NÓMADAS - REVISTA CRÍTICA
DE CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS 12-2005/2 | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 |
Publicaciones digitales y cuestionamiento del establishment cultural |
Adolfo Vásquez Rocca >>> CV |
Desde los años ‘90 hasta hoy la Red ha evolucionado considerablemente.
Sistemas de publicación, más iniciativas, mejores tecnologías
digitales, más usuarios y lectores.
Dada la instrumentalización radical a la que nuestra sociedad se ha visto llevada por muy diversos y complejos motivos, el mercado en general y muy particularmente el editorial, en la medida en que convencionalmente ha sido el encargado de la difusión de ideas, se ha convertido o en una forma de ganar dinero o en una plataforma ideológica de determinados grupos de poder
Ante
esta situación, por todos conocidos, pareciera que no quedaba resquicio
alguno por donde introducir un pensamiento que no pretendiese o ganar dinero
o legitimar alguna forma de dominación.
Metrópolis
Si el desarrollo social humano se puede caracterizar por algo es
por incrementar de forma constante los modos y formas de comunicación,
pero no resulta difícil imaginar que la red termine siendo controlada
por aquellos que esperan beneficios de cualquier cosa y muy especialmente
de la producción de ideas (buenas o malas). Eso es lo que sistemáticamente
se ha producido, uno a uno han ido cayendo bajo el control de grupos de
intereses los medios de comunicación que las sociedades humanas han
producido. Internet tiene el consuelo de que siempre habrá un nivel
de vulnerabilidad que permitirá que nunca nada en ella sea fiable.
Este es un conocimiento importante porque no permite que la gente idolatre
el medio y acepte sin desconfianza la información o el conocimiento
que transmite. Internet obliga a contrastar la información a complementarla
o ampliarla, invita a la comunicación, crea, en definitiva comunidad.
En este sentido ha tenido lugar un importante cambio en los últimos
años conforme Internet se ha ido imponiendo como el mejor medio en
la difusión de ideas. Todavía queda el recelo respecto a
quién está detrás de cada cosa y todavía queda
el contraataque que desde los medio establecidos, que representan a los
grupos de poder y de interés, se realiza, pues ellos siguen teniendo
el control de las agencias de evaluación, de las revistas “prestigiosas”,
de las cátedras universitarias y de los medios masivos de comunicación,
pero inevitablemente la publicación electrónica se equiparará
con otras formas tradicionales en los que se asientan en la actualidad los
derechos, los méritos o la propiedad.
Es habitual, por ejemplo, que el autor, generalmente académico
y no familiarizado con la Web, cuando publica en iniciativas on line su
mayor preocupación son los derechos de autor, si le copiarán
sus textos, si su obra será reconocida y valorada de la misma forma
que en formato papel.
Frente a esto cabe reivindicar una idea que constituye o, más
bien debiera constituir uno de los principios de la Web, entendida esta
como una comunidad horizontal de conocimientos, y es que lo verdaderamente
valioso son las ideas y éstas no tienen dueño. En el número
cinco de A Parte Rei se tradujo y publicó el trabajo del Critical
Art Ensemble “El plagio utópico, la hipertextualidad y la producción
cultural electrónica” el que, junto a “El Hipertexto
y las nuevas retóricas de la Postmodernidad; textualidad, redes y
discurso ex –céntrico” (1) se ha convertido
en una especie de ideario, del que se desprende una consideración
valórica para toda la comunidad que interactúa en la Web, y
es que se debe reivindicar el valor del trabajo del pensar y no la instrumentalización
sistemática y aniquiladora que se hace de esta tarea. De ahí
que ciertas prácticas descalificadas –como mal espíritu
deportivo– por los lugares comunes de la crítica al medio informático,
deban ser reivindicadas, y esto con sólidos argumentos desde la propia
empresa del conocimiento y la cultura.
Argumentemos:
Las ideas mejoran. El significado de las palabras participa de esta
mejora. El plagio es necesario. El progreso lo requiere. El plagio abraza
la frase de un autor, utiliza sus expresiones, borra una falsa idea y la
sustituye por otra correcta.
