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Vallas asesinas
Ceuta y Melilla han vuelto a estar en el centro de la tragedia.

Propuesta de contrarreforma laboral:
Más sacrificios para los trabajadores más beneficios para la patronal

El Proyecto de Ley Orgánica de la Defensa Nacional:
Un paso más en la preparación de las guerras

Saddam Hussein: un juicio tramposo
Bajo la ocupación estadounidense...

De luna a luna.
Octubre 2005

“Errores mediáticos” y The Lancet
por Dave Edwards

Algo más que un Homenaje
www.manuelsacristan.org

La biblioteca de Babel
· Pier Paolo Pasolini. Palabra de Corsario
· Jim Montavalli (comp.),
El cambio climático. Crónicas desde las zonas de riesgo del planeta

Una película para "perdedores"
· Marcelo Piñeyro,
El método

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Número 30· Noviembre de 2005
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Vallas asesinas

     Ceuta y Melilla han vuelto a estar en el centro de la tragedia. Un drama que como una obra teatral de éxito se repone cada temporada, generando una sucesión de muertos, desaparecidos, detenidos, expulsados... Esta vez la dimensión ha sido mayor y ha generado una respuesta en cadena que muestra a las claras el grado de barbarie que contiene el actual “orden mundial”.

     Algunas cosas son obvias. El pretendido mundo sin fronteras que predican los globalizadores es, paradójicamente, un mundo repleto de vallas edificadas para evitar los movimientos de las personas. Éstas no sólo se encuentran en la frontera exterior del mundo rico (Israel, Ceuta y Melilla, frontera mexicana), sino que se repiten por doquier en su interior, en forma de espacios excluyentes protegidos por barreras físicas y guardias de seguridad (urbanizaciones exclusivas, centros comerciales, etc.). Más que un mundo sin fronteras, nos encaminamos a un espacio fragmentado por murallas y peajes que dejan fuera a los social y económicamente débiles.

     Ceuta y Melilla forman parte de esta red de barreras orientada a frenar la entrada desde África. España, Italia y Grecia se han convertido, por su ubicación geográfica, en los gendarmes de la frontera Sur europea, lo que les lleva a protagonizar los episodios más violentos como el de las muertes y apaleamientos de los pasados días o el trato inhumano del gobierno Berlusconi a los recluidos en Lampedusa. No es sólo un problema de voluntad política. Aunque hay diferencias en el discurso de los políticos (y tienen su importancia, por el impacto que generan en la población que los recibe) están confrontados a mantener políticas parecidas. Nacidas tanto del propio temor a los efectos que la inmigración pueda tener en el propio país, como por las presiones que reciben de sus socios del Norte.

     Lo que los últimos sucesos han hecho visible es el papel que en esta tragedia se les asigna a los países transfronterizos. Lo que la políticamente correcta Europa pretende es desplazar el juego sucio al otro lado de la valla y que sean los gobiernos norteafricanos los que se encarguen de la tarea. El malo de la película ha sido Marruecos, que al actuar con su tradicional estilo represivo (tiros, malos tratos, abusos policiales, deportaciones al desierto, etc.) ha puesto en evidencia que la valla es sólo una estación más del calvario que representan las migraciones. Y que encargamos las tareas más inhumanas a regímenes corruptos y despóticos a los que toleramos con tal que nos alivien la presión. Tal como en el mundo empresarial lo que priva es la subcontratación en cadena y las peores condiciones laborales se concentran en la base, en el control de la población mundial se da un proceso parecido entre estados que aplican dosis crecientes de brutalidad. O ¿no fue esto lo que le pidió Juan Carlos I a su primo Mohamed, que hiciera de gorila de discoteca para aliviar nuestros problemas? Esto es lo que lleva tiempo propugnando Blair, la construcción de campos de concentración (“centros de acogida”) de demandantes de asilo político en los países de la periferia, para evitar que puedan venir a casa a pedirnos un derecho que les hemos prometido. El camino que va de la valla de Melilla al desierto del Sahara es un camino que señala la estructura desigual, neocolonial, sobre la que se asienta el actual sistema mundial.

     Constatar dónde estamos siempre es útil. Aunque, como es el caso, nos produce más intranquilidad que respuestas. Lo ha entendido bien Julián Marías al indicar que nuestra respuesta colectiva es la de impotencia y mala conciencia. Y tiene razón. Estamos en la misma situación que aquellas ramas médicas que saben distinguir los síntomas de enfermedades terribles (por ejemplo la esclerosis lateral amiotrófica) pero tienen poca o ninguna respuesta para su curación. Sin duda, hay una respuesta posible, la de “papeles para todos”, la de exigir igual trato para los movimientos de personas que para los de mercancías y capitales (de hecho algunas personas, como los ejecutivos y los turistas adinerados, ya lo tienen). Y sin duda la libertad de movimientos debe constituir un elemento del futuro de la humanidad. Pero se trata de una demanda difícil de conseguir en el momento actual. Necesitamos sin duda esta requisitoria moral, pero también de políticas intermedias que avancen en este camino.

     La cuestión crucial es el modelo económico que tenemos. Un modelo productivo cuyo impacto ecológico impide su generalización y fuerza exclusiones. Eliminar los graves desequilibrios mundiales pasa por el desarrollo del sur, pero también por cambios profundos en las sociedades desarrolladas. Por esto no se trata de propugnar que nos copien, sino de llevar a cabo una, sin duda difícil, transición. Y ésta es una tarea cada vez más urgente y que obliga a replantear los objetivos no sólo a las castas políticas, sino también a buena parte de las organizaciones sociales (sindicatos, ONGs, etc.). La historia de los migrantes es en parte una huida a un mundo insoportable (a menudo provocado por intervenciones asociadas a la explotación de materias primas para el norte, o resultado de las políticas económicas impuestas desde el centro). Pero es también la aspiración por alcanzar la forma de vida opulenta que difunden los medios de comunicación (y en la que también sueña una inmensa mayoría de la clase trabajadora de los países ricos). No es sólo nuestra represión la causa del sufrimiento, también nuestra forma de vida, nuestro consumo de bienes naturales, nuestras normas de producción e intercambio.

