesivos esposos sin enviudar,
a los que legitimaban en el poder. Y reinas que disfrutaban de una vida libre
y autónoma, con multitud de amantes.
- A principios de los tiempos
históricos fueron frecuentes los MATRIMONIOS INCESTUOSOS entre familiares
consanguíneos, síntomas de que pervivían los usos
sucesorios del matriarcado. A pesar de las duras reglas del incesto los
intereses masculinos las transgreden por razones
económicas, que demuestra que se practicaba el incesto por intereses
políticos aún estando en contra del tabú del incesto
y los usos sucesorios del matriarcado.
(La existencia del tabú
del incesto -que prohibía las prácticas sexuales entre parientes
consanguíneos- de manera universal muestra que el parentesco en todas
las sociedades era matrilineal y todas eran exógamas. Fue precisamente la familia matricéntrica la que descubrió la gran
ventaja que existía incorporar varones del exterior, porque suponía
conseguir ayuda familiar. De ahí surgió la imposición
de reglas prohibiendo relaciones sexuales entre parientes consanguíneos.)
Los varones que no tenían
derecho a la herencia matrilineal hacían
excepción de tales leyes estrictas en su interés para legitimar
su acceso al poder o a la herencia. Transgresión
que demuestra que la exogamia (los pretendientes son externos a la familia
de la novia, y la manera de llevarla a cabo era el tabú del incesto)
surgió exclusivamente por cuestiones de economía práctica
de las sociedades matricéntricas.
Al morir una reina o una mujer,
dado que la poseedora del derecho real o de la herencia era su hija, en la
época de transición al patriarcado, se permitía los
matrimonios consanguíneos para satisfacer las ambiciones masculinas
y legitimar el ascenso al trono o a la herencia de su hermano varón
(también existían costumbres incestuosas en familias normales
para legitimar la herencia). Y los hermanos varones, los hijos bastardos se casaban con la heredera legal que era
su hermana o su medio-hermana para legitimar el poder o la herencia. Y la
obligaban al matrimonio para así someterla al dominio patriarcal y
con ello evitaban que la heredera legal tuviera una vida propia y autónoma.
Y de manera paralela el invento
de mitos de incestos con consecuencias no punibles en el panteón Divino.
Los mitos promovían el incesto o la violación por parte de
su hijo o de su hermano a la Diosa que muestran los usos sucesorios del matriarcado.
- S. m. en las que la autoridad
y EL PODER POLÍTICO ERA EJERCIDO POR LA MUJER. En palabras de ROHRLICH-LEAVITT
(1979, 48): (Aunque) "... la mayoría de los antropólogos,
aseguran que incluso en sociedades matrilineales,
matrilocales, no es la mujer sino sus hermanos
quienes sustentan el poder político. Esto es pasar por encima de
la evidencia histórica. El liderazgo de la mujer está bien
documentado en diversos países del sudeste asiático y África.
Y en los estados norandinos «las tendencias
matrilineales del área del círculo
del Caribe promovieron guerreros y gobernantes
tanto masculinos como femeninos» (Steward
1970:221)".
Para la historiadora LAVIOSA
en (1959, 67): "En las más antiguas culturas agrícolas,
mandan sin ninguna traba las mujeres: la gran madre incluso tiene a sus servicio
una corte de doncellas, hijas, nietas, parientes, etc. Constituye una familia
natural similar a la que en el mundo de los insectos constituye la de las
abejas, en la que la abeja reina domina rodeada de una corte de obreras."
Y según BAGUÉ
en (1958, 49): "Pero hay algunos pueblos en que este predominio
llega a trascender a la vida política, y son las mujeres las que dirigen
la tribu por medio de un consejo que designa a los jefes para la guerra..."
Según los autores de
la E. U. I., Tomo 64 afirman en (1988, 305): "En la economía
matriarcal..." ... "en la fase exógama aparece la tribu dividida en dos clases
casaderas, y por otra parte se desarrolla un cacicato,
á (sic) veces femenino."