“En su forma más heroica, la nota a pie de página tiene
una función hipertextual de baja velocidad, esto es, al poner en
contacto al lector con otras fuentes de información que pueden más
tarde articular las palabras del productor. Señala información
adicional demasiado larga para poder incluirla en el mismo texto. No es una
función objetable. La nota a pie de página es además
una forma de vigilancia sobre un escritor, para asegurarse que no está
utilizando de forma impropia una idea o frase de la obra de otro escritor.
Esta función convierte a la nota en algo problemático, aunque
pueda ser conveniente en tanto que se trata de una forma de comprobar las
conclusiones en un estudio cuantitativo, por ejemplo. La función de
vigilancia de la nota a pie de página impone interpretaciones fijas
en una secuencia lingüística e implica la propiedad del lenguaje
y de ideas por parte del individuo citado. La nota se convierte en un homenaje
al genio que supuestamente ha sido el artífice de la idea”
(2).
Es así como la reconfiguración
del concepto de autor, bajo el de escritura cooperativa, evita la hipostación
de remitir el texto a una figura fantasmagórica –la del autor– que
se encuentra fuera de él (del texto) y lo precede. Punto de vista
que generaba esa apariencia de personalidad, que creaba la ficción
de poder sacar o derivar una personalidad a partir –o como soporte de los
textos–, creyendo hallar en ello una prueba de que existe una personalidad
unificada “detrás” o “dentro” de los textos o incluso “implícita”.
(3)
La producción cultural, literaria o de cualquier otro tipo,
ha sido siempre un proceso largo y laborioso. Una empresa colectiva. Hoy
debemos entender las parcelas del saber como comunidades de retóricas,
las que a su vez deben estar abiertas al dialogo interdisciplinario.
Prueba de ello es que el genio de un inventor de la talla de Leonardo
da Vinci radica en su habilidad a la hora de combinar los entonces separados
sistemas de la biología, las matemáticas, la ingeniería
y el arte. Más que un creador fue un sintetizador. Ha habido muy
poca gente como él a lo largo de los siglos, porque la habilidad de
contener tantos datos en la memoria biológica de un individuo es
algo muy raro. Ahora, sin embargo, la tecnología de la recombinación
se encuentra disponible en el ordenador. El problema para los futuros productores
de la cultura es el acceso a esta tecnología y a la información.
Después de todo, el tener acceso es el más precioso de todos
los privilegios, y por ello, está estrictamente custodiado, lo que
a su vez le lleva a uno a preguntarse si para llegar a tener éxito
en el mundo del plagio, tiene uno además que ser un buen pirata informático.
Todos los textos son utilizables y reutilizables. En esto estriba
la epistemología de la anarquía (4),
es siempre mejor estar dotado de una conciencia que tenga el mayor número
de perspectivas de interpretación que sean posibles evitando así
la tiranía de los paradigmas y las interpretaciones canonizadas.
Además, las ventajas de una publicación virtual son
evidentes. En primer lugar es más barata y consigue una máxima
difusión, que es el fundamental problema que tiene la publicación
en papel. Además el medio es bastante ilimitado lo que permite tener
todos los contenidos disponibles para su consulta y uso. Por otro lado, permite
una modificación en cualquier momento en que sea preciso, lo que
el papel no permite.
Pese a ello sigue primando la racionalidad del mercado;
todavía hay muchos autores que consultan si en las Publicaciones
electrónicas se respetan los derechos de autor o si publicar
en sus páginas aporta méritos académicos. Revistas del
prestigio intelectual de A Parte Rei, por ejemplo, difunde ideas y si hacen curriculum, esto es sólo
secundario.
En los últimos años conforme Internet se ha ido imponiendo
como el mejor medio en la difusión de ideas la importancia de las
publicaciones on-line han ido cobrando una mayor relevancia.