     Una segunda línea de actuación tiene que ver con el trato humanitario. Si no vamos a dar entrada a todo el mundo, hay que exigir con fuerza a nuestros gobiernos que se hagan cargo del trato humano en “toda la cadena”. Que se comprometan tanto a cambiar las pautas actuales en materia económica, como a evitar toda la cadena de abusos que se producen en los procesos de ida y vuelta de las migraciones, incluyendo el apoyo a los movimientos sociales que luchan por la democratización de estos países y que realizan una verdadera labor de sostén a esta población flotante. Y en paralelo seguir desarrollando la acogida a los que han saltado la valla y son ya vecinos nuestros. Porque tampoco podemos olvidar que la altura de la valla es también producto del miedo colectivo a que los “bárbaros del sur” acaben con nuestro estado de bienestar y nuestra opulencia, y cuanto más ajenos consideremos a nuestros nuevos vecinos más insensibles seremos con los que aún no han llegado. Estas propuestas son utópicas y difíciles de practicar en el corto plazo. Se trata de buscar una vía desde la impotencia (que puede conducir a la inacción y al cinismo) actual, orientada a vincular nuestras acciones en muy diferentes planos frente a un problema sobre el que gravita una parte importante del futuro. Y sugerir que en esta respuesta, como en casi todo, es necesario combinar buenos proyectos utópicos y éticos con campañas concretas, denuncias y exigencias de mejora en el corto plazo, para minar el suelo sobre el que se erigen las vallas asesinas. [Albert Recio]

 

Propuesta de contrarreforma laboral: más sacrificios para los trabajadores más beneficios para la patronal

     En las últimas semanas los medios de comunicación han aireado las diferentes propuestas que sobre la nueva contrarreforma (el término reforma tiene demasiadas connotaciones ideológicas como para utilizarlo en este caso) han realizado los Ministerios de Trabajo y Economía, así como la patronal. De entre las diferentes medidas planteadas sin duda ha habido una que va a ser el objeto máximo de discusión en los próximos meses: la generalización de la indemnización por despido improcedente a 33 días por año. Sobre las propuestas, negociaciones y justificaciones de tal medida se hacen necesarias unas líneas por la repercusión que puede en el movimiento obrero y la clase obrera en su conjunto.

Globos sonda e inicio de las negociaciones

     El Gobierno ha propuesto a los sindicatos mayoritarios y a la patronal las siguientes medidas:

     Abaratamiento del despido. Extender los contratos de fomento del empleo estable a todos los parados que cuenten con un mes de antigüedad como demandantes de empleo y, por lo tanto, indemnización en caso de despido declarado improcedente de 33 días por año trabajado (en la actualidad los contratos indefinidos ordinarios cuentan con una indemnización de 45 días por año).

     De la misma manera se ha planteado ampliar de 25 a 50 trabajadores el tamaño de las empresas que pueden acogerse a la financiación del 40% de las indemnizaciones por despido objetivo (la indemnización para este despido es de 20 días por año trabajado).

     Rebajas de las cotizaciones empresariales. Se propone que existan reducciones de la cotización que deben realizar los empresarios al desempleo y al Fondo de Garantía Salarial, así como bonificar a los mismos por las contrataciones que realicen con el nuevo modelo de contrato indefinido.

     Ante este planteamiento del Gobierno la patronal se ha sentido fuerte porque ve reconocida la práctica totalidad de sus demandas, aunque aún ha lanzado más propuestas cuya ejecución supondría prácticamente la desaparición del derecho del trabajo:

     · Supresión de la autorización administrativa en los despidos colectivos, estableciendo un procedimiento reglado de negociación y consultas, así como la revisión de la definición de las causas objetivas de despido.

     · Eliminación de la caracterización del despido objetivo como nulo por incumplimiento de requisitos formales.

     · Suprimir las prohibiciones del uso de ETTs en determinados sectores como construcción y minería, así como posibilitar la transformación de las mismas en Agencias de Empleo.

Efectos y falacias de la futura contrarreforma laboral

     La propuesta del Gobierno tiene, además de facilitar el despido, otros efectos. Por un lado se regalarían miles de millones de euros a la patronal, al rebajar la indemnización correspondiente al despido declarado improcedente y al asumir las arcas del Estado el 40% de la indemnización por despido objetivo en empresas de hasta 50 trabajadores. Por otro lado, sin justificación alguna ni ningún tipo de rubor, se rebajan las cotizaciones que por diferentes conceptos deben realizar las empresas, lo que de hecho supone que los sacrificios que cuesta el pago de impuestos para millones de trabajadores se regalan en parte a la patronal.

     La argumentación central de los empresarios para proceder a rebajar la indemnización del despido improcedente, a la que ahora se ha sumado el gobierno, se basa en hacer creer que tal decisión provocaría una reducción de la contratación temporal. Esta premisa no es nueva y ya fue utilizada en la contrarreforma laboral de 1997. Sin embargo, justo antes de que se firmara, la tasa de temporalidad era 33%: ocho años después, el nivel de temporalidad no sólo no se ha reducido sino que ha aumentado situándonos en septiembre de 2005 en un porcentaje del 34,39 %, lo que viene a demostrar que no hay relación entre rebajar el coste del despido y la reducción de la temporalidad (más bien al contrario, porque tal medida facilita a los empresarios que transformen empleo estable en empleo temporal).

La posición de los sindicatos

     “(...) sí, yo intento ser preciso, mire: el contrato de 33 días lo inventamos nosotros en una reforma laboral del 97, y es un buen contrato. Pero es un buen contrato porque aparte de tener menos días de indemnización por despido, va bonificado, de forma que usted en una empresa tiene 3 chicos temporales y, si los convierte en indefinidos, no sólo le bonifican y le paga el estado más de la mitad de la seguridad social, sino que si los quiere despedir le cuesta menos. Es para eso un contrato de fomento del empleo indefinido.”

