Vallas
asesinas
Ceuta y Melilla han vuelto a estar
en el centro de la tragedia. Un drama que como una obra teatral de éxito
se repone cada temporada, generando una sucesión de muertos,
desaparecidos, detenidos, expulsados... Esta vez la dimensión ha sido
mayor y ha generado una respuesta en cadena que muestra a las claras el
grado de barbarie que contiene el actual “orden mundial”.
Algunas cosas son obvias. El
pretendido mundo sin fronteras que predican los globalizadores es,
paradójicamente, un mundo repleto de vallas edificadas para evitar los
movimientos de las personas. Éstas no sólo se encuentran en la frontera
exterior del mundo rico (Israel, Ceuta y Melilla, frontera mexicana),
sino que se repiten por doquier en su interior, en forma de espacios
excluyentes protegidos por barreras físicas y guardias de seguridad
(urbanizaciones exclusivas, centros comerciales, etc.). Más que un mundo
sin fronteras, nos encaminamos a un espacio fragmentado por murallas y
peajes que dejan fuera a los social y económicamente débiles.
Ceuta y Melilla forman parte de
esta red de barreras orientada a frenar la entrada desde África. España,
Italia y Grecia se han convertido, por su ubicación geográfica, en los
gendarmes de la frontera Sur europea, lo que les lleva a protagonizar
los episodios más violentos como el de las muertes y apaleamientos de
los pasados días o el trato inhumano del gobierno Berlusconi a los
recluidos en Lampedusa. No es sólo un problema de voluntad política.
Aunque hay diferencias en el discurso de los políticos (y tienen su
importancia, por el impacto que generan en la población que los recibe)
están confrontados a mantener políticas parecidas. Nacidas tanto del
propio temor a los efectos que la inmigración pueda tener en el propio
país, como por las presiones que reciben de sus socios del
Norte.
Lo que los últimos sucesos han
hecho visible es el papel que en esta tragedia se les asigna a los
países transfronterizos. Lo que la políticamente correcta Europa
pretende es desplazar el juego sucio al otro lado de la valla y que sean
los gobiernos norteafricanos los que se encarguen de la tarea. El malo
de la película ha sido Marruecos, que al actuar con su tradicional
estilo represivo (tiros, malos tratos, abusos policiales, deportaciones
al desierto, etc.) ha puesto en evidencia que la valla es sólo una
estación más del calvario que representan las migraciones. Y que
encargamos las tareas más inhumanas a regímenes corruptos y despóticos a
los que toleramos con tal que nos alivien la presión. Tal como en el
mundo empresarial lo que priva es la subcontratación en cadena y las
peores condiciones laborales se concentran en la base, en el control de
la población mundial se da un proceso parecido entre estados que aplican
dosis crecientes de brutalidad. O ¿no fue esto lo que le pidió Juan
Carlos I a su primo Mohamed, que hiciera de gorila de discoteca para
aliviar nuestros problemas? Esto es lo que lleva tiempo propugnando
Blair, la construcción de campos de concentración (“centros de acogida”)
de demandantes de asilo político en los países de la periferia, para
evitar que puedan venir a casa a pedirnos un derecho que les hemos
prometido. El camino que va de la valla de Melilla al desierto del
Sahara es un camino que señala la estructura desigual, neocolonial,
sobre la que se asienta el actual sistema mundial.
Constatar dónde estamos siempre es
útil. Aunque, como es el caso, nos produce más intranquilidad que
respuestas. Lo ha entendido bien Julián Marías al indicar que nuestra
respuesta colectiva es la de impotencia y mala conciencia. Y tiene
razón. Estamos en la misma situación que aquellas ramas médicas que
saben distinguir los síntomas de enfermedades terribles (por ejemplo la
esclerosis lateral amiotrófica) pero tienen poca o ninguna respuesta
para su curación. Sin duda, hay una respuesta posible, la de “papeles
para todos”, la de exigir igual trato para los movimientos de personas
que para los de mercancías y capitales (de hecho algunas personas, como
los ejecutivos y los turistas adinerados, ya lo tienen). Y sin duda la
libertad de movimientos debe constituir un elemento del futuro de la
humanidad. Pero se trata de una demanda difícil de conseguir en el
momento actual. Necesitamos sin duda esta requisitoria moral, pero
también de políticas intermedias que avancen en este camino.
La cuestión crucial es el modelo
económico que tenemos. Un modelo productivo cuyo impacto ecológico
impide su generalización y fuerza exclusiones. Eliminar los graves
desequilibrios mundiales pasa por el desarrollo del sur, pero también
por cambios profundos en las sociedades desarrolladas. Por esto no se
trata de propugnar que nos copien, sino de llevar a cabo una, sin duda
difícil, transición. Y ésta es una tarea cada vez más urgente y que
obliga a replantear los objetivos no sólo a las castas políticas, sino
también a buena parte de las organizaciones sociales (sindicatos, ONGs,
etc.). La historia de los migrantes es en parte una huida a un mundo
insoportable (a menudo provocado por intervenciones asociadas a la
explotación de materias primas para el norte, o resultado de las
políticas económicas impuestas desde el centro). Pero es también la
aspiración por alcanzar la forma de vida opulenta que difunden los
medios de comunicación (y en la que también sueña una inmensa mayoría de
la clase trabajadora de los países ricos). No es sólo nuestra represión
la causa del sufrimiento, también nuestra forma de vida, nuestro consumo
de bienes naturales, nuestras normas de producción e
intercambio.
