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Acerca de las elecciones europeas Ni el entusiasta anuncio de la ampliación al Este ni la aprobación de lo que se promociona como una "Constitución" para Europa[...]

A río revuelto.... Sáenz
contra el estado del bienestar

"Es imprescindible
desmontar el wellfare europeo y no tenemos demasiado tiempo para hacerlo." [...]

La invención de Normandía
por Carlos Taibo

Día D: el segundo frente
de la liberación de Europa

Puede parecer una sutileza innecesaria o incluso una cuestión banal [...]

Lógica y monarquía
La doctrina oficial de legitimación de la monarquía...

Industria de la retórica política
La Heritage Foundation no es un "think-tank", es decir, un laboratorio de ideas [...]

La biblioteca de Babel
· Enric Prat (ed.)
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Número 16 · juliol de 2004
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Acerca de las elecciones europeas

Ni el entusiasta anuncio de la ampliación al Este ni la aprobación de lo que se promociona como una "Constitución" para Europa han conseguido involucrar a los ciudadanos en el actual proceso de integración. La altísima abstención (55,8% de media) en las recientes elecciones europeas ha confirmado un nivel de desafección ciudadana que no ha parado de crecer en cada convocatoria desde que tuvo lugar la primera en 1979. La incorporación de los nuevos estados del Este no ha revertido esta tendencia. Antes al contrario. Tan solo una media del 28,7% ha votado, llegando en Polonia al 20,7% y en Eslovaquia a un exiguo 16,6%. ¡Y tan contentos que se hallaban estos países, según decían, con su nueva condición! Los líderes europeos han expresado sus lamentos y han convenido en la necesidad de reflexionar. "Frustración", "desconcierto", "decepción", fueron los calificativos más usados en sus declaraciones habituales del día después. Sin embargo, el mejor remedio que hallaron para elevar su ánimo fue nada menos que aprobar el proyecto de Constitución europea. Moratinos, el jefe de la diplomacia española, se apresuró a revelar el antídoto: "la mejor manera de ilusionar a la ciudadanía es aprobar la Constitución". "Hace falta tener la casa europea en orden" -agregó sin vacilar el ministro francés de asuntos exteriores-. Como si la invocación de palabras solemnes bastara para poner orden al desconcierto europeo y otorgar legitimidad a un proceso carente de ella, mírese como se mire. Huida, pues, hacia adelante: más de la mitad de los electores optan por no acudir a las urnas y lo que se decide en la cumbre de Bruselas es aprobar un texto que blinda una concepción tecnocrática y neoliberal, absolutamente ignorado por la ciudadanía a la que se destina.

Vistas así las cosas, lo que sorprende en realidad es que unas elecciones tan vacías de contenido hayan conseguido convocar a tanta gente. Y es que la función que ha tenido el Parlamento europeo hasta el momento ha sido del todo secundaria. La que se le encomienda en el proyecto de Constitución no mejora sustancialmente nada al respecto, aunque ciertos folletines propagandísticos institucionales expongan engañosamente (¿se puede mentir impunemente utilizando dinero público?) que sus competencias son "comparables a las que ejercen los parlamentos de cualquiera de los países miembros". El hecho de que los propios gobiernos no tengan reparos en perder el número de diputados en un Parlamento a cambio de alcanzar o mantener mayor poder en el Consejo, ¿no es ya suficientemente ilustrativo del escaso valor que se otorga a la única institución que se elige en las urnas?

Naturalmente, la participación en estas elecciones debe leerse también en clave interna. En gran parte de los estados de la UE, la campaña fue concebida como un instrumento funcional a la estrategia de los partidos para conservar o alcanzar el poder. Y fue esta percepción la que indujo a los electores de muchos países (Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, etc.) a dar un voto de castigo a los partidos gobernantes. También en nuestros lares. Aquí la campaña se centró en la legitimación o deslegitimación de los recientes comicios de marzo. No era la primera vez. Ya en 1994 el PP trató de convertir las elecciones europeas en una suerte de "segunda vuelta" de las generales de 1993. En aquella ocasión triunfó. Ahora, pese a que el PP logró movilizar a una amplia parte de su electorado, no consiguió ganar al PSOE, que obtuvo empero una victoria menor a la del 14 de marzo pasado. El 54% de abstención -la más alta de la historia posfranquista- y el carácter de "segunda vuelta" para la mayoría de los votantes, perjudicó sobre todo a las formaciones nacionalistas y a IU-ICV-EUiA.

IU-ICV-EUiA, en efecto, obtuvo un 4,16%, disminuyendo en más de la mitad su número de votos. La ilusión del "voto prestado" al PSOE mantenida por la dirección se reveló como la fácil coraza para protegerse de una autocrítica más honda de la situación de la federación, y una buena parte de las personas que les apoyaron en marzo decidieron quedarse en casa esta vez o invertir sus energías en movilizaciones puntuales como las protestas de los inmigrantes o la Consulta Social Europea. Sin duda, las vacilaciones a la hora de pronunciarse respecto al proyecto de Constitución europea no pueden considerarse el elemento determinante de una debacle que viene gestándose hace tiempo. Pero desde luego reflejan la excesiva preocupación por presentarse como una organización política "respetable" a los ojos siempre vigilantes de PRISA, Fidalgo o Zapatero, por decirlo en términos deliberadamente simplificados.