     Desgraciadamente, y aunque lo pueda parecer, estas declaraciones no son del antiguo funcionario franquista José María Cuevas sino que son palabras textuales del Secretario General de CC.OO., José María Fidalgo, el pasado lunes 24 de octubre en el programa de TVE “59 segundos”. Hasta la fecha, si bien las direcciones de los sindicatos mayoritarios se han opuesto formalmente a gran parte de las medidas antiobreras del Gobierno, en la práctica han insistido más en la necesidad de negociarlas y consensuarlas que en una oposición rotunda. Ante la batería de medidas planteadas y las provocaciones de la patronal, los sindicatos deberían abandonar cualquier mesa de negociación hasta que no se retiren las mismas y, en el supuesto de que se aprobasen, anunciar la convocatoria de una huelga general como culminación de un proceso permanente de movilizaciones. [Vidal Aragonés]

El Proyecto de Ley Orgánica de la Defensa Nacional: un paso más en la preparación de las guerras

     El día 15 de septiembre, el Congreso de los Diputados aprobó el Proyecto de Ley Orgánica de la Defensa Nacional. El texto aprobado, que puede consultarse en http://www.senado.es/, está todavía pendiente de su aprobación por el Senado.

     El aspecto más destacable del Proyecto es la necesidad de autorización previa del Congreso para que el Gobierno pueda ordenar “operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional” (artículo 17.1 del Proyecto). Estas misiones, además, deben ser conformes con la Carta de las Naciones Unidas.

     La prensa afín al Gobierno recogía, el mismo día de la aprobación del Proyecto, el siguiente titular: “El Congreso deberá autorizar todas las misiones del Ejército en el exterior” (véase El País de 15 de septiembre). Sin embargo, una lectura atenta del Proyecto convierte, cuando menos, en problemática esta afirmación.

     Como ya he señalado, el art. 17.1 del Proyecto somete a la autorización previa del Congreso únicamente las “operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional”. Son únicamente estas misiones las que deben ser conformes con la Carta de las Naciones Unidas y con el derecho internacional [art. 19.c) del Proyecto]. ¿Qué sucede con las misiones de las fuerzas armadas en el exterior que sí estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional? Sencillamente ni quedarán sometidas a la autorización previa del Congreso, ni a la Carta de la Naciones Unidas y el derecho internacional.

     Las operaciones directamente relacionadas con la defensa de España no pueden ser otras que las realizadas en ejercicio del derecho de legítima defensa frente a una agresión exterior. Parece razonable no someter estas operaciones a la autorización previa del Congreso. Lo que no es razonable es pretender, como hace el Proyecto, que no se encuentran sometidas a los requisitos establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, que regula la legítima defensa en su artículo 51. Según la Carta de las Naciones Unidas, la legítima defensa se produce en respuesta a un ataque armado, respuesta que debe ser inmediata, proporcional, necesaria y provisional hasta el que Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. La redacción del Proyecto intenta dejar la puerta abierta a la legítima defensa preventiva, es decir, aquélla que se ejerce antes de que exista un ataque armado y que no prevé la Carta de las Naciones Unidas.

     Mayores problemas plantean las intervenciones militares directamente relacionadas con la defensa de los intereses nacionales. El Proyecto no define cuáles son estos intereses nacionales, ni qué tipo de operaciones se pueden realizar en su defensa. Sin embargo, si se acude a otras leyes, se descubre que estos intereses son “los intereses políticos, económicos, industriales, comerciales y estratégicos de España” (artículo 4.a) de la Ley 11/220, de 6 de mayo, reguladora del Centro Nacional de Inteligencia). En este mismo sentido, el Ministro de Defensa, José Bono, durante su intervención en el Congreso hizo mención a la “guerra del fletán” como uno de los ejemplos en que el ejército español ha defendido los intereses nacionales en el exterior.

     En definitiva, las operaciones en el exterior directamente relacionadas con la defensa de intereses políticos, económicos, industriales, comerciales y estratégicos de España quedarán fuera de los mecanismos de control establecidos en el Proyecto de Ley Orgánica de la Defensa Nacional. Incluso aunque se trate de operaciones que supongan el uso de la fuerza. En otras palabras, el Gobierno puede decidir libremente comenzar una guerra –o sumarse a las guerras promovidas por nuestros aliados, supuesto más probable– siempre que estén en juego necesidades energéticas, financieras, económicas o políticas del Estado español. Y sin necesidad de someter esa guerra ni a lo establecido en los artículos 17 y 19 del Proyecto de Ley Orgánica de la Defensa Nacional, ni al artículo 63.3 de la Constitución española, según el cual, “Al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz”. El Estado español va más allá de la doctrina de la injerencia humanitaria, que ya practicó con los bombardeos a Serbia en 1999, para reconocer que el uso de la fuerza, la guerra, es un mecanismo más de su política internacional.

     El Proyecto es coherente con el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN de 1999 y con la doctrina estratégica de los Estados Unidos de América. El Proyecto, además, se sitúa en la línea de preparación de la guerra que han puesto en práctica tanto el PSOE como el PP a través de la integración en la OTAN, la profesionalización del ejército, el elevado gasto militar –especialmente en investigación y desarrollo–, o la política de fomento de las exportaciones de armas.

     Más allá de la pantomima del desacuerdo entre el PSOE y el PP, la cuestión del “interés nacional” pone de manifiesto el consenso de fondo existente entre los dos grandes partidos de nuestro país en materia de defensa. De hecho, el representante del PP en la Comisión de Defensa del Congreso insistió en el Proyecto no hacía alusión a los «intereses nacionales como un criterio básico a tener en cuenta cuando se trata de defensa nacional, que por ejemplo pueden exigir misiones en el exterior de las Fuerzas Armadas decididas autónomamente por el Gobierno».