Una segunda línea de actuación
tiene que ver con el trato humanitario. Si no vamos a dar entrada a todo
el mundo, hay que exigir con fuerza a nuestros gobiernos que se hagan
cargo del trato humano en “toda la cadena”. Que se comprometan tanto a
cambiar las pautas actuales en materia económica, como a evitar toda la
cadena de abusos que se producen en los procesos de ida y vuelta de las
migraciones, incluyendo el apoyo a los movimientos sociales que luchan
por la democratización de estos países y que realizan una verdadera
labor de sostén a esta población flotante. Y en paralelo seguir
desarrollando la acogida a los que han saltado la valla y son ya vecinos
nuestros. Porque tampoco podemos olvidar que la altura de la valla es
también producto del miedo colectivo a que los “bárbaros del sur” acaben
con nuestro estado de bienestar y nuestra opulencia, y cuanto más ajenos
consideremos a nuestros nuevos vecinos más insensibles seremos con los
que aún no han llegado. Estas propuestas son utópicas y difíciles de
practicar en el corto plazo. Se trata de buscar una vía desde la
impotencia (que puede conducir a la inacción y al cinismo) actual,
orientada a vincular nuestras acciones en muy diferentes planos frente a
un problema sobre el que gravita una parte importante del futuro. Y
sugerir que en esta respuesta, como en casi todo, es necesario combinar
buenos proyectos utópicos y éticos con campañas concretas, denuncias y
exigencias de mejora en el corto plazo, para minar el suelo sobre el que
se erigen las vallas asesinas. [Albert Recio]
Propuesta de
contrarreforma laboral: más sacrificios para los trabajadores más
beneficios para la patronal
En las últimas semanas los medios
de comunicación han aireado las diferentes propuestas que sobre la nueva
contrarreforma (el término reforma tiene demasiadas connotaciones
ideológicas como para utilizarlo en este caso) han realizado los
Ministerios de Trabajo y Economía, así como la patronal. De entre las
diferentes medidas planteadas sin duda ha habido una que va a ser el
objeto máximo de discusión en los próximos meses: la generalización de
la indemnización por despido improcedente a 33 días por año. Sobre las
propuestas, negociaciones y justificaciones de tal medida se hacen
necesarias unas líneas por la repercusión que puede en el movimiento
obrero y la clase obrera en su conjunto.
Globos sonda e inicio
de las negociaciones
El Gobierno ha
propuesto a los sindicatos mayoritarios y a la patronal las siguientes
medidas:
Abaratamiento del despido. Extender los
contratos de fomento del empleo estable a todos los parados que cuenten
con un mes de antigüedad como demandantes de empleo y, por lo tanto,
indemnización en caso de despido declarado improcedente de 33 días por
año trabajado (en la actualidad los contratos indefinidos ordinarios
cuentan con una indemnización de 45 días por año).
De la misma manera
se ha planteado ampliar de 25 a 50 trabajadores el tamaño de las
empresas que pueden acogerse a la financiación del 40% de las
indemnizaciones por despido objetivo (la indemnización para este despido
es de 20 días por año trabajado).
Rebajas de
las cotizaciones empresariales. Se propone que existan
reducciones de la cotización que deben realizar los empresarios al
desempleo y al Fondo de Garantía Salarial, así como bonificar a los
mismos por las contrataciones que realicen con el nuevo modelo de
contrato indefinido.
Ante este
planteamiento del Gobierno la patronal se ha sentido fuerte porque ve
reconocida la práctica totalidad de sus demandas, aunque aún ha lanzado
más propuestas cuya ejecución supondría prácticamente la desaparición
del derecho del trabajo:
· Supresión de la
autorización administrativa en los despidos colectivos, estableciendo un
procedimiento reglado de negociación y consultas, así como la revisión
de la definición de las causas objetivas de despido.
· Eliminación de la
caracterización del despido objetivo como nulo por incumplimiento de
requisitos formales.
· Suprimir las
prohibiciones del uso de ETTs en determinados sectores como construcción
y minería, así como posibilitar la transformación de las mismas en
Agencias de Empleo.
Efectos y falacias de
la futura contrarreforma laboral
La propuesta del
Gobierno tiene, además de facilitar el despido, otros efectos. Por un
lado se regalarían miles de millones de euros a la patronal, al rebajar
la indemnización correspondiente al despido declarado improcedente y al
asumir las arcas del Estado el 40% de la indemnización por despido
objetivo en empresas de hasta 50 trabajadores. Por otro lado, sin
justificación alguna ni ningún tipo de rubor, se rebajan las
cotizaciones que por diferentes conceptos deben realizar las empresas,
lo que de hecho supone que los sacrificios que cuesta el pago de
impuestos para millones de trabajadores se regalan en parte a la
patronal.
La argumentación
central de los empresarios para proceder a rebajar la indemnización del
despido improcedente, a la que ahora se ha sumado el gobierno, se basa
en hacer creer que tal decisión provocaría una reducción de la
contratación temporal. Esta premisa no es nueva y ya fue utilizada en la
contrarreforma laboral de 1997. Sin embargo, justo antes de que se
firmara, la tasa de temporalidad era 33%: ocho años después, el nivel de
temporalidad no sólo no se ha reducido sino que ha aumentado situándonos
en septiembre de 2005 en un porcentaje del 34,39 %, lo que viene a
demostrar que no hay relación entre rebajar el coste del despido y la
reducción de la temporalidad (más bien al contrario, porque tal medida
facilita a los empresarios que transformen empleo estable en empleo
temporal).
La posición de los
sindicatos
“(...) sí, yo
intento ser preciso, mire: el contrato de 33 días lo inventamos nosotros
en una reforma laboral del 97, y es un buen contrato. Pero es un buen
contrato porque aparte de tener menos días de indemnización por despido,
va bonificado, de forma que usted en una empresa tiene 3 chicos
temporales y, si los convierte en indefinidos, no sólo le bonifican y le
paga el estado más de la mitad de la seguridad social, sino que si los
quiere despedir le cuesta menos. Es para eso un contrato de fomento del
empleo indefinido.”
Desgraciadamente, y
aunque lo pueda parecer, estas declaraciones no son del antiguo
funcionario franquista José María Cuevas sino que son palabras textuales
del Secretario General de CC.OO., José María Fidalgo, el pasado lunes 24
de octubre en el programa de TVE “59 segundos”. Hasta la fecha, si bien
las direcciones de los sindicatos mayoritarios se han opuesto
formalmente a gran parte de las medidas antiobreras del Gobierno, en la
práctica han insistido más en la necesidad de negociarlas y
consensuarlas que en una oposición rotunda. Ante la batería de medidas
planteadas y las provocaciones de la patronal, los sindicatos deberían
abandonar cualquier mesa de negociación hasta que no se retiren las
mismas y, en el supuesto de que se aprobasen, anunciar la convocatoria
de una huelga general como culminación de un proceso permanente de
movilizaciones. [Vidal Aragonés]
El Proyecto de Ley
Orgánica de la Defensa Nacional: un paso más en la preparación de las
guerras
El día 15 de
septiembre, el Congreso de los Diputados aprobó el Proyecto de Ley
Orgánica de la Defensa Nacional. El texto aprobado, que puede
consultarse en http://www.senado.es/, está todavía
pendiente de su aprobación por el Senado.