Si el debate no se reduce a confrontaciones identitarias infecundas o a meras disputas entre baronías territoriales, la celebración de un Congreso extraordinario puede ser una ocasión propicia -acaso la última- para fundir el proyecto de IU en un amplio espacio rojo-verde-violeta a la izquierda de la socialdemocracia, sensible a la realidad plurinacional del estado y abierto a las mejores prácticas y propuestas de los movimientos altereuropeístas y altermundialistas. Entre otras iniciativas, la campaña contra la ratificación de la Constitución europea y la actitud, por ejemplo, frente al Foro Social de Londres de octubre de este año, pueden erigirse en laboratorios para una refundación creíble y radical, sin bálsamos retóricos. [Xavier Pedrol]

A río revuelto...
Sáenz contra el estado del bienestar

"Es imprescindible desmontar el wellfare europeo y no tenemos demasiado tiempo para hacerlo." Con idénticas palabras La Vanguardia y El País del pasado 3 de junio, recogían el núcleo de la intervención de Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Santander Central Hispano, en el Club Financiero de Bilbao. Sin duda esta es una línea de trabajo del pensamiento conservador radical que entre otros representa los intereses del capitalismo financiero, pero lo que resulta notorio es la fórmula rotunda que eligió para expresar sus planteamientos el número dos del principal grupo bancario español. Tan contundente que después tuvo que rectificar un poco y forzar a su jefe, don Emilio Botín a parecer memo cuando dijo que "estaba encantado con nuestro estado de bienestar", en una maniobra de repliegue que recuerda la vieja táctica del Partido Popular en sus primeros tiempos de estancia en el Gobierno: primero amenazar a lo bruto y después rectificar un poco. Más o menos un dos pasos adelante y uno atrás.

Que el grupo Santander Central Hispano conspira contra el estado de bienestar es de sobras conocido, pues junto a sus rivales colegas del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria presionan denodadamente para reducir el sistema público de prestaciones y ampliar el suculento negocio de los fondos de pensiones. Un negocio del que sacan una magnífica tajada en Latinoamérica, donde al socaire de las privatizaciones controlan nada menos que el 38% de las pensiones privadas (un 25,6% el BBVA y un 12,7% el SCH), y quisieran repetir la jugada en nuestro país. Como también es notorio que ambos tienen pendientes procesos judiciales por diversas prácticas irregulares y de evasión fiscal. El SCH tiene abiertos dos procesos, uno por favorecer la evasión fiscal mediante el procedimiento de "cesión de créditos" y otro de estafa a sus accionistas por indemnizar con 43,7 millones de euros a su antiguo consejero delegado- el señor Amusátegui. El BBVA por la creación de cuentas secretas en el exterior que, entre otras cosas, incluían un suculento fondo de pensiones para el antiguo Consejo de Administración del Banco Bilbao Vizcaya. Como podemos comprobar su fe en la desregulación y la eliminación de prestaciones no es en absoluto fundamentalista, puesto que son cuidadosos con sus altos directivos, no fuera que tanta desregulación les llevara a la miseria..

La novedad no es el ataque sino el argumento utilizado. Hasta ahora las críticas de la banca se han concentrado en los problemas de financiación del sistema de prestaciones públicas. En este caso se habla directamente de desmantelar no sólo las prestaciones sociales sino el conjunto de instituciones que regulan los derechos laborales alegando el peligro del déficit exterior y la competitividad en general y la competencia de los países del Este en particular. Más allá de lo escandaloso e inadmisible de la declaración del alto jerarca empresarial lo que no cabe duda es que ha elegido una línea de ataque que se basa en supuestos sobre el mundo real ampliamente compartidos. Una gran parte de la población está convencida que la competencia de los más pobres se traduce necesariamente en destrucción de empleo y/o demolición de derechos laborales. En lo que se diferencian es en las respuestas a dar. La derecha y muchos tecnócratas defienden que cuando antes nos desmantelemos mejor, la izquierda moderada (que incluye a buena parte de los sindicatos) que es posible una reconversión negociada que reduzca los costes sociales y la izquierda radical a menudo considera que la única alternativa pasa por reintroducir el proteccionismo. Pero las tres visiones coinciden en el diagnóstico de la situación.

Un análisis más detallado de la situación permite cuestionar esta visión tan lineal de la realidad económica. Si existiera una línea única entre competitividad comercial y desregulación del mercado (laboral y regulativa), los países con menor intervensionismo, presencia sindical e impuestos deberían ser indefectiblemente los triunfadores de la liga exportadora, pero en la práctica esto está lejos de ser evidente El país con un mayor superavit comercial es Alemania y entre los diez países con mayor éxito relativo (el ratio exportaciones/ importaciones) figuran además Japón, Suecia, Dinamarca y Holanda, países altamente regulados y relativamente igualitarios. Por el contrario, entre los países con grandes déficits absolutos y relativos se encuentran los paladines de la desregulación neoliberal: USA, Australia y Reino Unido, junto con España (el tercer peor país del mundo en términos de déficit comercial) cuyos derechos sociales están a distancia de la mayoría de países europeos ricos. Y es que la posición comercial (lo que vulgarmente se entiende por competitividad exterior) es el resultado de un proceso mucho más complejo que el que marcan los costes salariales y tampoco está claro que una buena posición comercial contribuya al bienestar social (el país con mayor superavit relativo es Rusia, gracias a haberse convertido en un gran exportador de petróleo y materias primas, sin que la mayoría de sus ciudadanos puedan vivir con dignidad).