     El Proyecto supone, en definitiva, un pasito más en la legitimación de la guerra y en la militarización de la sociedad. ¿Permitirán los socios del Gobierno que la Ley Orgánica de la Defensa Nacional mantenga esta vía de militarismo encubierto? [Eduardo Melero Alonso, Grupo de Estudios Críticos – La Undécima Tesis]

 

Sadam Hussein: un juicio tramposo

     Bajo la ocupación estadounidense y antes, incluso, de votarse la Constitución, se constituyó un “Tribunal especial iraquí” para juzgar al exdictador Saddam Hussein. Sorpresa: el dictador tan denostado por su feroz represión contra kurdos, chiíes y disidentes y por haber emprendido una guerra mortífera contra el vecino Irán está siendo juzgado por “la ejecución de 143 ciudadanos, el secuestro de 399 familias y la destrucción de sus casas y tierras” en 1982 en Dujail, a 60 km. al norte de Bagdad.

     Saddam Hussein merecía un juicio por algo más. Entre 1981 y 1988 desencadenaba una guerra contra Irán cuyo balance se estima en torno al millón de víctimas en ambos bandos. En 1987-1988 causó unas 182.000 víctimas kurdas (cifra estimada) en la zona de Halabja, en el Kurdistán iraquí, utilizando masivamente armas químicas. En 1991, los chiíes de la región sudoriental del país, que tras la primera guerra de Irak habían sido alentados a sublevarse contra el dictador por el gobierno de George Bush senior, fueron abandonados a su suerte cuando la represión de Hussein se abatió sobre ellos. Por no hablar de la liquidación física de miles de oponentes comunistas y otros demócratas. ¿Por qué todos estos delitos de lesa humanidad no aparecen en el juicio en marcha? La razón es evidente: en todas estas matanzas genocidas y crímenes contra la humanidad Saddam Hussein actuaba en connivencia o cubierto por el silencio cómplice de los gobiernos estadounidenses. Entonces el dictador era una pieza “amiga” en el tablero de la zona. La guerra contra Irán interesaba a los Estados Unidos para debilitar o destruir el régimen adverso de los ayatollahs. La causa de los kurdos no interesaba a Estados Unidos: podía complicar el control del petróleo de Kirkuk. Un proceso de verdad podía poner en evidencia todas estas complicidades y revelar el nefasto papel de la potencia americana en la región. Podía poner en evidencia que el “ángel exterminador” de antes se había transmutado en “demonio” al compás del dictado de Washington. Por esto no debía someterse a Hussein a ningún tribunal internacional independiente.

     Muchas cosas podían salir a la luz. ¿De dónde provenían las armas utilizadas en Irán y el Kurdistán? ¿Qué actitud tuvo la diplomacia yanqui en todos los episodios mencionados? ¿Qué papel tuvieron los servicios secretos yanquis en el fracaso de los varios intentos endógenos –por parte de oficiales iraquíes– de derrocar a Saddam Hussein en el curso de su largo mandato?

     Otra escenificación engañosa, que revela una vez más la prepotencia y el desprecio a los iraquíes (y a la opinión mundial) por parte del gobierno estadounidense, y la voluntad de socavar toda tentativa de erigir una justicia internacional independiente. [J. Sempere]

 

De luna a luna. octubre 2005

Conjunción astral

     Más que el eclipse, importa una conjunción astral que puede apear del gobierno a Zapatero: la conjunción sequía-petróleo-Estatut-inmigración.

     La sequía: aparte de daños a la agricultura y a la ganadería, con tendencia a elevar los precios de los alimentos, hay una franja levantina que va de Castellón a Almería donde la escasez de agua es una calamidad porque afecta a los cultivos hortofrutícolas y a los servicios de hostelería, las dos principales fuentes de ingresos de la zona. Los habitantes de ésta ya daban mayorías locales al PP; ahora, sin agua, como no se construyan pronto las prometidas plantas desaladoras tronarán contra el gobierno; lo harán incluso si se construyen, pues los estados de opinión no desaparecen aunque desaparezcan sus causas.

     El precio del petróleo, que viene determinado por el progresivo agotamiento de las reservas y el incremento de la demanda mundial, produce inflación, incremento de todos los precios, pues el petróleo entra en la composición del precio de todas las mercancías.

     El Estatut de Cataluña, que no ha ido precedido de una conciencia colectiva de la necesidad de articular federalmente las instituciones del país, replantea problemas políticos. Tanto en Cataluña como en el resto de España, la polarización a su respecto dejará las cosas como estaban: cambiará algo para seguir igual, con más victimismo nacionalista en Cataluña y más nacionalismo españolista en las demás comunidades salvo Euskadi, el caso aparte.

     Las oleadas migratorias: esto merece reflexión sustantiva, pero a los efectos que aquí importan, la problemática que plantea la inmigración puede dar aliento a brotes xenófobos que sólo benefician al PP.

     Si añadimos la improbable vuelta a las urnas de muchos de los que votaron escandalizados por la guerra de Irak y las mentiras del gobierno Popular tras los atentados de Madrid, el panorama resulta seriamente preocupante. Permite entender por qué el PP ha optado por la estrategia de la tensión y el hostigamiento permanentes. Pueden volver al gobierno, y ahora que funcionan a careta quitada, sabemos que esto es lo peor que políticamente nos puede ocurrir a corto plazo.

     Las vallas nunca detendrán la presión migratoria de los pobres hacia los países ricos. Quienes buscan trabajo en las sociedades opulentas son el proletariado de hoy. Cada inmigrante aporta un cambio microscópico a nuestras sociedades. Que nunca serán «como antes». La inmigración no es un problema local ni un problema de fronteras permeables: es un gigantesco movimiento que fluye inexorablemente hacia los países ricos desde unas sociedades sacudidas por el seísmo de las políticas neoliberales. Esas políticas y las prácticas de las empresas multinacionales absorben a naciones enteras en el torbellino globalizador destruyendo las culturas tradicionales que permitían comer. Pero tras su rapiña destructora no queda nada: ni infraestructuras, ni instalaciones productivas. Sólo hambre. Una necesidad vital de alimento que hace afrontar penalidades ante las que sucumbiría cualquiera de nosotros.