El aspecto más destacable del Proyecto es la necesidad de
autorización previa del Congreso para que el Gobierno pueda ordenar
“operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con
la defensa de España o del interés nacional” (artículo 17.1 del
Proyecto). Estas misiones, además, deben ser conformes con la Carta de
las Naciones Unidas.
La prensa afín al Gobierno recogía, el mismo día de la
aprobación del Proyecto, el siguiente titular: “El Congreso deberá
autorizar todas las misiones del Ejército en el exterior” (véase El País
de 15 de septiembre). Sin embargo, una lectura atenta del Proyecto
convierte, cuando menos, en problemática esta
afirmación.
Como ya he señalado, el art. 17.1 del Proyecto somete a la
autorización previa del Congreso únicamente las “operaciones en
el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de
España o del interés nacional”. Son únicamente estas misiones las
que deben ser conformes con la Carta de las Naciones Unidas y con el
derecho internacional [art. 19.c) del Proyecto]. ¿Qué sucede con las
misiones de las fuerzas armadas en el exterior que sí estén directamente
relacionadas con la defensa de España o del interés nacional?
Sencillamente ni quedarán sometidas a la autorización previa del
Congreso, ni a la Carta de la Naciones Unidas y el derecho
internacional.
Las operaciones directamente relacionadas con la defensa de
España no pueden ser otras que las realizadas en ejercicio del derecho
de legítima defensa frente a una agresión exterior. Parece razonable no
someter estas operaciones a la autorización previa del Congreso. Lo que
no es razonable es pretender, como hace el Proyecto, que no se
encuentran sometidas a los requisitos establecidos en la Carta de las
Naciones Unidas, que regula la legítima defensa en su artículo 51. Según
la Carta de las Naciones Unidas, la legítima defensa se produce en
respuesta a un ataque armado, respuesta que debe ser inmediata,
proporcional, necesaria y provisional hasta el que Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas adopte las medidas necesarias para mantener la paz y
la seguridad internacionales. La redacción del Proyecto intenta dejar la
puerta abierta a la legítima defensa preventiva, es decir, aquélla que
se ejerce antes de que exista un ataque armado y que no prevé la Carta
de las Naciones Unidas.
Mayores problemas plantean las intervenciones militares
directamente relacionadas con la defensa de los intereses nacionales. El
Proyecto no define cuáles son estos intereses nacionales, ni qué tipo de
operaciones se pueden realizar en su defensa. Sin embargo, si se acude a
otras leyes, se descubre que estos intereses son “los intereses
políticos, económicos, industriales, comerciales y estratégicos de
España” (artículo 4.a) de la Ley 11/220, de 6 de mayo, reguladora del
Centro Nacional de Inteligencia). En este mismo sentido, el Ministro de
Defensa, José Bono, durante su intervención en el Congreso hizo mención
a la “guerra del fletán” como uno de los ejemplos en que el ejército
español ha defendido los intereses nacionales en el
exterior.
En definitiva, las operaciones en el exterior directamente
relacionadas con la defensa de intereses políticos, económicos,
industriales, comerciales y estratégicos de España quedarán fuera de los
mecanismos de control establecidos en el Proyecto de Ley Orgánica de la
Defensa Nacional. Incluso aunque se trate de operaciones que supongan el
uso de la fuerza. En otras palabras, el Gobierno puede decidir
libremente comenzar una guerra –o sumarse a las guerras promovidas por
nuestros aliados, supuesto más probable– siempre que estén en juego
necesidades energéticas, financieras, económicas o políticas del Estado
español. Y sin necesidad de someter esa guerra ni a lo establecido en
los artículos 17 y 19 del Proyecto de Ley Orgánica de la Defensa
Nacional, ni al artículo 63.3 de la Constitución española, según el
cual, “Al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales,
declarar la guerra y hacer la paz”. El Estado español va más allá de la
doctrina de la injerencia humanitaria, que ya practicó con los
bombardeos a Serbia en 1999, para reconocer que el uso de la fuerza, la
guerra, es un mecanismo más de su política
internacional.
El Proyecto es coherente con el nuevo Concepto Estratégico
de la OTAN de 1999 y con la doctrina estratégica de los Estados Unidos
de América. El Proyecto, además, se sitúa en la línea de preparación de
la guerra que han puesto en práctica tanto el PSOE como el PP a través
de la integración en la OTAN, la profesionalización del ejército, el
elevado gasto militar –especialmente en investigación y desarrollo–, o
la política de fomento de las exportaciones de armas.
Más allá de la pantomima del desacuerdo entre el PSOE y el
PP, la cuestión del “interés nacional” pone de manifiesto el consenso de
fondo existente entre los dos grandes partidos de nuestro país en
materia de defensa. De hecho, el representante del PP en la Comisión de
Defensa del Congreso insistió en el Proyecto no hacía alusión a los
«intereses nacionales como un criterio básico a tener en cuenta cuando
se trata de defensa nacional, que por ejemplo pueden exigir misiones en
el exterior de las Fuerzas Armadas decididas autónomamente por el
Gobierno».
El Proyecto supone,
en definitiva, un pasito más en la legitimación de la guerra y en la
militarización de la sociedad. ¿Permitirán los socios del Gobierno que
la Ley Orgánica de la Defensa Nacional mantenga esta vía de militarismo
encubierto? [Eduardo
Melero Alonso, Grupo de Estudios Críticos – La Undécima
Tesis]
Sadam
Hussein: un juicio tramposo
Bajo la ocupación
estadounidense y antes, incluso, de votarse la Constitución, se
constituyó un “Tribunal especial iraquí” para juzgar al exdictador
Saddam Hussein. Sorpresa: el dictador tan denostado por su feroz
represión contra kurdos, chiíes y disidentes y por haber emprendido una
guerra mortífera contra el vecino Irán está siendo juzgado por “la
ejecución de 143 ciudadanos, el secuestro de 399 familias y la
destrucción de sus casas y tierras” en 1982 en Dujail, a 60 km. al norte
de Bagdad.