No puede negarse que para determinados sectores y empresas la situación es dramática. Y que algunas grandes multinacionales están utilizando a fondo el miedo generado por la apertura al Este para imponer nuevas normas laborales que hagan aumentar sus beneficios, como estamos presenciando en el sector del automóvil. Pero la experiencia histórica anterior muestra que en los procesos de apertura se generan oportunidades diversas que a menudo pasan por favorecer a las economías con mayor desarrolló tecno-productivo (de no ser así los países del Sur de Europa nos hubiéramos convertido hace veinte años en emporios industriales en detrimento de Alemania, Francia, etc. y aún hoy seguimos importando gran cantidad de productos de estos países). Y la única forma de romper con las bravatas interesadas de los adalides del capitalismo es empezar por analizar fríamente la realidad y no creerse representaciones simplistas. Si Sáenz u otros son ahora tan osados es porque saben que la audiencia ha sido preparada para creer su mensaje. Y no es seguro que a veces la izquierda radical no haya colaborado en popularizar este análisis, olvidando con ello dos tareas imprescindibles: la búsqueda de propuestas realistas sobre la que construir otra práctica social y, en el plano estratégico, la elaboración de una propuesta de desarrollo social viable a escala planetaria. Porque la defensa de los derechos sociales no pasa por el "desarrollo en un solo país" sino por la construcción de un nuevo internacionalismo alternativo. [Albert Recio]

La invención de Normandía
Carlos Taibo * / 11 de junio de 2004

Días atrás en modo alguno se me hubiera pasado por la cabeza terciar en un debate -el que al cabo ha cobrado cuerpo entre nosotros- sobre el enésimo aniversario del desembarco de Normandía. Dos razones hay, sin embargo, para hacerlo ahora: si la primera recuerda que el sesenta aniversario de los hechos de 1944 ha sido interesadamente empleado por los gobernantes estadounidenses en un momento no precisamente cómodo para éstos, la segunda subraya el peso ingente de lecturas hagiográficas que olvidan, con formidable desparpajo, datos fundamentales.

Avancemos al respecto que con frecuencia se ha ignorado en los últimos días lo que a los ojos de la abrumadora mayoría de los historiadores es evidente: el desmoronamiento de la Alemania hitleriana no fue la consecuencia de un desembarco, el de Normandía, que llegaba demasiado tarde. Fue, antes bien, el ejército soviético el que, con su presión en el este, provocó un visible desfondamiento de su homólogo alemán. Así las cosas, Normandía respondió a un propósito que, fácil de entender, obliga a desmarcar el desembarco, con todo, del objetivo central de acabar con la Wehrmacht: se trataba, sin más, de disputarle a la URSS el mérito del éxito final que se auguraba y de preservar, de resultas, para Estados Unidos un activo protagonismo en la Europa de la posguerra. Digámoslo de otra manera: la operación exhibía una dimensión claramente interesada, en virtud de la cual la derrota del enemigo pasaba a un segundo plano.

Ignorar lo anterior se antoja tan grave y ocultatorio como vincular en exclusiva los movimientos de la URSS con el legítimo deseo de afianzar un parachoques de seguridad que permitiese evitar la repetición de una invasión como la de 1941. Aunque a buen seguro que la Unión Soviética acariciaba tal propósito, por detrás de su conducta se apreciaba también un espasmo imperial que, adobado de rasgos represivos, por fuerza tenía que llenar de descontento a las poblaciones de los países ocupados por lo que aún entonces se llamaba Ejército Rojo.

Pero es que -y vamos ahora a lo principal- una disputa de perfil similar afecta a la consideración del papel asumido por Estados Unidos en la segunda guerra mundial entendida como un todo. No se trata de negar que muchos norteamericanos ofrecieron su vida para derrotar a regímenes aborrecibles. Tampoco se trata, en modo alguno, de olvidar el papel, sin duda relevante, que correspondió a Washington en el aprestamiento de la poderosa maquinaria militar aliada. Pero en jornadas como éstas es obligado poner las cosas en su sitio y subrayar cuantas veces sea preciso que la conducta de los gobernantes estadounidenses respondió, también, a intereses tan singulares como mezquinos.

Y es que no está de más recordar, por lo pronto, que la intervención de Washington en la segunda guerra mundial se verificó de forma ostentosamente tardía, y sólo cobró cuerpo -curiosa solidaridad ésta- cuando se registró una efectiva agresión japonesa. Sabido es, por lo demás, que algunas versiones conspiratorias sugieren que el presidente Roosevelt, pese a conocer que tal agresión se estaba preparando, nada hizo para evitarla, y no precisamente para de esta suerte encontrar un argumento con el que justificar, ante la opinión pública norteamericana, la inmersión en la guerra: mucho más habrían pesado las presiones de un complejo industrial-militar a los ojos del cual el conflico bélico se perfilaba, claro, como un negocio saneadísimo.

Nadie obtuvo, por lo demás, beneficios mayores que los que extrajo Estados Unidos de la segunda contienda mundial. El país emergió de ésta como la principal potencia planetaria, tras dejar atrás a quienes antes de 1939 bien podían considerarse sus competidores: Alemania, Francia, Japón, el Reino Unido y la URSS. No sólo eso: a diferencia de lo ocurrido en estos últimos, el territorio continental norteamericano no padeció los efectos de la destrucción bélica y quedó indemne en sus infraestructuras industriales. En adelante, y por añadidura, Estados Unidos pudo ejercer una férula directa sobre economías tan jugosas como la alemana y la japonesa, al tiempo que accedía a un control exhaustivo de lo que ocurría en la mitad occidental del continente europeo. Para cerrar el círculo, en fin, los muertos provocados por la participación nortamericana en la guerra -cuatrocientos mil- estaban a años luz de los dejados sobre el terreno, y propongamos un ejemplo entre varios, por la Unión Soviética.

El simple recordatorio de los datos anteriores obliga a concluir que la participación activa de Estados Unidos en la segunda guerra mundial obedeció, en una de sus claves decisivas, a los intereses propios de una gran potencia que no se olvidaba de sí misma. Quien estime que esa participación respondió, poco menos que en exclusiva, al propósito de apuntalar la causa de la democracia y de la libertad parece un tanto fuera del mundo. Y al respecto tan importante es rescatar la activa colaboración dispensada por la Casa Blanca, al cabo de unos años, con el régimen del general Franco como subrayar que, hoy mismo, y en Iraq o Afganistán, Estados Unidos -su elite dirigente- no pelea sino para defender, obscenamente, sus propios intereses por mucho que los edulcore con gastada palabrería.

* Carlos Taibo es profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid y colaborador de Bakeaz.

