NÓMADAS - REVISTA CRÍTICA
DE CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS 13-2006/1 | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 |
"Dejar
hacer", "dejar correr" Procesos económicos de inmigrantes en países desarrollados |
Beatriz Pérez González >>> CV |
KEYWORDS: Domestic
economies, Strategies of survival, formal and informal Economy, Assistance
Policy, Family and Community, Poverty and economic ethics.
Los Políticos|Las Políticas y la Comunidad
|Los Estados |La Comunidad y las Políticas|Conclusiones
Hay casos en los que en vez
de `dejar hacer´, conviene
`dejar correr´[1]
para acortar las distancias, a riesgo de perder el espacio de un grupo,
o de sus sueños.
Entre ética y economía
(aspectos entre los que de por sí hay una relación compleja),
influyen tres factores necesariamente: los políticos, las políticas
y la comunidad. Por último, y en íntima relación con
esos tres factores, están los propios estados. Es cierto: ciertas
éticas pueden ser mejor que otras en relación
a estos tres hechos; también estos factores se pueden combinar
de diferente forma.
El candidato político
de los últimos tiempos ha sido no el merecido, sino el más votado.
En su generalidad, significa
esto que, la mayor parte de los votantes estaba de acuerdo con sus concepciones
genéricas respecto a la vida, la economía y la sociedad y que
en base a sus capacidades, merecería regir junto a su equipo, los destinos
de una comunidad o de un estado.
Así, la ética
de los políticos está estrechamente relacionada con la de los
ciudadanos, y sino, merece ser cambiado el político.
Un político es un objeto, un medio para conseguir unos fines, eso es lo que
se vota; no se vota sin embargo el sujeto político. Por ejemplo no
se vota la honestidad, la ética del político, se votan los resultados
que parece augurar. Y es que como personas somos muy progresistas, buscamos
lo más práctico, aunque como técnicos seamos más
reflexivos y conservadores, porque vislumbramos tal vez las consecuencias.
Pero merece cambiar esto. Se precisa cambiar el sujeto político.
Si lo que queremos es cambiar
el sentido de la acción social y política merece pensar en ello.
Porque pensar y argumentar algo, supone actuar de acuerdo a ello o correr
el riesgo de la disonancia, es decir caer en la contradicción. Mientras,
la generalidad parece estar de acuerdo con ciertas ideas, con mentalidades
humanitarias y solidarias, nos comportamos de otra forma.
El sujeto político
es un hombre de acción, y nosotros votamos un hombre de pensamiento,
porque somos prácticos: queremos mejorar nuestra condición,
y quizá la del resto.
La práctica económica
actualmente imperante en la sociedad es la del neoliberalismo. Teóricamente
la base de la ética del neoliberalismo es la honestidad.[1]
Muchos teóricos han
construido y definido esa forma económica más práctica
y ajena al individuo, aunque busque la mejora de las condiciones. Es habitual
en la Teoría Económica encontrar la idea de mejorar las condiciones
de vida de cada uno, desarrollada desde perspectivas diferentes.
En las practicas económicas
tiene una importancia relevante la formulación de las teorías
(aunque luego teoría y práctica no se ajusten). La formulación
de una idea es imprescindible aunque no es lo único.
Existen diversas formas de
afrontar los procesos económicos. Frente a la postura de Hayek (teórico
del neoliberalismo), que piensa que en las sociedades no existen fines conjuntos
y que por tanto la vida no puede ser puesta como objetivo de una comunidad,
hay otras posibilidades. De la anterior afirmación se deriva la inexistencia
del concepto de comunidad, pero hay situaciones que confirman lo contrario.
Una ética puede ser
mejor que otra porque aunque la economía incluye relaciones productivas,
también incluye grupos humanos y personas: relaciones entre personas
a través del proceso de la compra y de la venta.
No es que los estados tengan
alma (no lo creo), pero como son producidos e impulsados por personas, hay
mejores y peores formulaciones respecto a la ética; en lo que promueven
y defienden, en sus resultados, en sus actos...
Se ha producido en las últimas
décadas un crecimiento de la emigración masiva de personas hacia
países desarrollados. El fenómeno del neoliberalismo, provoca
entre otras muchas cosas la inmigración, en una búsqueda por
la supervivencia.