Sin embargo todavía queda el recelo desde los medio establecidos,
que representan a los grupos de poder y de interés. Ellos desean
seguir detentando el poder y teniendo el control de las agencias de evaluación,
de las revistas “prestigiosas”, de las cátedras universitarias y
de los medios masivos de comunicación, pero inevitablemente la publicación
electrónica se equiparará con otras formas tradicionales en
los que se asientan en la actualidad los derechos, los méritos o
la propiedad.
Mcluhan
Por lo demás, lo original, lo valioso o lo interesante no
reside nunca en el soporte en el que se trasmite, sino en lo que cuenta o
dice, en la capacidad de suscitar más pensamiento o de desordenar creencias.
Contra el lema de Mcluhan (5), el medio no es en
ningún caso el mensaje. Pensar lo contrario es someterse. Aquí
está nuestra reivindicación: que como sea, algún efecto
produzca. Lo valioso debe elevarse por encima dejando al medio en sombra,
transcendiéndolo y, en consecuencia, unificando todo medio imaginable.
De modo que no nos no nos engañemos, es infinitamente mayor
el beneficio del soporte digital de la información que los males
o vicios que ha engendrado.
Muchos estudiantes imprimirán los artículos o aquello
que les interese para leerlo como se aprendió de pequeño,
en el lugar más cómodo, siguiendo la ruta hipertextual que
posiblemente sugiera la lectura. Otros se moverán a lo largo de la
pantalla, en lecturas rápidas o depositando la mirada allí
donde la atención recaiga. El futuro, no se sabe, pero seguro que
durante mucho tiempo convive lo nuevo con lo antiguo, como se ha producido
en todos los contextos de la vida humana. En cualquier caso, lo que se espera
es que haya algo para leer sea en papel, en pantalla
o lo que el desarrollo tecnológico vertiginoso produzca.
Finalmente, cabe anunciar, que el pensamiento goza de buena salud.
Y, precisamente, la salud de la filosofía, está desde hace
mucho fuera de los departamentos universitarios. En ellos lentamente desfallece
y, a menudo, muere. Es desde fuera, donde todavía se respira aire
puro, son proyectos como los de A Parte Rei, los últimos reductos
posibles para esta actividad originalmente desinteresada y ociosa –en el buen
sentido– donde aun subsiste la discusión crítica y atisbos de
pensamiento original e independiente, no interesado en canonizar autores,
ni asentar un pensamiento conservador, insípido, aunque políticamente
correcto, aséptico y
funcional al establishment.
NOTAS.-
(1) “El Hipertexto
y Las nuevas retóricas de la postmodernidad;
textualidad, redes y discurso ex –céntrico”, Adolfo Vásquez Rocca, Originalmente
publicado en formato impreso en PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía
de
(2)
Critical Art Ensemble “El plagio utópico, la hipertextualidad
y l a producción cultural electrónica”, en A Parte Rei, Nº 5.
(3)
VÁSQUEZ, ROCCA. Adolfo, “Reconfiguración del concepto de Autor”, En Revista Poética VersOados, Madrid, Sección Artículos literarios de Poesía, Enero -Febrero,
2005.
(4)
Según la expresión de Paul Feyerabend.
(5) Herbert Marshall
Mcluhan (1911-1980). Dr. en Literatura Inglesa
por la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Autor de "Comprender los Medios
de Comunicación", el libro de no ficción más vendido
en Harvard y otras universidades.
Su teoría, "el medio es el mensaje", se convirtió en el
lema de la contracultura de la década de 1960. En general su teoría
trataba sobre las tecnologías y el efecto que producen en las formas
y la escala de la organización social y la vida individual. Mcluhan
insistió en la necesidad de tomar conciencia de las transformaciones
que los nuevos medios de comunicación producían y producirían
en la civilización contemporánea.
A pesar de que en su opinión los libros no tardarían en
quedar obsoletos, escribió centenares de artículos y más
de diez libros. Varios de ellos en un formato ilustrado muy al estilo de
la estética pop.