Día D: el segundo frente
de la liberación de Europa

Puede parecer una sutileza innecesaria o incluso una cuestión banal. Pero tiene gran importancia, en el actual contexto de alteración de la memoria y de manipulación de las ideas, corregir los titulares sobre "la liberación de Europa". El día se D abrió el segundo frente de liberación y no fue el momento inicial de esa liberación.

Conviene recordar que el desembarco de ingleses y americanos en Normandía se produjo sin el menor atisbo de acción "preventiva"; no fue un ataque a un poder dictatorial establecido en los límites de su país. Fue una tardía intervención en una guerra europea de defensa frente a las invasiones hitlerianas de diferentes países soberanos. Esa guerra de defensa tuvo heroicos combatientes y resistentes, además de la colaboración de las tropas americanas e inglesas. La gran coalición merece ser recordada, y el desembarco en Normandía merece una conmemoración que no tergiverse los hechos.

Sorprende la coincidencia de los medios de comunicación al hablar del día D sin otra referencia, en sus titulares, que a la liberación de Europa; como si hubiera sido el día D el inicio de todas las operaciones militares contra el expansionismo nazi. En 1941, América decidió "liberar" Europa... cuando ya tantísimos soldados de otro ejército y tantos resistentes habían perdido su vida, y se estaba ya derrotando a Hitler.

Es verdad que la presencia de Putin y de Schröder en esos actos de conmemoración del día D cabe considerarlo un gesto positivo que rompe con el enquistamiento que significa elevar a los propios héroes a los únicos dignos de reconocimiento. Pero ese gesto es menor frente al grave lapsus que aquí comentamos.

La homogeneidad de los medios al titular mal la conmemoración del día D significa la voluntaria renuncia a disentir de la visión imperial. Ese error es grave. El "segundo frente" de la liberación tiene en Europa aún poderes militares operativos: las bases y alianzas militares impuestas. El primer frente aparece hoy como perdedor.

Y con esto no quiero decir en absoluto que quepa sentir nostalgia alguna por los regímenes comunistas desaparecidos. Quiero decir sólo lo que queda dicho: la guerra de defensa (que no de invasión) empezó en el frente del este de Europa y la liberación de Europa del nazismo nada tiene que ver con empresas militares, hoy en marcha, de expansión y dominio bajo el disfraz de la democracia. [María Rosa Borrás]

Lógica y monarquía

El siguiente texto fue enviado a la sección de Cartas al Director del diario El País. Sus responsables no consideraron oportuna
su publicación.

Decididamente, la doctrina oficial de legitimación de la monarquía ignora el principio de no contradicción. El artículo de Gregorio Peces-Barba titulado "Boda real y Constitución", publicado en este periódico el pasado 16 de junio, es una buena muestra de ello. Por un lado, en él se afirma que la boda real ha sido un acontecimiento de la máxima importancia para la continuidad de la "sociedad bien ordenada que diseñó la Constitución de 1978". También se afirma que nuestro país se ha pacificado gracias "al papel protagonista de la Corona y del Rey Don Juan Carlos". Tal vez será por eso que Peces-Barba estima que abogar ahora por la República equivale a proponer, en realidad, un "salto en el vacío". Ahora bien, por otro lado, el mismo autor sostiene que en nuestro sistema político el rey "carece de poder". ¿Cómo puede alguien sin poder pacificar un país o asegurar la continuidad de una "sociedad bien ordenada"? Una de dos: o tiene poder o no tiene poder. Si no lo tiene, entonces ni ha podido protagonizar ni podrá garantizar todo lo que Peces-Barba menciona. Es más: si desaparece esa monarquía sin poder, la sociedad seguirá tan ordenada o tan desordenada como lo estaba antes de su extinción. Si, por el contrario, el Jefe del Estado tiene tanto poder que es capaz de conseguir todo lo que Peces-Barba le atribuye, entonces, desde una perspectiva democrática al menos, parece aconsejable abolir la monarquía y permitir que tan importante y decisivo cargo lo ejerzan personas elegidas directamente por los ciudadanos. [José Luis Gordillo]

Industria de la retórica política.
El "prêt-à-penser" de la Heritage Foundation

La Heritage Foundation no es un "think-tank", es decir, un laboratorio de ideas, sino una organización militante lista para intervenir al momento en el debate público. No trata de elaborar y proponer soluciones a problemas políticos, sino de pensar por los parlamentarios y dictarles el trabajo legislativo que deben hacer. Estrechamente asociada al gobierno de Ronald Reagan y al de Margaret Thatcher, ha sabido imponer en los medios de comunicación y en los lugares de debate un discurso único de talante conservador, militarista y pseudoliberal. Con un presupuesto para gastos de comunicación de treinta y cinto millones de dólares al año, la Heritage Foundation redacta hoy día las argumentaciones del gobierno de Geore W. Bush.

En 1973, Richard Nixon no logró convencer al Congreso para que apoyara su proyecto de avión de transporte supersónico. El dosier preparado a tal efecto por el American Entreprise Institute no llegó a manos de los parlamentarios hasta dos días después de la votación. Escarmentados por ese fracaso, dos responsables del partido republicado decidieron crear una nueva asociación capaz no sólo de influir sobre las políticas a largo plazo, sino de ser también, en la acción cotidiana, no una "caja de ideas" para elaborar programas, sino una máquina de guerra para arrancar decisiones favorables en el fragor de la batalla.

Paul Weyrich, asistente parlamentario de extrema derecha [1], y Edwin J. Feulner Jr., presidente del grupo de estudios del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, se lanzaron a la búsqueda de patrocinadores para este proyecto. Ante todo convencieron al magnate de las cervecerías de Colorado, el barón Joseph Coors, para que donara 250.000 $ a fin de poner en marcha la iniciativa. Utilizaron un cascarón vacío para disponer lo antes posible de una personalidad jurídica y de exenciones fiscales. Una vez consolidado el asunto, pusieron a la asociación el nombre de Heritage Foundation y obtuvieron la ayuda del banquero Richard Mellon Scaife, que aportó 900 000 $ para el primer año.