Saddam Hussein
merecía un juicio por algo más. Entre 1981 y 1988 desencadenaba una
guerra contra Irán cuyo balance se estima en torno al millón de víctimas
en ambos bandos. En 1987-1988 causó unas 182.000 víctimas kurdas (cifra
estimada) en la zona de Halabja, en el Kurdistán iraquí, utilizando
masivamente armas químicas. En 1991, los chiíes de la región sudoriental
del país, que tras la primera guerra de Irak habían sido alentados a
sublevarse contra el dictador por el gobierno de George Bush
senior, fueron abandonados a su suerte cuando la represión de
Hussein se abatió sobre ellos. Por no hablar de la liquidación física de
miles de oponentes comunistas y otros demócratas. ¿Por qué todos estos
delitos de lesa humanidad no aparecen en el juicio en marcha? La razón
es evidente: en todas estas matanzas genocidas y crímenes contra la
humanidad Saddam Hussein actuaba en connivencia o cubierto por el
silencio cómplice de los gobiernos estadounidenses. Entonces el dictador
era una pieza “amiga” en el tablero de la zona. La guerra contra Irán
interesaba a los Estados Unidos para debilitar o destruir el régimen
adverso de los ayatollahs. La causa de los kurdos no interesaba
a Estados Unidos: podía complicar el control del petróleo de Kirkuk. Un
proceso de verdad podía poner en evidencia todas estas complicidades y
revelar el nefasto papel de la potencia americana en la región. Podía
poner en evidencia que el “ángel exterminador” de antes se había
transmutado en “demonio” al compás del dictado de Washington. Por esto
no debía someterse a Hussein a ningún tribunal internacional
independiente.
Muchas cosas podían
salir a la luz. ¿De dónde provenían las armas utilizadas en Irán y el
Kurdistán? ¿Qué actitud tuvo la diplomacia yanqui en todos los episodios
mencionados? ¿Qué papel tuvieron los servicios secretos yanquis en el
fracaso de los varios intentos endógenos –por parte de oficiales
iraquíes– de derrocar a Saddam Hussein en el curso de su largo mandato?
Otra escenificación
engañosa, que revela una vez más la prepotencia y el desprecio a los
iraquíes (y a la opinión mundial) por parte del gobierno estadounidense,
y la voluntad de socavar toda tentativa de erigir una justicia
internacional independiente. [J.
Sempere]
De luna
a luna. octubre 2005
Conjunción astral
Más que el eclipse,
importa una conjunción astral que puede apear del gobierno a Zapatero:
la conjunción sequía-petróleo-Estatut-inmigración.
La sequía:
aparte de daños a la agricultura y a la ganadería, con tendencia a
elevar los precios de los alimentos, hay una franja levantina que va de
Castellón a Almería donde la escasez de agua es una calamidad porque
afecta a los cultivos hortofrutícolas y a los servicios de hostelería,
las dos principales fuentes de ingresos de la zona. Los habitantes de
ésta ya daban mayorías locales al PP; ahora, sin agua, como no se
construyan pronto las prometidas plantas desaladoras tronarán contra el
gobierno; lo harán incluso si se construyen, pues los estados de opinión
no desaparecen aunque desaparezcan sus causas.
El precio del
petróleo, que viene determinado por el progresivo agotamiento de las
reservas y el incremento de la demanda mundial, produce inflación,
incremento de todos los precios, pues el petróleo entra en la
composición del precio de todas las mercancías.
El Estatut
de Cataluña, que no ha ido precedido de una conciencia colectiva de la
necesidad de articular federalmente las instituciones del país,
replantea problemas políticos. Tanto en Cataluña como en el resto de
España, la polarización a su respecto dejará las cosas como estaban:
cambiará algo para seguir igual, con más victimismo nacionalista en
Cataluña y más nacionalismo españolista en las demás comunidades salvo
Euskadi, el caso aparte.
Las oleadas
migratorias: esto merece reflexión sustantiva, pero a los efectos
que aquí importan, la problemática que plantea la inmigración puede dar
aliento a brotes xenófobos que sólo benefician al PP.
Si añadimos la
improbable vuelta a las urnas de muchos de los que votaron
escandalizados por la guerra de Irak y las mentiras del gobierno Popular
tras los atentados de Madrid, el panorama resulta seriamente
preocupante. Permite entender por qué el PP ha optado por la estrategia
de la tensión y el hostigamiento permanentes. Pueden volver al
gobierno, y ahora que funcionan a careta quitada, sabemos que esto
es lo peor que políticamente nos puede ocurrir a corto plazo.
Las vallas
nunca detendrán la presión migratoria de los pobres hacia los
países ricos. Quienes buscan trabajo en las sociedades opulentas son el
proletariado de hoy. Cada inmigrante aporta un cambio microscópico a
nuestras sociedades. Que nunca serán «como antes». La inmigración no es
un problema local ni un problema de fronteras permeables: es un
gigantesco movimiento que fluye inexorablemente hacia los países ricos
desde unas sociedades sacudidas por el seísmo de las políticas
neoliberales. Esas políticas y las prácticas de las empresas
multinacionales absorben a naciones enteras en el torbellino
globalizador destruyendo las culturas tradicionales que permitían comer.
Pero tras su rapiña destructora no queda nada: ni infraestructuras, ni
instalaciones productivas. Sólo hambre. Una necesidad vital de alimento
que hace afrontar penalidades ante las que sucumbiría cualquiera de
nosotros.
China.-
Recomendamos encarecidamente la lectura completa del artículo
sobre “China y el desastre sanitario” de Rafael Poch de Feliu que se
puede encontrar en: www.lainsignia.org/2005/octubre/int_015.htm
“Errores mediáticos” y The Lancet
por Dave Edwards
En un artículo
publicado el mes pasado en la página web de la BBC, el corresponsal de
World Affairs Paul Reynolds señalaba que George Bush estaba luchando por
convertir Iraq en un país estable antes de concluir su mandato en enero
de 2009: “Si el presidente se sale con la suya, puede dejar el legado
que ha venido tratando de hacer realidad en Oriente Medio: un Iraq
ejemplo de democracia que justifique la guerra y sus costos.”
