RESUMEN.- La esencia
de esta investigación consiste en analizar profundamente las leyes
decretados e impuestos por el estado de Israel basando por casos de estudios
vivos y reales. El contenido de estas leyes israelíes está inspirado
en tres fuentes: la religión judía, el sionismo, y los conceptos
y principios liberales. El sionismo como ideología y movimiento mundial
desempeña un papel importante en determinar el contenido de las leyes
israelíes; ya que la mayor parte de
su contenido confirma la esencia racista del Estado Sionista en su forma de
persecución y opresión política, y en la discriminación
racial contra los propietarios legítimos y autóctonos de todos
los no judíos.
Palabras claves: Racismo,
Democracia, leyes, nacionalidad y propiedad
ABSTRACT.- The essence of
this investigation depends on analyzing the decreed laws imposed by the state
of Israel basing on cases
of real live studies. The content of these Israelis laws are inspired by three
sources: the Jewish religion, the Zionism and the concepts and liberal principles.
The Zionism as an ideology and international movement plays an important
role in determining the content of the laws Israelis, most of its content
confirms the racist essence of the Zionist State in its persecution
form and political oppression and, in the racial discrimination against the
legitimate and autochthonous proprietors of all non Jews.
Key
words: Racism, Democracy, laws, nationality
and property.
Introducción | La Ley del Retorno | La ley de la nacionalidad | Los palestinos y la ley de la nacionalidad
| La ley de las propiedades
de los ausentes | La ley de emergencia
| El racismo en la
ley de distribución poblacional | El racismo en la aplicación
de las resoluciones internacionales | Conclusiones
|
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
El sionismo
está fundado sobre la religión de los judíos, “el pueblo
elegido por Dios”. Esta base religiosa nos lleva a comprobar la discriminación
entre los mismos judíos y entre ellos y el resto de los pueblos del
mundo.
Este racismo no es sólo el reflejo del pensamiento
sionista, sino que también es el reflejo del Estado de Israel como
fruto del sionismo. Así el racismo del estado es lo común del
régimen sionista de Israel. Los sionistas han sido maestros en propagar
leyendas, mitos y mentiras entre los judíos e inyectarlos de ideas
de superioridad racial y mental y de pureza racial con el objetivo de despertar
el sentimiento extremista y manipular la psicología del “pueblo” judío.
Cuando eran minoría antes de la Primera Guerra
Mundial les ensañaron que Palestina es moladisno (nuestra patria),
artsino (nuestra tierra) y amino (nuestra nación). Además
de eso les ensañaron el odio a los árabes. Mushee Minuhein dice
“nos ensañaron en el preuniversitario el odio a los árabes y
a despreciarlos, además de eso nos ensañaron a expulsarlos y
arrojarlos de nuestra nación y tierra”. Vale mencionar que el racismo
sionista no es sólo la discriminación entre judíos y
árabes, sino también la política ejercida por el régimen
sionista en cuanto al ejército, la policía, la agencia secreta
de seguridad y las legislaciones legales aplicadas a los árabes en
los sectores económicos, políticos y sociales.
El 29 de noviembre de 1947. tras una agitada sesión
plenaria (la segunda) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sembrada
de presiones, controversias e irregularidades, se aprueba la resolución
Nº 181 que decide la partición de Palestina en dos estados independientes,
uno judío y otro árabe, además de una zona bajo el régimen
internacional: la ciudad de Jerusalén. Este plan de partición
concedía al estado judío el 56% del territorio, siendo su población
un tercio del total. Unos meses más tarde, concretamente 14 de mayo
de 1948, se proclama el Estado Israelí sobre la tierra Palestina.
La declaración de división en su apartado
“D” señala textualmente: “garantizar derechos iguales sin ninguna discriminación
en los asuntos civiles, políticos, económicos y religiosos,
y gozar de los derechos humanos y de las libertades principales que incluyen
la libertad de religión, idioma, expresión, publicidad, educación,
reunión y fundación de asociaciones”.
El apartado octavo del segundo capítulo señala:
“no está permitida la confiscación de una propiedad territorial
árabe en el Estado Judío o de una propiedad territorial judía
en el Estado Árabe, excepto para los bienes generales. Todo los casos
de confiscación se pagan por completo antes de la apropiación
según lo determinado por la Corte Suprema”.
Después de la Guerra del 48 las autoridades
sionistas destruyeron 385 aldeas palestinas y árabes, también
desalojaron y expulsaron a sus habitantes con el objetivo de sustraerlas para
luego borrar su carácter árabe con el propósito de
judaizarla y fundar el Gran Israel.
El Estado Sionista aún aplica las leyes Británicas
impuestas durante su mandato en Palestina, y aplica además otras muchas
leyes introducidas hasta hoy día desde su ocupación. Estas leyes
emergentes decretadas por el sionismo sobre los palestinos constituyen una
evidente violación de la Declaración Internacional de los Derechos
Humanos y de muchos acuerdos internacionales firmados por el Estado de Israel
y violados sin mostrar por ello ningún respeto a la Comunidad Internacional.
El contenido de las leyes israelíes está
inspirado en tres fuentes: la religión judía, el sionismo y
los conceptos y principios liberales. El sionismo como ideología y
movimiento mundial organizado desempeña un papel importante en determinar
el contenido de las leyes israelíes.
Las leyes sionistas parten de las enseñanzas
dogmáticas de la Torah, el Talmud y de los principios y objetivos del
sionismo para ejercer el racismo y la discriminación contra los árabes.
En cuanto los conceptos y principios liberales, pretenden lograr dos objetivos:
el primero es aplicado a los judíos y no a otros, el segundo pretende
engañar y estafar a la opinión pública mundial haciéndole
creer que en Israel existe igualdad entre todos los ciudadanos y sirviendo
así a la propaganda sionista.