A pesar de este flujo de dinero, los comienzos de la Fundación fueron trabajosos. Los promotores tenían dificultades para dar con el estilo que los diferenciara y el modo de actuación correspondiente a sus objetivos. Paul Weyrich, que no se contenta con un simple conservadurismo, sino que quiere promover una forma de integrismo religioso [2], se separa de Feulner para crear, siempre con la ayuda financiera de Joseph Coors, la Free Congress Foundation. Las dos asociaciones, que se ven como complementarias, colaboran regularmente, como lo hicieron para la publicación, en 1988, de un imponente programa ultraliberal en tres volúmenes.

En 1977, a petición de Richard Mellon Scaife, Feulner asume la presidencia de la asociación. Con extraordinario talento, consigue reunir gran número de donantes entre los dueños de multinacionales opuestos a la política de Carter. La Heritage Foundation se convierte en un instrumento clave de la campaña presidencial de Ronald Reagan. Y cuando éste conquista la presidencia, elige una decena de colaboradores de la Fundación para formar su equipo de transición.

La Heritage Foundation y el gobierno de Reagan actúan en perfecta simbiosis [3]. Sobre cada tema que ha de discutirse, la Fundación envía por fax a siete mil parlamentarios, asistentes, consejeros ministeriales y periodistas, un dosier completo con sus argumentos en menos de veinticuatro horas. Da el punto de vista conservador, indica las enmiendas que hay que aprobar en el Congreso y proporciona una argumentación lista para ser usada. A cambio, Edwin J. Feulner es nombrado presidente de la Comisión consultiva sobre asuntos diplomáticos, puesto que ocupará sin interrupción durante los dos mandatos de Reagan y la presidencia de Bush padre.

La Heritage Foundation aporta también su ayuda al padre de la bomba H, Edward Teller, para constituir un grupo de presión en favor de la militarización del espacio. Siempre con la ayuda financiera de Joseph Coors, Feulner crea High Frontier, cuya presidencia ocupa el general Daniel O'Graham. Personalidad destacada del complejo militar-industrial, Graham había participado ya en el Equipo B (Team B) que reevaluó al alza la amenaza soviética [4], presidió la Coalición para la paz por la fuerza (Coalition for Peace through Strength) que batallaba a favor del aumento del presupuesto militar, y animó la sección estadounidense de la Liga Anticomunista Mundial (WACL) [5]. High Frontier publicó el dosier con los argumentos a favor de la "guerra de las galaxias" y aseguró la promoción de dicho proyecto.

La Heritage Foundation interviene principalmente sobre las cuestiones económicas. Populariza el "liberalismo", doctrina, en realidad, favorable a la desreglamentación económica, algo bien distante del concepto de libertad. Publica versiones de sus argumentaciones adaptadas al Reino Unido por cuenta del gobierno de Margaret Thatcher. Edwin J. Feulner trabaja también en la Sociedad de Mont-Pèlerin, que difunde el pensamiento ultraliberal de Friedrich von Hayek [6]. Fue presidente de este grupo internacional de 1996 a 1998 [7].

Para ampliar su financiación, la Fundación acepta una subvención de 2,2 millones de dólares de la Fundación coreana, que no es otra cosa que los servicios de información surcoreanos (KCIA), bajo el control del reverendo Sun Myung Moon.

La Heritage Foundation recluta para dirigir sus publicaciones al periodista racista Roger Pearson, militante de la Liga Anticomunista Mundial y colaborador del complejo militar-industrial. Dimitió cuando la prensa reveló sus diversas actividades.

La Heritage Foundation apoyó la política exterior de Ronald Reagan. Por otro lado, alojó en sus locales tanto al Comité por un Afganistán libre (Committee for a Free Afghanistan), sostenido por el hombre de negocios anticomunista Ossama Bin Ladin, como a la Resistencia Nacional de Mozambique (Renamo). Las cosas marcharon tanto más fácilmente cuanto que William Casey, jefe de la CIA, fue uno de los primero miembros de la Fundación. Muchas otras personalidades siguieron su ejemplo. Entre ellos, Elliott Abrams, Richard V. Allen (asistente del Presidente Reagan para asuntos de seguridad nacional), Midge Decter (esposa de Norman Podhoretz, de "Commentary"), Steve Forbes ("Forbes Magazine"), Jack Kemp, Lewis E. Lehrman (antiguo director de Radio Free Europe), Edwin Messe III (Fiscal del Tribunal Supremo), Frank Shakespeare (antiguo director de la CBS y embajador ante la Santa-Sede), etc.

La reaparición de los reaganianos en el entorno de George W. Bush ha dado nuevos bríos a la Heritage Foundation. El Secretario de Estado Colin Powell, el Vicepresidente Dick Cheney y el propio Presidente Bush han pronunciado algunos de sus discursos más importantes en las veladas de la Fundación.