      China.- Recomendamos encarecidamente la lectura completa del artículo sobre “China y el desastre sanitario” de Rafael Poch de Feliu que se puede encontrar en: www.lainsignia.org/2005/octubre/int_015.htm

 

Errores mediáticos” y The Lancet

por Dave Edwards

     En un artículo publicado el mes pasado en la página web de la BBC, el corresponsal de World Affairs Paul Reynolds señalaba que George Bush estaba luchando por convertir Iraq en un país estable antes de concluir su mandato en enero de 2009: “Si el presidente se sale con la suya, puede dejar el legado que ha venido tratando de hacer realidad en Oriente Medio: un Iraq ejemplo de democracia que justifique la guerra y sus costos.”

     ¡Bien por la información objetiva y no tendenciosa de la BBC! En realidad, Reynolds no puede tener demasiada idea de lo que se cuece en el Iraq. De vez en cuando llegan noticias de las maquinaciones estadounidenses para controlar el proceso político, pero no hay prácticamente ningún periodista que se aventure por las calles del país para obtener información por sí mismo. Una excepción es Robert Fisk, del Independent, que explica cómo el periodismo serio ha desaparecido prácticamente del Iraq: “Uno de los miembros del personal norteamericano admite que no sale a la calle ‘desde hace meses’. Un periodista árabe le hace ese trabajo. Hay un periodista norteamericano que recorre el país, pero sólo ‘encuadrado’ en las tropas estadounidenses. Ningún periodista norteamericano de esta oficina recorre las calles de Bagdad. Esto no es ‘periodismo de hotel’, como dije una vez, sino ‘periodismo de cárcel’.”

     Alejados del mundo real, los periodistas de la BBC gustan de creerse las palabras de George Bush cuando asegura que aspira a hacer del Iraq un “ejemplo de democracia”. Cuando un lector de Media Lens puso en tela de juicio la afirmación de que Bush podría lograr finalmente justificar la matanza de civiles en Iraq, Reynolds respondió: “No pretendía que interpretara mis palabras como una justificación de la guerra, sino como lo que diría el señor Bush.”

     Reynolds estaba dispuesto a admitir e incluso a corregir su “error”, cosa que, de todos modos, es la norma a la que suele atenerse la BBC. Así, por ejemplo, también el mes pasado, el analista de la BBC para Oriente Medio Roger Hardy escribió que George Bush estaba “decidido a ajustarse a un rígido calendario que le permitiera empezar a retirar tropas del Iraq el año próximo, pero su prisa por encontrar una ‘estrategia de salida’, ¿no le obligará a abandonar su aspiración de crear una democracia secular moderna a partir de las cenizas de la dictadura de Sadam?”

     Si se le hicieran objeciones, tal vez Hardy respondiera también que se limitaba a transmitir “lo que el Sr. Bush diría” que era su aspiración; que Bush afirmaría que pretende retirar las tropas estadounidenses del Iraq al margen de la construcción de una cadena de bases norteamericanas permanentes. El 29 de agosto, el mando supremo de la fuerza aérea de los EE.UU. dijo que sus aviones permanecerían en Iraq hasta mucho después de que se hubieran retirado del país las fuerzas terrestres. El general John Jumper dijo: “Vamos a seguir con una presencia rotatoria de algún tipo en esta región de manera más o menos indefinida. Tenemos intereses en esta parte del mundo, así como un interés por permanecer en contacto con los militares de aquí.”

     Gran parte del periodismo está tejido de “errores” favorables al poder. En julio, el diario The Independent –considerado uno de los más sensatos y honrados diarios británicos– rechazaba los cálculos de la revista científica The Lancet según los cuales habían muerto 100.000 civiles desde el comienzo de la ocupación del Iraq. El diario afirmaba que la muestra empleada para calcular el número de muertos había sido “pequeña”, añadiendo: “Aunque nunca completamente refutadas, dichas cifras han sido puestas muy en duda, lo que ha permitido a las autoridades estadounidenses y británicas rechazarlas como mera propaganda.”

     Yo hice unas objeciones al respecto al autor, la veterana editorialista Mary Dejevsky, quien respondió: “Personalmente, creo que había un problema con la técnica de extrapolación, pues aunque la muestra puede haber sido la normal para estos casos, desde la óptica de un profano parecía pequeña para las conclusiones que se obtenían de ella y no parecía que se tuvieran suficientemente en cuenta los diferentes grados de agitación que se dan en diferentes regiones.”

     Pregunté al autor principal del informe de The Lancet, Les Roberts, uno de los más prestigiosos epidemiólogos mundiales, su opinión acerca de las críticas de Dejevsky.

     En su respuesta, Roberts escribió que Dejevsky se equivocaba incluso al hablar de la “técnica de extrapolación” del informe (el equipo había tomado muestras, no extrapolado datos). En cuanto a la idea de que la muestra era “pequeña”, Roberts comentó: “¡Eso es lo más desconcertante! Un total de 142 muertes posteriores a la invasión en 988 unidades familiares son un montón de muertes y, desde el punto de vista técnico, un montón de entrevistas. En 1993, cuando el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos estudió aleatoriamente 613 unidades familiares en Milwaukee y llegó a la conclusión de que 403.000 personas habían desarrollado el criptosporidio, en una de las mayores epidemias jamás producidas en el mundo desarrollado, nadie dijo que 613 unidades familiares no fueran una muestra lo bastante grande.”

     Es realmente desconcertante. En el año 2000, Roberts puso en marcha la primera de una serie de tres encuestas en el Congo por encargo del International Rescue Committee, en las que utilizó métodos afines a los de su estudio sobre el Iraq. La primera encuesta de Roberts estimó que a lo largo de 22 meses habían muerto en el Congo 1,7 millones de personas como consecuencia de conflictos armados. Como dice el propio Roberts, la reacción no pudo ser más diferente: “Tony Blair y Colin Powell citaron esos resultados una y otra vez sin interrogarse para nada sobre su precisión y validez.”

     De hecho, al cabo de un mes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución exigiendo que todos los ejércitos extranjeros abandonasen el Congo, y algo después, en ese mismo año, las Naciones Unidas lanzaron un llamamiento para la concesión de 140 millones de dólares de ayuda a aquel país, lo que representaba más del doble de su anterior petición anual. Posteriormente, citando el estudio, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Estados Unidos anunció un compromiso por valor de 10 millones más de dólares para programas de emergencia en el Congo.