¡Bien por la
información objetiva y no tendenciosa de la BBC! En realidad, Reynolds
no puede tener demasiada idea de lo que se cuece en el Iraq. De vez en
cuando llegan noticias de las maquinaciones estadounidenses para
controlar el proceso político, pero no hay prácticamente ningún
periodista que se aventure por las calles del país para obtener
información por sí mismo. Una excepción es Robert Fisk, del Independent,
que explica cómo el periodismo serio ha desaparecido prácticamente del
Iraq: “Uno de los miembros del personal norteamericano admite que no
sale a la calle ‘desde hace meses’. Un periodista árabe le hace ese
trabajo. Hay un periodista norteamericano que recorre el país, pero sólo
‘encuadrado’ en las tropas estadounidenses. Ningún periodista
norteamericano de esta oficina recorre las calles de Bagdad. Esto no es
‘periodismo de hotel’, como dije una vez, sino ‘periodismo de
cárcel’.”
Alejados del mundo
real, los periodistas de la BBC gustan de creerse las palabras de George
Bush cuando asegura que aspira a hacer del Iraq un “ejemplo de
democracia”. Cuando un lector de Media Lens puso en tela de juicio la
afirmación de que Bush podría lograr finalmente justificar la matanza de
civiles en Iraq, Reynolds respondió: “No pretendía que interpretara mis
palabras como una justificación de la guerra, sino como lo que diría el
señor Bush.”
Reynolds estaba
dispuesto a admitir e incluso a corregir su “error”, cosa que, de todos
modos, es la norma a la que suele atenerse la BBC. Así, por ejemplo,
también el mes pasado, el analista de la BBC para Oriente Medio Roger
Hardy escribió que George Bush estaba “decidido a ajustarse a un rígido
calendario que le permitiera empezar a retirar tropas del Iraq el año
próximo, pero su prisa por encontrar una ‘estrategia de salida’, ¿no le
obligará a abandonar su aspiración de crear una democracia secular
moderna a partir de las cenizas de la dictadura de Sadam?”
Si se le hicieran
objeciones, tal vez Hardy respondiera también que se limitaba a
transmitir “lo que el Sr. Bush diría” que era su aspiración; que Bush
afirmaría que pretende retirar las tropas estadounidenses del Iraq al
margen de la construcción de una cadena de bases norteamericanas
permanentes. El 29 de agosto, el mando supremo de la fuerza aérea de los
EE.UU. dijo que sus aviones permanecerían en Iraq hasta mucho después de
que se hubieran retirado del país las fuerzas terrestres. El general
John Jumper dijo: “Vamos a seguir con una presencia rotatoria de algún
tipo en esta región de manera más o menos indefinida. Tenemos intereses
en esta parte del mundo, así como un interés por permanecer en contacto
con los militares de aquí.”
Gran parte del
periodismo está tejido de “errores” favorables al poder. En julio, el
diario The Independent –considerado uno de los más sensatos y honrados
diarios británicos– rechazaba los cálculos de la revista científica The
Lancet según los cuales habían muerto 100.000 civiles desde el comienzo
de la ocupación del Iraq. El diario afirmaba que la muestra empleada
para calcular el número de muertos había sido “pequeña”, añadiendo:
“Aunque nunca completamente refutadas, dichas cifras han sido puestas
muy en duda, lo que ha permitido a las autoridades estadounidenses y
británicas rechazarlas como mera propaganda.”
Yo hice unas
objeciones al respecto al autor, la veterana editorialista Mary
Dejevsky, quien respondió: “Personalmente, creo que había un problema
con la técnica de extrapolación, pues aunque la muestra puede haber sido
la normal para estos casos, desde la óptica de un profano parecía
pequeña para las conclusiones que se obtenían de ella y no parecía que
se tuvieran suficientemente en cuenta los diferentes grados de agitación
que se dan en diferentes regiones.”
Pregunté al autor
principal del informe de The Lancet, Les Roberts, uno de los más
prestigiosos epidemiólogos mundiales, su opinión acerca de las críticas
de Dejevsky.
En su respuesta,
Roberts escribió que Dejevsky se equivocaba incluso al hablar de la
“técnica de extrapolación” del informe (el equipo había tomado muestras,
no extrapolado datos). En cuanto a la idea de que la muestra era
“pequeña”, Roberts comentó: “¡Eso es lo más desconcertante! Un total de
142 muertes posteriores a la invasión en 988 unidades familiares son un
montón de muertes y, desde el punto de vista técnico, un montón de
entrevistas. En 1993, cuando el Centro de Control de Enfermedades de los
Estados Unidos estudió aleatoriamente 613 unidades familiares en
Milwaukee y llegó a la conclusión de que 403.000 personas habían
desarrollado el criptosporidio, en una de las mayores epidemias jamás
producidas en el mundo desarrollado, nadie dijo que 613 unidades
familiares no fueran una muestra lo bastante grande.”
Es realmente
desconcertante. En el año 2000, Roberts puso en marcha la primera de una
serie de tres encuestas en el Congo por encargo del International Rescue
Committee, en las que utilizó métodos afines a los de su estudio sobre
el Iraq. La primera encuesta de Roberts estimó que a lo largo de 22
meses habían muerto en el Congo 1,7 millones de personas como
consecuencia de conflictos armados. Como dice el propio Roberts, la
reacción no pudo ser más diferente: “Tony Blair y Colin Powell citaron
esos resultados una y otra vez sin interrogarse para nada sobre su
precisión y validez.”
De hecho, al cabo
de un mes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una
resolución exigiendo que todos los ejércitos extranjeros abandonasen el
Congo, y algo después, en ese mismo año, las Naciones Unidas lanzaron un
llamamiento para la concesión de 140 millones de dólares de ayuda a
aquel país, lo que representaba más del doble de su anterior petición
anual. Posteriormente, citando el estudio, el Ministerio de Asuntos
Exteriores de los Estados Unidos anunció un compromiso por valor de 10
millones más de dólares para programas de emergencia en el
Congo.