En 2003, los expertos de la Heritage Foundation participaron en 1100 emisiones de televisión y 1418 emisiones de radio, y publicaron en 907 medios de la prensa escrita. Con doscientos mil donantes, la Fundación dispone actualmente de un patrimonio considerable al que hay que añadir un presupuesto anual de funcionamiento, para sus investigaciones y publicaciones, de unos treinta y cinco millones de dólares. Emplea a una pléyade de investigadores y publica 365 días al año notas de síntesis dirigidas a los parlamentarios y al gran público. Por su parte, el sitio internet de la asociación ha recibido 3,6 millones de visitas. Ha publicado asimismo diversas obras, entre ellas el "Índice de la economía libre", en colaboración con el Wall Street Journal. Por supuesto, esta actividad desbordante y sin parangón en el mundo no tiene relación alguna con la investigación científica, sino únicamente con la propaganda ideológica.

miNotas
1.
Paul Weyrich era asistente parlamentario del senador republicano
mide ColoradoGordon Allott.
2. Paul Weyrich es católico de rito greco-melquita.
3. Véase "Ronald Reagan contre l'Empire du mal", "Voltaire", 7 de junio mide 2004.
4. Véase "Les marionnettistes de Washington" por Thierry Meyssan, mi"Voltaire", 13 de noviembre de 2002.
5. Véase "La Ligue anti-communiste mondiale: une internationale du micrime" por Thierry Meyssan, "Voltaire", 12 de mayo de 2004.
6. Véase "Friedrich von Hayek, pape de l'ultra-libéralisme" por Denis miBonneau, "Voltaire", 4 de marzo de 2004.
7. Véase "Les présidents de la Société du Mont-Pèlerin", Biblioteca mielectrónica de la red "Voltaire".

[Fuente: Réseau Voltaire, http://www.voltaire.net/ .
Traducción: Miguel Candel. Texto aportado por: Agustí Roig.]



* Empire Project
http://www.americanempireproject.com/

* Foro de Webs

Aporrea
http://www.aporrea.org/

Rebelión
http://www.rebelion.org/seccion.php?id=19

Forum Socila Mundial http://www.forumsocialmundial.org.br/home.asp

Congreso Marx Internacional IV
http://netx.u-paris10.fr/actuelmarx/index4.htm

I Congreso El republicanismo en España
www.uniovi.es/congreso_republicanismo/

www.uniovi.es/congreso_republicanismo/

Red roja
http://www.uv.es/~pla/redroja.html

 

La biblioteca
de
Babel

Enric Prat (ed.)
Pensamiento pacifista

Icaria, Barcelona,
2004, 156 págs.

Una introducción al pensamiento pacifista en tiempos de auge militarista, esto es lo que ofrece este libro. Reúne ocho artículos sobre otros tantos pensadores: Henry D. Thoreau (Carme Romia), León Tolstói (José Luis Gordillo), Albert Einstein (Francisco Fernández Buey), Virginia Woolf (Elena Grau), Hannah Arendt (Verena Stolcke), Martin Luther King (Joan Gomis) y E. P. Thompson (Jaime Pastor). Se habla de sus principales ideas, de las prácticas que inspiraron y de los problemas a los que trataban de responder. Por sus características, es un buen instrumento para que tanto los mayores como los más jóvenes se familiaricen con elementos fundamentales de la historia del pensamiento pacifista. [Antonio Madrid]

 

Néstor Kohan y Miguel Rep
Gramsci para principiantes
Era Naciente, Buenos Aires, 2003, 175 páginas.

La colección "Para principiantes" ha dedicado uno de sus libros al pensamiento de Antonio Gramsci. Estos libros son unas breves introducciones a distintos autores, combinando pequeños textos con dibujos. Gramsci para principiantes plantea desde el principio que la lectura de Gramsci puede servir para comprender mejor el capitalismo actual y para resistir frente a él. El libro va entrelazando distintos temas. Por un lado la biografía personal de Gramsci: sus orígenes, sus estudios, su militancia, su familia, su encarcelamiento. También analiza el contexto histórico: la situación de Italia a principios del siglo XIX, la revolución rusa, los consejos obreros en Italia, las internacionales, el triunfo del fascismo. Por último plantea algunas de las ideas claves del pensamiento político de Gramsci y de sus Cuadernos de la Cárcel: la cuestión de la hegemonía, la sociedad civil, la crítica al economicismo y al determinismo, el papel de los intelectuales y la filosofía de la praxis. Gramsci para principiantes no es un libro "sesudo", aunque no está exento de rigor y de cierta profundidad. En cualquier caso, cumple con creces la finalidad de incitar a la lectura directa de Gramsci; por ejemplo cuando recomienda empezar la lectura de los Cuadernos por el 11 "Introducción al estudio de la filosofía" o por el 13 "Análisis de situaciones: relaciones de fuerza". Un libro que consigue "difundir críticamente verdades ya descubiertas", homenajeando así al propio Gramsci. [Eduardo Melero Alonso]

 

Slavoj Zizek
O espectro segue a rolda.
Actualidade do
Manifesto Comunista
Traducción e introducción
de Francisco Sanpedro
Edicións Laiovento,
Santiago de Compostela,
2004, 114 págs.

Breve exposición de las tesis sobre teoría crítica de la sociedad del autor de ¿Quién dijo totalitarismos? Cinco intervenciones sobre el (mal)uso de una noción y muchas otras obras. Insiste aquí también en la necesidad de repolitizar la economía y presenta sus reflexiones con el vigor argumentativo que le caracteriza. Este filósofo esloveno sabe de lo que habla cuando describe situaciones y movimientos sociales propios de los países del Este. Defiende una postura crítica radical frente al poder destructivo del capitalismo y a las actitudes de cinismo que refuerzan el consumismo, la pasividad y el apoliticismo.

Los asuntos que trata en este libro creo que son centrales para el movimiento altermundialista. Desde las reflexiones acerca de la disidencia en los países hoy ex socialistas hasta la caracterización del multiculturalismo (análisis del "demasiado" y del "no suficiente" de éste, entre los cuales no existe el término medio), desarrolla un discurso en el que destaca su aguda percepción sobre el problema de fondo: no hay alternativa en el interior de la democracia liberal ni tampoco en ninguna de las formas de vuelta atrás. De algún modo, el movimiento altermundialista tendrá que enfrentarse a muchas de las cuestiones que Zizek plantea y principalmente a la cuestión de las tradiciones teóricas y prácticas capaces de orientar un verdadero cambio de modelo de sociedad que no reproduzca simplemente el pasado ni perpetúe el presente. [María Rosa Borrás]

 