Y en otro lugar comentan que
los varones gobiernan en las tribus matriarcales para oponerse al poder femenino.
Y así afirman: "La organización política
también en las tribus matriarcales la ha realizado el varón,
no derivándola orgánicamente de la tribu, sino como una especie
de reacción, oposición á la preponderancia económica
de la mujer, mediante las sociedades secretas con sus fiestas masculinas,
honrando a determinados antepasados varoniles, ó si hay confluencias
totemistas, al totem,
(sic) oponiéndolos á la organización tribal matriarcal,
y á veces extralimitándose fuera de la tribu con su propaganda,
que contribuye también a la difusión de su idioma, por ejemplo
en los caribes y arevacos, en los negros bantú,
etc...".
Y ahí están las numerosas ejemplos de soberanas que confirman que
ejercieron solas el poder y la soberanía en todos los continentes,
reinas que simultaneaban su función con el ejercicio del sacerdocio.
Lo demuestran la gran abundancia
de representaciones iconográficas en las que aparecen mujeres con
los atributos de sus funciones políticas, religiosas y judiciales:
coronas y collares, tronos, cetros, símbolos del poder legítimo.
recibido por vía matrilineal
y emanado del cielo. Y asociado a las consts.
Corona (coronas y collares), Virgo (trono) y Libra (cetro).
Eran reinas sacerdotisas que
ejercían un poder teocrático como encarnación viviente
de la Diosa. Y ejercieron de juezas juzgando y castigando a los delincuentes,
de guerreras en la defensa de sus territorios, administraron sus riquezas
y desempeñaron un gran papel, por lo que fueron muy admiradas y queridas
por sus súbditos. Fueron llamadas en diferentes regiones con diferentes
nombres (muchos derivados de nombres de Diosas):
Afrodisiastas, Anfictionas, Aydzu, Bandoleras,
Belonarias, Bubastistas,
Cacicas, Candaces, Carmentas,
Caudillas, Ciliarcas, Cimerias, Citeródices, Coyas,
Cumanas, Deliastas, Dicteas,
Dodónidas, Dríadas, Druidesas, Efesias, Emperatrices, Erices, Faraonas, Febas, Feniciarcas, Fharia turba,
Fortunas antiastinas, Frigias, Galisenas, Helespónticas, Helias pythias, Herésidas, Ishtaritus,
Jefas, Liciarcas, Lúcumas / lucumos, Lukokesmas, Magis "sabias", Magistradas,
Metróforas, Miko,
Miswad, Monetales,
Mujer blanca, Mujer cabeza, Mujer makonda, Mukarrib, Nemorensis, Olimpíadas,
Pitias y pitonisas, Rabus, Reinas, Réticas,
Samias, Sátrapas, Señoras, Shamatus,
Sibilas: [beturias, Sumas pontífices,
Táuricas, Tawananas,
Temistíadas, Tesmotetas,
Tespíadas, Tiburtinas, Valas / walas "sabias",
Velledas, Venerias,
Wu...
Por lo que ya es hora de dar
a conocer explícitamente la existencia de esas líderes femeninas
de las que se conservan numerosos testimonios de sus hechos gloriosos.
Y ya es hora
de acabar con la visión eurocéntrica
de la historia y dar a conocer las sociedades que todavía perviven
en la tierra con un modelo diferente del patriarcal occidental, donde rige
el derecho materno, antes de que sean exterminadas sin piedad, como les ha
ocurrido a la mayoría de s. m. al adoptar el cristianismo o antes
del budismo o confucionismo o el mahometismo o judaísmo o sintoísmo
o cualquier otra invasión cultural, religiosa o filosófica
que las obligaron a cambiar el estado de cosas, por no contar con la suficiente
organización que les permitiera oponer resistencia a la civilización
invasora.
BIBLIOGRAFÍA
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