     Y en cambio, significativamente, el Daily Mail informaba en octubre de 2004 del “creciente enfado de Washington y Londres” por “los métodos utilizados para elaborar” el informe de Roberts sobre el Iraq (esencialmente los mismos que se habían utilizado en el Congo).

     Lo más inquietante de la respuesta de Roberts fue su contestación a las afirmaciones de Dejevsky de que los desiguales niveles de violencia comprometían la exactitud de las cifras. En realidad, el estudio no sólo tenía en cuenta esa variabilidad, sino que se decantaba hacia el lado de la cautela al excluir los datos correspondientes a Faluya, donde la mortandad fue extraordinariamente alta. Faluya fue el único caso elegido para ilustrar la extrema violencia desatada en las ciudades (como Ramada, Tallafar, Faluya, Nayaf); todas las demás quedaron excluidas de la muestra por puro azar. Ello significa que el número real de muertes supera con toda probabilidad los 100.000. Roberts le dijo a Dejevsky: “Dése cuenta, por favor, de hasta qué punto fuimos cautelosos: hicimos una encuesta por la que estimábamos que habían muerto unas 285.000 personas durante los 18 primeros meses de la invasión y ocupación, mientras que en nuestro informe nos limitábamos a hablar de un mínimo de 100.000.”

     Roberts concluía: “Existen como mínimo 8 estimaciones independientes del número o índice de muertes provocadas por la invasión del Iraq. La fuente predilecta de los partidarios de la guerra (Iraqbodycount.org) es la que da las cifras más bajas. Nuestra estimación es la tercera empezando por arriba. Hay otras cuatro estimaciones que sitúan la tasa de mortalidad por encima de las 100.000 personas.”

     Los políticos y los periodistas han recurrido a la reducida cifra aportada por Iraqbodycount para atacar el estudio de Lancet. Se han servido también exhaustivamente de un comentario publicado en el Washington Post por Marc E. Garlasco, analista militar de alta graduación que colabora con Human Rights Watch, quien dijo acerca de las cifras de Roberts: “Esas cifras parecen infladas”.

     Los medios de comunicación no han recogido, en cambio, los comentarios hechos posteriormente por Garlasco, quien ahora dice que en aquel momento no había leído el artículo de Lancet, y califica su cita en el Post de “realmente desafortunada”. Garlasco cuenta que le dijo al periodista: “No lo he leído ni lo he visto. No sé nada al respecto, de manera que no debería comentarlo.” Pero “como todo buen periodista, me indujo a hacer el comentario.”

     La mayoría de los periodistas que rechazaron el informe de Lancet no se molestaron en exponer ni en buscar una opinión científicamente documentada. En vez de eso, prefirieron quedarse en tópicos y afirmaciones propagandísticas favorables al gobierno. Dada la gravedad del asunto que nos ocupa (la responsabilidad de nuestro gobierno en la matanza de decenas, quizá centenares, de miles de civiles) es difícil imaginar un caso de negligencia periodística más grave.

     Quizá convenga dar la última palabra al propio Roberts. Hacia el final de su mensaje electrónico a Dejevsky, oímos la voz de un científico perfectamente racional que ha experimentado plenamente en su carne hasta qué punto pueden ser irracionales los medios de comunicación: “Es chocante que la lógica epidemiológica admitida cada día por la prensa en relación con los nuevos medicamentos y los riesgos para la salud cambie cuando el mecanismo letal son las fuerzas armadas propias.”

David Edwards es coeditor de http://www.medialens.org/

[Fuente: Znet, www.zmag.org.
Traducción: Miguel Candel. Artículo suministrado por: Agustí Roig]

 

Algo más que un Homenaje

(Texto publicado en “Mundo Obrero” nov. 2005)

     No es mi intención trazar una biografía intelectual o vivencial de Manuel Sacristán Luzón (MSL), uno de los “trabajadores intelectuales” españoles más comprometidos con su tiempo y con la sociedad de la que formó parte. Desempeñó responsabilidades en los órganos de dirección del PSUC y del PCE en los años difíciles, luchó por una universidad democrática, y tras su salida del partido (fue militante de base hasta 1978) inició un infatigable activismo entorno al eco-socialismo el pacifismo y la intervención cultural, fue fundador de las revistas; Materiales y mientras tanto.

     El 27 de agosto del 2005 se cumplió el XX aniversario de su muerte y ahora hará justo un año, que la FIM (Fundación de Investigaciones Marxistas) y la FCIM (Fundació Catalana d’ Investigacions Marxistes) recogiendo la demanda expresada por un gran número de “trabajadores intelectuales” y militantes del amplio espectro de la izquierda alternativa, se propusieron organizar junto a las Universidades Públicas Barcelonesas (UB, UPC, UAB, UPF) un gran Homenaje conmemorativo a MSL. Desde un primer momento las Universidades apoyaron el proyecto, involucrándose tanto económica como sentimentalmente y e inmediatamente se sumaron como colaboradores las publicaciones “El Viejo Topo” y “mientras tanto”.