Y en cambio,
significativamente, el Daily Mail informaba en octubre de 2004 del
“creciente enfado de Washington y Londres” por “los métodos utilizados
para elaborar” el informe de Roberts sobre el Iraq (esencialmente los
mismos que se habían utilizado en el Congo).
Lo más inquietante
de la respuesta de Roberts fue su contestación a las afirmaciones de
Dejevsky de que los desiguales niveles de violencia comprometían la
exactitud de las cifras. En realidad, el estudio no sólo tenía en cuenta
esa variabilidad, sino que se decantaba hacia el lado de la cautela al
excluir los datos correspondientes a Faluya, donde la mortandad fue
extraordinariamente alta. Faluya fue el único caso elegido para ilustrar
la extrema violencia desatada en las ciudades (como Ramada, Tallafar,
Faluya, Nayaf); todas las demás quedaron excluidas de la muestra por
puro azar. Ello significa que el número real de muertes supera con toda
probabilidad los 100.000. Roberts le dijo a Dejevsky: “Dése cuenta, por
favor, de hasta qué punto fuimos cautelosos: hicimos una encuesta por la
que estimábamos que habían muerto unas 285.000 personas durante los 18
primeros meses de la invasión y ocupación, mientras que en nuestro
informe nos limitábamos a hablar de un mínimo de 100.000.”
Roberts concluía:
“Existen como mínimo 8 estimaciones independientes del número o índice
de muertes provocadas por la invasión del Iraq. La fuente predilecta de
los partidarios de la guerra (Iraqbodycount.org) es la que da las cifras
más bajas. Nuestra estimación es la tercera empezando por arriba. Hay
otras cuatro estimaciones que sitúan la tasa de mortalidad por encima de
las 100.000 personas.”
Los políticos y los
periodistas han recurrido a la reducida cifra aportada por Iraqbodycount
para atacar el estudio de Lancet. Se han servido también exhaustivamente
de un comentario publicado en el Washington Post por Marc E. Garlasco,
analista militar de alta graduación que colabora con Human Rights Watch,
quien dijo acerca de las cifras de Roberts: “Esas cifras parecen
infladas”.
Los medios de
comunicación no han recogido, en cambio, los comentarios hechos
posteriormente por Garlasco, quien ahora dice que en aquel momento no
había leído el artículo de Lancet, y califica su cita en el Post de
“realmente desafortunada”. Garlasco cuenta que le dijo al periodista:
“No lo he leído ni lo he visto. No sé nada al respecto, de manera que no
debería comentarlo.” Pero “como todo buen periodista, me indujo a hacer
el comentario.”
La mayoría de los
periodistas que rechazaron el informe de Lancet no se molestaron en
exponer ni en buscar una opinión científicamente documentada. En vez de
eso, prefirieron quedarse en tópicos y afirmaciones propagandísticas
favorables al gobierno. Dada la gravedad del asunto que nos ocupa (la
responsabilidad de nuestro gobierno en la matanza de decenas, quizá
centenares, de miles de civiles) es difícil imaginar un caso de
negligencia periodística más grave.
Quizá convenga dar
la última palabra al propio Roberts. Hacia el final de su mensaje
electrónico a Dejevsky, oímos la voz de un científico perfectamente
racional que ha experimentado plenamente en su carne hasta qué punto
pueden ser irracionales los medios de comunicación: “Es chocante que la
lógica epidemiológica admitida cada día por la prensa en relación con
los nuevos medicamentos y los riesgos para la salud cambie cuando el
mecanismo letal son las fuerzas armadas propias.”
David Edwards es
coeditor de http://www.medialens.org/
[Fuente: Znet, www.zmag.org. Traducción: Miguel Candel.
Artículo suministrado por: Agustí Roig]
Algo más que un Homenaje
(Texto publicado en “Mundo Obrero” nov.
2005)
No es mi intención
trazar una biografía intelectual o vivencial de Manuel Sacristán Luzón
(MSL), uno de los “trabajadores intelectuales” españoles más
comprometidos con su tiempo y con la sociedad de la que formó parte.
Desempeñó responsabilidades en los órganos de dirección del PSUC y del
PCE en los años difíciles, luchó por una universidad democrática, y tras
su salida del partido (fue militante de base hasta 1978) inició un
infatigable activismo entorno al eco-socialismo el pacifismo y la
intervención cultural, fue fundador de las revistas; Materiales
y mientras tanto.
El 27 de agosto del
2005 se cumplió el XX aniversario de su muerte y ahora hará justo un
año, que la FIM (Fundación de Investigaciones Marxistas) y la
FCIM (Fundació Catalana d’ Investigacions Marxistes) recogiendo
la demanda expresada por un gran número de “trabajadores intelectuales”
y militantes del amplio espectro de la izquierda alternativa, se
propusieron organizar junto a las Universidades Públicas Barcelonesas
(UB, UPC, UAB, UPF) un gran Homenaje conmemorativo a MSL. Desde
un primer momento las Universidades apoyaron el proyecto, involucrándose
tanto económica como sentimentalmente y e inmediatamente se sumaron como
colaboradores las publicaciones “El Viejo Topo” y “mientras
tanto”.