S. Amin et al.
La segunda Guerra
del Golfo: Irak, 2003
Hacer Editorial,
Barcelona, 2004

Este volumen colectivo reúne una selección de artículos de la revista de izquierdas estadounidense Monthly Review. Se trata de una publicación con aires de continuidad, por cuanto sus promotores pretenden publicar semestralmente una selección de lo publicado en la revista madre, recuperando el antiguo trabajo de la Revista Mensual / Monthly Review que se publicó en Barcelona entre 1977 y 1982. Este volumen tiene por tanto un doble valor. Como anuncia su título en él se recogen las principales aportaciones de la revista al análisis de la Guerra de Irak, ofreciendo una rica panorámica del imperialismo norteamericano en su fase actual. En su parte final también recoge tres documentos dedicados a la memoria del economista Paul M. Sweezy (1910-2004), uno de los principales animadores de la revista y de los mas importantes teóricos de la economía marxista. Para quien esto escribe su "Teoría del desarrollo capitalista" sigue constituyendo una de las mejores introducciones a la economía marxista clásica. [A.R.A.]

 

El Imperio
fuera de la ley

Noam Chomsky
Hegemonía o Supervivencia.
La estrategia imperialista
de Estados Unidos
Traducción de Miguel Izquierdo,
Barcelona, Ediciones B,
2004, 403 págs.

El último libro de Noam Chomsky fue publicado en inglés el año 2003 y es el primer volumen de un proyecto editorial (Empire Project) en el que varios autores norteamericanos dedicarán sus esfuerzos a analizar en sendos trabajos las características y estrategias del imperio estadounidense (para más información puede visitarse la página web de EmpireProject ( * ).

Una primera cosa que sorprende de este trabajo de Chomsky es que no haya en él ni una sola referencia a Negri o Hardt ni a su libro "Imperio". Sorprende porque se trata de autores que son punto de referencia para el movimiento altermundista y que, en este caso, están tratando un tema común: el de cómo se gobierna el mundo de la globalización. Aún más, al hablar de la estrategia "imperialista" de Estados Unidos, Chomsky parece que toma posición en contra de los planteamientos de Negri, que sostiene que el "imperialismo" es cosa del pasado y que, ahora, estamos en la era del "Imperio"que es algo bien distinto. La única explicación que he podido encontrar a esta ausencia de referencias al libro de Negri ha sido en una entrevista concedida por Chomsky allá por el año 2001 en la que dice que "esto no es la física" y que lo que hay es dominación y explotación. La cuestión de si llamamos a eso "imperio" o "imperialismo" no tiene, pues, para él, ninguna importancia (posición, por lo demás, bastante discutible para un científico social).

Otra cosa que llama la atención del libro es que Chomsky establece una línea de continuidad entre la era que denomina Reagan-Bush I y la etapa de Bush II, relativizando así la tesis de que se haya verificado un cambio radical en las formas de dominación como consecuencia del atentado del 11 de septiembre. Ni la guerra "contra el terrorismo", ni la guerra "justa", ni la guerra "preventiva", ni el desprecio de la ONU son novedades radicales surgidas tras el 11S (sin que el intermedio de Clinton suponga, tampoco, interrupción drástica alguna). Así, Reagan ya declaró una primera "guerra contra el terror", utilizó la guerra preventiva en el caso de Libia, desobedeció una sentencia del Tribunal Internacional de La Haya relativa a Nicaragua; Bush I invadió Panamá y llamó a la operación militar "Justa Causa", también atacó Irak con una contundencia mucho mayor que la exigida para la retirada de Kuwait; Clinton, por su parte, bombardeó Kosovo sin autorización de la ONU para "celebrar" el cincuenta aniversario de la OTAN. Por tanto, hasta cierto punto, tras el 11-S no tendríamos sino "más de lo mismo", aunque con la atención focalizada en zonas diferentes del mapamundi.

El título del libro "Hegemonía o Supervivencia" plantea una disyuntiva, pero ésta no se refiere exclusivamente a Estados Unidos: las alternativas son la hegemonía estadounidense o la supervivencia de la humanidad. Quien sería capaz de garantizar la subsistencia de la especie sería la que Chomsky denomina la otra "superpotencia" que existe en la actualidad: la opinión pública mundial que se expresa en lugares como los Foros Sociales y que sustenta la creencia de que "otro mundo es posible".

Sin embargo, si tenemos que calibrar la correlación de fuerzas entre las dos "superpotencias" por las páginas que se le dedican a cada una en el libro, el resultado es bastante desalentador. De las 344 páginas de texto que tiene el volumen (excluidas las de notas y los índices), 341 están dedicadas a la hegemonía estadounidense y sólo 3 a la "opinión pública mundial" que, según Chomsky, debe enfrentarse a ella. Por eso, aunque el autor concluya diciendo que el resultado no es "desolador, ni mucho menos", la cantidad de horrores, mentiras, hipocresías, matanzas, peligros, abusos, agresiones, torturas y humillaciones que pasan frente a los ojos del lector a lo largo de este documentadísimo libro le dejan aterrado y deprimido y con muchas ganas de poder decir aquello de "que lo paren (el mundo) que me apeo". [J-A E.]

 

Lecturas
para el
Verano

Es el momento de hacer acopio de lectura para las vacaciones, no sea que éstas te pillen desprovisto y hayas de bucear en la basura con que los gigantes de la edición inundan los puestos de venta de libros de los lugares de ocio. Lo mejor es planear. Lectura de evasión inteligente, si se quiere; o buena literatura; o aprovechar para un poco de estudio verdaderamente fecundo, ahora que se dispone de un poco más de tiempo.