     Desde la ideación del proyecto, gracias a un entregado comité científico asesor, se ha tenido claro que este Homenaje debe entenderse como algo más que un acto académico y que debemos aspirar a alcanzar una serie de objetivos entre los que podríamos destacar: 1) Reconocimiento público e institucional del compromiso social, político e intelectual que MSL mantuvo a lo largo de su vida para conseguir una sociedad más justa e igualitaria para todos. 2) El carácter científico-festivo ( más de 30 especialistas y amigos intervendrán a lo largo de los tres días) de las actividades, desde las cuales esperamos que se aborden tanto sobre como-a-través de MSL parte de nuestro pasado, presente y futuro. 3) Intentar generar nuevas iniciativas sobre el pensamiento de MSL y apoyar modestamente las que ya estaban en curso ( un ejemplo es la cofinanciación de la edición de uno de los trabajos más importantes que se han realizado entorno a la figura de MSL, “Manuel Sacristán, Integral” una serie de 8 documentales (dvd´s, ya montados, que están a la espera de encontrar financiación para ser distribuidos comercialmente) dirigidos por Xavier Juncosa. 4) La creación de una página web - http://www.manuelsacristan.org/ - que pretende divulgar y hacer más accesible a todos los interesados, los textos de-y-sobre MSL, 5) Editar un dossier con textos de MSL ( que se repartirá gratuitamente en la jornadas inaugural del Homenaje ( día 23 de noviembre en el paraninfo de la UB), así como publicar en formato libro o CD las ponencias e intervenciones que tendrán lugar. 6) Que el Homenaje sea también un reconocimiento de todos y para todos aquellos que desde diferentes posicionamientos políticos e intelectuales se sientan deudores o coparticipes del pensamiento de MSL, el Homenaje a recibido el incondicional apoyo de más de 23 plataformas (partidos, revistas, fundaciones) tanto estatales como internacionales. 7) Proyectar hacia el futuro  “una manera de hacer y pensar” que en la actualidad creemos vigente y necesaria.

     No podríamos hacer realidad todos estos objetivos sin el trabajo previo y diario (recuperación y catalogación de textos, actos de homenaje, proyectos documentales, actos conmemorativos, edición de libros y revistas, artículos en prensa y la imprescindible y efectiva transmisión oral) que desde hace más de 20 años realizan infinidad de personas y organizaciones, algunas muy conocidas y la mayoría anónimas, que en algún momento de su vida coincidieron, compartieron, debatieron o se enfrentaron, con Manuel Sacristán o a alguno de sus escritos.

     Para concluir sólo deseo proponer al lector de este periódico, que no es uno cualquiera, que si tiene un poco de tiempo y sus obligaciones se lo permiten, se acerque en algún momento al “Homenaje conmemorativo a Manuel Sacristán” (la información completa en: www.manuelsacristan.org) que tendrá lugar los días 23, 24 y 25 de noviembre en Barcelona. Y para aquellos interesados que no puedan, que serán muchos y desde diferentes partes del territorio, les pido que se aproximen sosegadamente a la figura de uno de los intelectuales-militantes más interesantes de la segunda mitad del s. XX. [Iñaki Vázquez Álvarez, Coordinador del Homenaje a Manuel Sacristán Luzón, FIM-FCIM]

PROGRAMA:

Miércoles 23 de noviembre (Jornada Inaugural, 19:00 - 21:30h., Paranimfo de la UB)

Intervenciones de Luís Ferrer Caubet (rector de la Universidad Autónoma de Barcelona, por confirmar), Josep Ferrer i Llop (rector de la Universidad Politécnica de Cataluña), Josep Joan Moreso (rector de la Universidad Pompeu Fabra), Victòria Girona i Brumós (vicerrectora de Profesorado UB) y Javier Navascués Fernández-Victorio, director de la FIM

Intervenciones de Gabriel Vargas Lozano; Rosa Rossi y Víctor Ríos

Conductor: Ramón Franquesa

Jueves 24 de noviembre (Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales)

10:00 - 14:00h.: Conferencia de apertura: J.R. Capella, “Biografia política de Manuel Sacristán”; Mesa: Ciencia / Lógica / Filosofía (Moderador: Albert Domingo): Intervenciones de Luís Vega Reñón, Salvador López Arnal, José María Ripalda, Félix Ovejero, Guillermo Lusa

15:15h. Presentación y proyección de “Manuel Sacristán, filósofo” a cargo de Xavier Juncosa (Salón de Actos)

17:30h. Mesa: Literatura y traducción (Moderadora:  Virginia Trueba) Intervenciones de Mª Dolores Albiac, Laureano Bonet, Álvaro Ceballos, Carlos Piera, Gonzalo Pontón

22:00h. Presentación y proyección del documental “Manuel Sacristán, maestro” (Filmoteca de Cataluña)

Viernes 25 de noviembre (Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales)

09:30 - 13:20h. Conferencia de apertura: Paco Fernández Buey. “Manuel Sacristán en el mundo de las ideas”; Mesa: Marx i Marxismo (Moderador: Paco Fernández Buey): Intervenciones de Josep Fontana, Joaquim Sempere, Francisco J. Martinez, Miguel Candel, Manuel Monereo

14:30h. Presentación y proyección de “Manuel Sacristán, marxista”, a cargo de Xavier Juncosa

16:50h. Mesa: Compromiso político y acción social (Moderador: Joan Pallisé): Intervenciones de: Albert Corominas, Enric Tello, Joan Martínez Alier, Jaume Botey y Rafael Grasa

20:00 – 21:00 h. Sesión final: Intervenciones de Alfons Barceló, María Rosa Borras y Antoni Doménech

 

La biblioteca de Babel

AA.VV
Pier Paolo Pasolini. Palabra de Corsario

Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2005, 351 págs.

     Hace pocos días que en el Círculo de Bellas Artes de Madrid se comenzó a desmontar la exposición sobre Pier Paolo Pasolini que se abriera el 15 de septiembre (www.pasolini.net/indgex-m.htm). Durante este mes y medio, la exposición se ha conjugado con un ciclo de películas y documentales inéditos en España, al tiempo que un Congreso celebrado a principios de octubre dirigido por Mariano Maresca. Queda de todo esto, entre otras cosas, la edición de un bello libro que recoge palabras e imágenes de y sobre Pasolini. A la

belleza del libro le acompaña un doble interés: la revisión de su figura y su pensamiento, al tiempo que la edición de documentos inéditos.
La obra de Pasolini se mantiene como una herida abierta: sangrante, fresca, al tiempo que tremenda. La herida de la palabra que es al mismo tiempo la herida que se hace con la palabra. Palabra de corsario que no puede quedar limitada a su concordancia con el pasado, ya que hacerlo equivaldría a silenciar el terrible presente del que nos sigue hablando Pasolini. [Antonio Madrid.]

Jim Montavalli (comp.)
El cambio climático. Crónicas desde las zonas de riesgo del planeta

Paidós, Barcelona, 2005, 271 págs.