Cuando estudiamos las leyes de Israel encontramos
que la mayor parte de su contenido confirma la esencia racista del Estado
Sionista en su forma de persecución y opresión política
y en la discriminación racial contra los propietarios legítimos
y autóctonos de esta tierra árabe, los palestinos.
Los sionistas creían que la violencia y la
fuerza es el único lenguaje que puede proteger su espacio vital y apoderarse
de toda la región árabe. También a través de
la violencia aseguran su robo de las tierras y propiedades árabes y
mantienen su privilegio sionista. Así tanto el sionismo como Israel
han creado y alimentado la psicología de los judíos a través
de la educación militar y la creencia en la fuerza de que el gran Israel
se extenderá desde el Eufrates hasta el Nilo.
Yashaia Ibn Furaat dice: “desde los siete años
me han formado y enseñado en el arte militar para ocupar Palestina.
He vivido en Austria con el convencimiento de que llegaría el día
en que ocupáramos Palestina por la fuerza. Y me han educado para despreciar
a los árabes y han sembrado en mí la fe de que la tierra de
Palestina es nuestra y que los árabes residentes pueden seguir viviendo
allí si no nos molestan y si nos lo hacen los echamos fuera. Cuando
emigré a Palestina viví en un Kibbutz, allí no me educaron
para respetar a los árabes y no sembraron en mi el sentimiento de que
árabes y judíos podemos vivir juntos. El pensamiento implícito
y explícito era que los árabes emigrarían o marcharían
y nosotros nos quedaríamos”.
Así la constitución
sionista de Israel está cargada de numerosas leyes racistas, de éstas
podemos analizar y estudiar como ejemplo las siguientes leyes:
La Ley del Retorno
En 1950 el gobierno sionista de Israel decretó
la ley del retorno donde convocaba en su primer apartado “el derecho de todos
los judíos a retornar a la patria como judío retornado, y la
emigración será a través de visado (...) y tal visado
se otorga a todos los judíos (...)”
Esta ley sionista fue aceptada partiendo de la pretensión
infundada de que Palestina era la nación del pueblo judío. Por
eso esta ley es considerada una de las leyes más racistas de Israel,
también fue la fuente principal del racismo estatal, y no existe una
ley semejante a ésta en ningún otro país del mundo.
Se observa que esta ley está dirigida a todos
los judíos del mundo convocándoles a emigrar hacia Palestina
y pasando por alto las nacionalidades y pueblos a los que pertenecen, también
la no-existencia de ningún tipo de relación o vínculo
con Palestina. Puesto que esta llamada de éxodo se produce por el hecho
de ser judíos con el objetivo de conquistar Palestina y expulsar a
su pueblo de su propia tierra, esto en realidad constituye y implanta lo más
ruin e impúdico de la colonización, el racismo y la discriminación
racial.
El objetivo básico de la ley del retorno es
animar la inmigración masiva de los judíos hacia Palestina y
establecer sus domicilios en la tierra de los palestinos. Esta ley fue establecida
especialmente para todos los judíos del mundo y no se puede aplicar
a los refugiados palestinos por el hecho de ser árabes. Además
de eso, esta ley da la nacionalidad israelí inmediata a todos los
judíos del mundo tras su llegada a Palestina, mientras que al nativo
y autóctono palestino no le está permitido el retorno a la
tierra de sus antepasados a pesar de que los principios y resoluciones legislativos
internacionales están de acuerdo y aceptan el retorno de los palestinos
a su tierra.
Otro objetivo de la ley del retorno es mantener enormes
masas judías en Palestina. Eso facilita a Israel el incrementar su
capacidad económica y su arsenal militar con el propósito de
establecer el Gran Israel. Así esta ley lleva a Israel a la agresión,
expansión, ocupación, construcción de asentamientos
y por último la judaización de la tierra Palestina; son hechos
que violan los derechos del pueblo palestino de regreso a su tierra y su autodeterminación
y el establecimiento de un estado independiente sobre su tierra.
La ley del retorno encarna la discriminación
racial hacia los palestinos por ser árabes y no judíos, también
niega a los refugiados del 48 el derecho de retornar a sus territorios y hogares
abandonados en dicho año para salvarse de los crímenes y masacres
cometidos contra ellos a manos de las bandas armadas sionistas de Mányame
Begen y su colega Isaac Shamier.
La Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución
Nº 2331 tomada en la sesión 22 celebrada el 18/12/1967 denuncia
las ideologías fundadas sobre principios del fanatismo racial y el
terrorismo, esta acusación corresponde a la ideología sionista,
y a los actos de Israel contra el pueblo palestino. Pero Israel no respondió
a la llamada de las Naciones Unidas para abolir las leyes discriminatorias
y racistas del sionismo contra los palestinos.
La Ley de la Nacionalidad
Esta ley la presentó el Gobierno de Israel
ante el Keneset (parlamento de Israel) el 3/7/1950, fue aprobada el 2/11/1951
y válida a partir de 14/6/1952.
La ley de la nacionalidad analiza el otorgamiento
de la nacionalidad a los judíos y no judíos, fija y determina
que cada judío retornado será de nacionalidad israelí
si ha cumplido los siguientes requisitos:
- Cualquier persona que vino
como judío “retornado” al país o nació en él antes
de la fundación del estado.
- Cualquier persona que vino
al país como judío “retornado” después de la fundación
del estado.
- Cualquier persona que nació
en Israel después de la fundación
Esta misma
ley analiza la situación de los no judíos y subraya que las
condiciones anteriores son desaplicables a:
- Cualquier persona no perteneciera
a la población israelí antes la ejecución de esta ley.
- Cualquier persona que fuera
ciudadano palestino antes de la fundación del estado.
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