Desde la ideación
del proyecto, gracias a un entregado comité científico asesor, se ha
tenido claro que este Homenaje debe entenderse como algo más que un acto
académico y que debemos aspirar a alcanzar una serie de objetivos entre
los que podríamos destacar: 1) Reconocimiento público e institucional
del compromiso social, político e intelectual que MSL mantuvo a lo largo
de su vida para conseguir una sociedad más justa e igualitaria para
todos. 2) El carácter científico-festivo ( más de 30 especialistas y
amigos intervendrán a lo largo de los tres días) de las actividades,
desde las cuales esperamos que se aborden tanto sobre
como-a-través de MSL parte de nuestro pasado, presente y futuro. 3)
Intentar generar nuevas iniciativas sobre el pensamiento de MSL y apoyar
modestamente las que ya estaban en curso ( un ejemplo es la
cofinanciación de la edición de uno de los trabajos más importantes que
se han realizado entorno a la figura de MSL, “Manuel Sacristán,
Integral” una serie de 8 documentales (dvd´s, ya montados, que están
a la espera de encontrar financiación para ser distribuidos
comercialmente) dirigidos por Xavier Juncosa. 4) La creación de una
página web - http://www.manuelsacristan.org/
- que pretende divulgar y hacer más accesible a todos los interesados,
los textos de-y-sobre MSL, 5) Editar un dossier con textos de MSL
( que se repartirá gratuitamente en la jornadas inaugural del Homenaje (
día 23 de noviembre en el paraninfo de la UB), así como publicar en
formato libro o CD las ponencias e intervenciones que tendrán lugar. 6)
Que el Homenaje sea también un reconocimiento de todos y para todos
aquellos que desde diferentes posicionamientos políticos e intelectuales
se sientan deudores o coparticipes del pensamiento de MSL, el Homenaje a
recibido el incondicional apoyo de más de 23 plataformas (partidos,
revistas, fundaciones) tanto estatales como internacionales. 7)
Proyectar hacia el futuro “una manera de hacer y pensar” que en la
actualidad creemos vigente y necesaria.
No podríamos hacer
realidad todos estos objetivos sin el trabajo previo y diario
(recuperación y catalogación de textos, actos de homenaje, proyectos
documentales, actos conmemorativos, edición de libros y revistas,
artículos en prensa y la imprescindible y efectiva transmisión oral) que
desde hace más de 20 años realizan infinidad de personas y
organizaciones, algunas muy conocidas y la mayoría anónimas, que en
algún momento de su vida coincidieron, compartieron, debatieron o se
enfrentaron, con Manuel Sacristán o a alguno de sus
escritos.
Para concluir sólo
deseo proponer al lector de este periódico, que no es uno cualquiera,
que si tiene un poco de tiempo y sus obligaciones se lo permiten, se
acerque en algún momento al “Homenaje conmemorativo a Manuel
Sacristán” (la información completa en: www.manuelsacristan.org)
que tendrá lugar los días 23, 24 y 25 de noviembre en Barcelona. Y para
aquellos interesados que no puedan, que serán muchos y desde diferentes
partes del territorio, les pido que se aproximen sosegadamente a la
figura de uno de los intelectuales-militantes más interesantes de la
segunda mitad del s. XX. [Iñaki Vázquez Álvarez,
Coordinador del Homenaje a Manuel Sacristán Luzón,
FIM-FCIM]
PROGRAMA:
Miércoles 23 de noviembre (Jornada
Inaugural, 19:00 - 21:30h., Paranimfo de la
UB)
Intervenciones de Luís Ferrer Caubet (rector de la
Universidad Autónoma de Barcelona, por confirmar), Josep Ferrer i Llop
(rector de la Universidad Politécnica de Cataluña), Josep Joan Moreso
(rector de la Universidad Pompeu Fabra), Victòria Girona i Brumós
(vicerrectora de Profesorado UB) y Javier Navascués
Fernández-Victorio, director de la FIM
Intervenciones de
Gabriel Vargas Lozano; Rosa Rossi y Víctor Ríos
Conductor: Ramón
Franquesa
Jueves 24 de noviembre (Salón de Actos de la
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales)
10:00 -
14:00h.: Conferencia de apertura: J.R. Capella, “Biografia
política de Manuel Sacristán”; Mesa: Ciencia / Lógica / Filosofía
(Moderador: Albert Domingo): Intervenciones de Luís Vega Reñón,
Salvador López Arnal, José María Ripalda, Félix Ovejero, Guillermo
Lusa
15:15h. Presentación y proyección de “Manuel
Sacristán, filósofo” a cargo de Xavier Juncosa (Salón de
Actos)
17:30h. Mesa: Literatura y traducción
(Moderadora: Virginia Trueba) Intervenciones de Mª Dolores
Albiac, Laureano Bonet, Álvaro Ceballos, Carlos Piera, Gonzalo Pontón
22:00h. Presentación y proyección del documental
“Manuel Sacristán, maestro” (Filmoteca de
Cataluña)
Viernes 25 de noviembre (Salón de Actos de la
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales)
09:30 - 13:20h. Conferencia de apertura:
Paco Fernández Buey. “Manuel Sacristán en el mundo de las ideas”;
Mesa: Marx i Marxismo (Moderador: Paco Fernández Buey): Intervenciones
de Josep Fontana, Joaquim Sempere, Francisco J. Martinez, Miguel
Candel, Manuel Monereo
14:30h. Presentación y proyección de “Manuel
Sacristán, marxista”, a cargo de Xavier Juncosa
16:50h. Mesa: Compromiso político y
acción social (Moderador: Joan Pallisé): Intervenciones de: Albert
Corominas, Enric Tello, Joan Martínez Alier, Jaume Botey y Rafael
Grasa
20:00 – 21:00
h. Sesión final: Intervenciones de Alfons Barceló,
María Rosa Borras y Antoni Doménech
La biblioteca de Babel
AA.VV Pier Paolo Pasolini. Palabra de Corsario Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2005, 351
págs. |
Hace pocos días que en el
Círculo de Bellas Artes de Madrid se comenzó a desmontar la
exposición sobre Pier Paolo Pasolini que se abriera el 15 de
septiembre (www.pasolini.net/indgex-m.htm).
Durante este mes y medio, la exposición se ha conjugado con un ciclo
de películas y documentales inéditos en España, al tiempo que un
Congreso celebrado a principios de octubre dirigido por Mariano
Maresca. Queda de todo esto, entre otras cosas, la edición de un
bello libro que recoge palabras e imágenes de y sobre Pasolini. A la
|
belleza del
libro le acompaña un doble interés: la revisión de su figura y su
pensamiento, al tiempo que la edición de documentos inéditos. La
obra de Pasolini se mantiene como una herida abierta: sangrante,
fresca, al tiempo que tremenda. La herida de la palabra que es al
mismo tiempo la herida que se hace con la palabra. Palabra de
corsario que no puede quedar limitada a su concordancia con el
pasado, ya que hacerlo equivaldría a silenciar el terrible presente
del que nos sigue hablando Pasolini. [Antonio
Madrid.] |
Jim Montavalli (comp.) El cambio climático.