     Jim Motavalli, director de E/The Enviromental Magazine, compila en este libro una serie de informes recogidos sobre el terreno que presentan el calentamiento global, el cambio climático inducido por el hombre, como el principal y único responsable de los riesgos a los que se ven sometidos extensas zonas del planeta y que comprometen seriamente su supervivencia. Se trata de un análisis minucioso que, con la objetividad de los datos, centra las causas de tan desastrosos efectos en la utilización de energías altamente contaminantes y en la deforestación (aunque sin llegar a cuestionar la estructura global de funcionamiento de un sistema en permanente conflicto con los intereses de los más afectados). El libro pretende ser crítico, pero está lastrado por los valores del falso progresismo, al proponer la eficacia energética y el uso de energías “limpias” y renovables en

todos los sectores y en todo el mundo, en sintonía con la apertura de nuevos mercados por el sector productivo y financiero.

     Sin embargo, es un buen libro de divulgación ecológica que explica el cambio climático y puede ser útil para promover una política verdaderamente ecologista. Para los que pensamos que el futuro de todas las sociedades está en la capacidad para decidir su propia transformación, y no en la globalización del comercio, este texto puede ser un primer paso hacia otras lecturas que contribuyan a reflexionar acerca del “paranoico progreso capitalista que ha condenado al mundo”. De lo contrario, será la Naturaleza quien ponga fin, con una larga agonía, a tanta ignorancia y avaricia.
[Sonia Bogatell Collantes]

 

Una película de "perdedores"

Marcelo Piñeyro, El método
España-Argentina-Italia, 2005, 120'.

     Es agradable encontrarse con una película que dependa exclusivamente del trabajo de los actores, ni lujosos escenarios ni fuegos artificiales, sólo los actores ante la cámara en una historia que se desarrolla en el claustrofóbico espacio de una sala de reuniones. Está basada en la obra de teatro de Jordi Galcerán (El método Grönholm) todavía en cartelera, y su trama gira en torno a un proceso de selección de personal de unos ejecutivos que aspiran a alguno de los innumerables puestos de dirección que existen en las interminables pirámides burocráticas de las corporaciones. Es una “metáfora de las relaciones de poder que se construyen en la sociedad contemporánea y la particularidad de los vínculos que estas relaciones producen entre los individuos”, según palabras de Piñeyro.

     En las corporaciones, los métodos de selección de personal son parte del sistema de reproducción social de la administración taylorista: son pedagógicos, tanto sirven para contratar como para despedir y el seleccionador es un mero operario-ejecutor de una política de personal ya decidida en alguna fase anterior. Por ello el método es simplemente una mediación que permite dar un barniz de objetividad a una elección basada en prejuicios y estereotipos. Con ello se consigue descargar de la responsabilidad personal de la decisión y se banaliza la ejecución transformándola en un juego competitivo.

     De este “juego” trata nuestra película, en él unas personas se hallan forzadas a comportarse al modo hobbesiano (como un lobo para el hombre), colaborando en el proceso de selección y decidiendo ellos mismo la expulsión de cada compañero. Todo ello en un juego cuyas cartas están marcadas y es imposible ganar con unas reglas que determinan el resultado. Y la participación de otros candidatos no sirve más que para “legalizar” la elección del elegido y ocultar la discriminación por razón de sexo, edad, creencias... Un complicado método para que al final gane el de siempre.

     Por ello es una película de "perdedores" en la que la lógica de empresa arrasa contra cualquier ética personal que pudiera suponer un obstáculo en sus “objetivos” sean cuales sean. Las personas viven una contradicción entre sus ideales y las estrechas grietas que el sistema permite para llevarlos a cabo. Pierden los que la corporación considera afuncionales: se pierde por el simple hecho de ser mujer, ser “mayor”, tener una mínima conciencia ecológica o no someterse a los procedimientos de autoridad de la burocracia kafkiana. Pero hay diferentes modos de perder porque también los hay de ganar y en esta paradójica competición gana el puesto el que pierde en su vida. Todos pierden, gana la empresa.

     Mientras, en la calle se desarrollaba una manifestación antiglobalización, cuyo paisaje desolado tras la represión de los antidisturbios es un reflejo del estado en el que quedan las conciencias de nuestros personajes, tan próximos. Pues día a día, en cada pequeño lugar, en cada persona, también se desarrolla una batalla política. [Joan Lara Amat y León]
 

PÁGINAS-AMIGAS
Curso virtual interactivo de formación especializada en derechos humanos
(del 9 de enero al 7 de abril de 2006):
Oferta la Universidad Pablo de Olavide.
Dirección: Joaquín Herrera Flores (http://www.fiadh.org/).
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El Curso va dirigido a personas implicadas en la lucha por la dignidad humana, tengan o no titulación académica.

Revista mientras tanto

Contenido del número 95
     Notas editoriales. Artículos J. Sempere, Razones y contexto del 'no' francés al Tratado Constitucional europeo. Una crónica de urgencia; M.R. Borrás, Redefinir el proyecto de la ciudad de Barcelona; M.R. Borrás y A. Madrid, La Reforma del sistema educativo español; A. Recio, Empleo y medio ambiente. Necesidad y dificultad de un proyecto alternativo; R. Campderrich, La influencia de Leo Strauss sobre los neocons. Reflexiones en torno al conocimiento científico: A. Durán, Conocimiento científico y desarrollo tecnológico para un mundo sostenible; J. Torrents y P. Freixas, Experiencias de socialización del conocimiento. Del software libre a las licencias Creative Commons. Juan A. Aguilera Mochón, La ciencia frente a las creencias religiosas. Reseña.

Avance del número 96
     Notas editoriales: “El muro de Melilla y nosotros”; “El Katrina y la política”; “...y mañana, y pasado y el otro”. Artículos de JM Ripalda, “Habermas y Europa”; J. Sempere, “La democracia y los técnicos”; J. Büchner, “Aportaciones a un debate: la apropiación privada de la innovación social”; R. Campderrich, “Occidente en la encrucijada”; J. Torrell sobre la muerte de B. Amengual, entre otros. Reseñas. Documento.

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