Para ocio inteligente, propongo por ejemplo el libro de Vicente Romano, Estampas (El Viejo Topo, Barcelona, 2004), un libro brechtiano y divertido, con bastante sentido del humor. O el último Le Carré, Amigos absolutos (Random House Mondadori, Barcelona, 2004); a John Le Carré le ha gustado la invasión de Iraq tanto como a ti. Y si prefieres la novela negra, dos autores contemporáneos, Henning Mankell y Andrea Camilleri, te recordarán -sobre todo el primero- a los grandes maestros del género (Hammet, Chandler, Cain, McCoy, Sciascia,) y te evitarán recurrir a churros consagrados por la propaganda como Agatha Christie o G. Simenon.

Buena literatura y bastante retranca política es la que ofrece J. Saramago en Ensayo sobre la lucidez (Alfaguara, Madrid, 2004), que espejea en cierto modo su Ensayo sobre la ceguera. Recuerda también que existe John Berger, cuya novela Hacia la boda (Alfaguara, Madrid, 1995), aunque ya de hace años, es magnífica. Berger ha publicado recientemente El tamaño de una bolsa (Taurus, Madrid, 2004), conjunto de pequeños ensayos sobre su exposición a obras de arte, a veces un poco herméticos pero casi siempre enormemente sugestivos.

Una posibilidad de estudio, cortando con el habitual si se estudia habitualmente: Ernest García ha publicado, Medio ambiente y sociedad (Alianza, Madrid, 2004) que es un libro magnífico, de esos que merecen ser tomados absolutamente en serio, y cuya lectura permitirá discutir los problemas ecológicos sin que te pueda toser ningún ingeniero de compañía eléctrica o industria contaminante. No es uno de esos pseudolibros con recuadritos de resumen para retrasaditos con que a veces nos joroban los amigos de la lombriz de tierra, sino el mejor tratado que se ha publicado sobre la cuestión.

Son sólo sugerencias de lectura. Tampoco es necesario estar a lo último publicado, como es natural. No hemos de competir con nadie, sino disfrutar nosotros mismos. [JRC]

 

Foro de Webs
Trobareu el nom complet de les webs, al final del document. (*)

Venezuela ante
el referéndum revocatorio

El proximo 15 de agosto tendrá lugar en Venezuela el referéndum sobre la continuidad del presidente Hugo Chávez al frente del gobierno. Para seguir el proceso y los acontecimientos en curso, pueden consultarse: Aporrea ( * ).

Página web de la Asamblea Popular Revolucionaria, que se define como un espacio de articulación popular-revolucionaria que discute análisis y propuestas políticas respecto a la situación venezolana y a las perspectivas del proceso de transformación que transcurre en el país, promueve la organización popular en los barrios y la coordinación con otras instancias del movimiento popular.

Es un portal con una sección de noticias actualizadas varias veces al día, otra de artículos de opinión y documentos y numerosos enlaces a otras páginas venezolanas, algunas de ellas de prensa alternativa, comunitaria y popular que publican sus contenidos impresos en internet.

Una abundante relación de artículos de opinión, documentos básicos y enlaces puede encontrarse también en la sección dedicada a Venezuela en la web de Rebelión ( * ).

Hacia el V Foro
Social Mundial
web FSM ( * )
En la página del FSM hay ya información sobre el próximo FSM en Porto Alegre del 26 al 31 de enero del 2005. En la carta de inauguración del proceso se explica la propuesta de nueva metodología para el Foro y, hasta el 13 de julio, las organizaciones pueden participar en la consulta temática en línea contestando a un cuestionario.

La página contiene también balances del Foro 2004 en Mumbai, información de Foros Sociales regionales y temáticos, agenda de movilizaciones y biblioteca de alternativas.

Congreso Marx
Internacional IV

web actuelmarx ( * )
Del próximo 29 de septiembre al 2 de octubre está prevista la celebración en París del Congreso Marx Internacional IV, bajo el lema Guerra imperialista, guerra social. En la página web de la revista Actuel Marx, organizadores del Congreso, pueden encontrarse informaciones prácticas sobre horarios, inscripción, presentación de comunicaciones, convocatoria y algunos textos.

I Congreso
El republicanismo en España
web congreso ( * )
El Área de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo organiza el "I Congreso El republicanismo en España" que tendrá lugar entre el 20 y el 22 de octubre de 2004 en Oviedo. Toda la información necesaria para los interesados en participar o enviar propuestas de comunicación se encuentra disponible en la web citada. El plazo de admisión de propuestas de comunicaciones acaba el 1 de julio de 2004 y el texto completo puede enviarse hasta el 1 de septiembre.

Web Roja Red Roja
web redroja ( * )
Portal auspiciado por Rafael Pla con una completísima relación de enlaces a páginas rojas en internet. Listados de organizaciones, revistas en la red, foros de debate...

[Sección a cargo
de Víctor Ríos]

Revista
mientras tanto

Número 90
Notas editoriales
El PSOE otra vez: diferencias y parecidos; El nuevo gobierno y la economía; Terrorismo de Al Qaeda; La creciente desnaturalización de Izquierda Unida. Nota de la Redacción.
Artículos Joaquim Sempere, "El combate contra el mito mercado libre y sus efectos para el proyecto socialista"; Paul Farmer, "Una realidad horriblemente interesante"; Xavier Domenech, "El cambio político desde abajo (1962-1976)"; Josep Torrell, "A propósito de Portabella"; Daniel Pereyra, "Argentina: militares torturadores"; Gilberto López, "Autonomías indígenas en México". // In memoriam. El extremista discreto. Reseñas. Documento.

Avance
del número 91-92
Artículos de
Jaime Pastor, "Evolución, crisis y mutaciones de la izquierda transformadora y alternativa"; Robert González, "Los movimientos por la ocupación. 20 años liberando espacios de la especulación del capital"; Jordi Petit, "De la peligrosidad social a las siglas LGBT"; Marisa Revilla Blanco, "Las ONGD y la solidaridad internacional en España hoy. Campañas y movimientos"; Rafael Ajangiz, "Objeción de conciencia, Insumisión, movimiento militarista".

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