Crónicas desde las zonas de riesgo del
planeta Paidós, Barcelona, 2005, 271
págs. |
Jim Motavalli, director de
E/The Enviromental Magazine, compila en este libro una serie
de informes recogidos sobre el terreno que presentan el
calentamiento global, el cambio climático inducido por el hombre,
como el principal y único responsable de los riesgos a los que se
ven sometidos extensas zonas del planeta y que comprometen
seriamente su supervivencia. Se trata de un análisis minucioso que,
con la objetividad de los datos, centra las causas de tan
desastrosos efectos en la utilización de energías altamente
contaminantes y en la deforestación (aunque sin llegar a cuestionar
la estructura global de funcionamiento de un sistema en permanente
conflicto con los intereses de los más afectados). El libro pretende
ser crítico, pero está lastrado por los valores del falso
progresismo, al proponer la eficacia energética y el uso de energías
“limpias” y renovables en |
todos los
sectores y en todo el mundo, en sintonía con la apertura de nuevos
mercados por el sector productivo y financiero.
Sin embargo, es un buen
libro de divulgación ecológica que explica el cambio climático y
puede ser útil para promover una política verdaderamente ecologista.
Para los que pensamos que el futuro de todas las sociedades está en
la capacidad para decidir su propia transformación, y no en la
globalización del comercio, este texto puede ser un primer paso
hacia otras lecturas que contribuyan a reflexionar acerca del
“paranoico progreso capitalista que ha condenado al mundo”. De lo
contrario, será la Naturaleza quien ponga fin, con una larga agonía,
a tanta ignorancia y avaricia. [Sonia Bogatell
Collantes] |
Una película de
"perdedores"
Marcelo
Piñeyro, El
método España-Argentina-Italia, 2005,
120'.
Es agradable encontrarse con una
película que dependa exclusivamente del trabajo de los actores, ni
lujosos escenarios ni fuegos artificiales, sólo los actores ante la
cámara en una historia que se desarrolla en el claustrofóbico espacio de
una sala de reuniones. Está basada en la obra de teatro de Jordi
Galcerán (El método Grönholm) todavía en cartelera, y su trama
gira en torno a un proceso de selección de personal de unos ejecutivos
que aspiran a alguno de los innumerables puestos de dirección que
existen en las interminables pirámides burocráticas de las
corporaciones. Es una “metáfora de las relaciones de poder que se
construyen en la sociedad contemporánea y la particularidad de los
vínculos que estas relaciones producen entre los individuos”, según
palabras de Piñeyro.
En las corporaciones, los métodos
de selección de personal son parte del sistema de reproducción social de
la administración taylorista: son pedagógicos, tanto sirven para
contratar como para despedir y el seleccionador es un mero
operario-ejecutor de una política de personal ya decidida en alguna fase
anterior. Por ello el método es simplemente una mediación que permite
dar un barniz de objetividad a una elección basada en prejuicios y
estereotipos. Con ello se consigue descargar de la responsabilidad
personal de la decisión y se banaliza la ejecución transformándola en un
juego competitivo.
De este “juego” trata nuestra
película, en él unas personas se hallan forzadas a comportarse al modo
hobbesiano (como un lobo para el hombre), colaborando en el
proceso de selección y decidiendo ellos mismo la expulsión de cada
compañero. Todo ello en un juego cuyas cartas están marcadas y es
imposible ganar con unas reglas que determinan el resultado. Y la
participación de otros candidatos no sirve más que para “legalizar” la
elección del elegido y ocultar la discriminación por razón de sexo,
edad, creencias... Un complicado método para que al final gane el de
siempre.
Por ello es una película de
"perdedores" en la que la lógica de empresa arrasa contra cualquier
ética personal que pudiera suponer un obstáculo en sus “objetivos” sean
cuales sean. Las personas viven una contradicción entre sus ideales y
las estrechas grietas que el sistema permite para llevarlos a cabo.
Pierden los que la corporación considera afuncionales: se pierde por el
simple hecho de ser mujer, ser “mayor”, tener una mínima conciencia
ecológica o no someterse a los procedimientos de autoridad de la
burocracia kafkiana. Pero hay diferentes modos de perder porque también
los hay de ganar y en esta paradójica competición gana el puesto el que
pierde en su vida. Todos pierden, gana la empresa.
Mientras, en la calle se
desarrollaba una manifestación antiglobalización, cuyo paisaje desolado
tras la represión de los antidisturbios es un reflejo del estado en el
que quedan las conciencias de nuestros personajes, tan próximos. Pues
día a día, en cada pequeño lugar, en cada persona, también se desarrolla
una batalla política. [Joan Lara Amat y
León]
Revista mientras tanto
Contenido
del número 95 Notas editoriales. Artículos J. Sempere,
Razones y contexto del 'no' francés al Tratado Constitucional europeo.
Una crónica de urgencia; M.R. Borrás, Redefinir el proyecto de la ciudad
de Barcelona; M.R. Borrás y A. Madrid, La Reforma del sistema educativo
español; A. Recio, Empleo y medio ambiente. Necesidad y dificultad de un
proyecto alternativo; R. Campderrich, La influencia de Leo Strauss sobre
los neocons. Reflexiones en torno al conocimiento científico: A.
Durán, Conocimiento científico y desarrollo tecnológico para un mundo
sostenible; J. Torrents y P. Freixas, Experiencias de socialización del
conocimiento. Del software libre a las licencias Creative
Commons. Juan A. Aguilera Mochón, La ciencia frente a las creencias
religiosas. Reseña.
Avance del
número 96 Notas editoriales: “El muro de
Melilla y nosotros”; “El Katrina y la política”; “...y mañana, y pasado
y el otro”. Artículos de JM Ripalda, “Habermas y Europa”; J. Sempere, “La
democracia y los técnicos”; J.
Büchner, “Aportaciones a un debate: la apropiación privada de la
innovación social”; R.
Campderrich, “Occidente en la encrucijada”; J. Torrell sobre la muerte
de B. Amengual, entre otros. Reseñas.
Documento.
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la redacción de mientras tanto, Fundación G. Adinolfi - M.
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