Estos grupos más desfavorecidos
se ven inmersos en un mundo desconocido[2]
con valores culturales diferentes, tan ajenos al significado de los hechos
económicos en el mundo desarrollado, que les resulta difícil
subsistir en este medio, y terminan aceptando trabajos poco dignos, y sin
posibilidades de promoción. Se mueven por tanto de la marginalidad.
El estudio de la historia
económica nos hace caer en la cuenta[2];
en situaciones de especial dificultad se ensayan prácticas económicas
entre grupos no favorecidos, que necesariamente no se conocen
entre sí y que pueden generar cambios en sus condiciones de vida
material. A todo ello ¿no son ajenas las políticas?.
Estos colectivos inmigrantes
utilizan actividades económicas para subsistir. Hablamos de aquellas
que producen la reproducción de las condiciones de vida (económicas
y sociales) y no solo la reproducción de la vida. Hablamos así
mismo de supervivencia (entradas) y si hablamos de las condiciones de vida,
hablamos de clase o de situación social. Pero podemos ver como en la
sociedad actual se desarrollan también, (a pesar de la ética
imperante) prácticas que incluyen la solidaridad y el altruismo,
prácticas económicas para la supervivencia de ciertos grupos
y para la reproducción de las condiciones de vida.
Estas prácticas económicas
pueden ensayarse como solución ante una situación de escasez
en sociedades extendidas y pueden generalizarse entre grupos con dificultad
de reproducción de clase y supervivencia. No solo es ya el mercado,
sino actividades a pequeña escala, que se podrían generalizar,
transformando las condiciones económicas del grupo. Pongamos por
caso un grupo de emigrantes que se localizan en un país, que no se
conocen entre sí, pero terminan utilizando las mismas redes de información,
acudiendo al mismo mercado de trabajo, ensayando o emulando lo que otros compatriotas
han hecho[3].
No pensemos en que acuden a fuentes de ingresos marginales, sino que ensayan
intercambios económicos y pequeños negocios que favorecen
o fortalecen sus economías domésticas por encima de lo inicialmente
esperado: pretenden mejorar sus condiciones de vida.
Estos pequeños usos
o estrategias económicas que a primera vista podrían parecen
intrascendentes, pueden transformarse en mecanismos de cambio, en alternativas
económicas. Si se generalizan, pueden configurar una red operativa
y una alternativa para esos grupos; de esta forma, se convierten en un proceso
social ya de facto, y como tal, a su vez genera cambios en ese grupo de coetáneos.
Estas tareas van a registrar
no solo una alta incidencia entre dicha población, sino que serán
la base de sus economías.
El caso de Argentina, por
ejemplo lo pone de manifiesto: los grupos o colectivos surgidos a causa de
la falta de liquidez que sufrió la población desde mediados
de diciembre de 2002, la generalización de los intercambios, de utensilios,
de herramientas, el surgimiento de redes, etc. es tan solo uno de los ejemplos[3].
Pero en los países desarrollados, vemos en la vida cotidiana, ejemplos
de este tipo, realizados por grupos con dificultades para subsistir.
Estas personas (coetáneos)
no se conocen, pero ensayan acciones que pueden dar lugar a otro tipo de cambios,
para sobrevivir y regenerar sus propias economías domésticas.
Estos "ensayos económicos" se dan en la sociedad extendida. Puede
que los “ensayos económicos” de personas que no conforman un grupo
socialmente definido, configuren en base a esas actividades, ciertas transformaciones
sociales y económicas; en definitiva son alternativas que quizá
Hayek no trató. El análisis de Hayek carece de esperanza, y
la vida cotidiana no se desarrolla así.
Sin embargo no es el individualismo
o el egoísmo lo que construye esta actividad para subsistir sino que
(aunque no importa que los coetáneos se conozcan entre sí) se
da una acción económica común y solidaria. Pongamos
por caso (como se ha dicho), un grupo económicamente desfavorecido
que de repente se sitúa en una sociedad individualista, compleja y
en un sistema neoliberal. Dicho grupo puede utilizar acciones económicas
que provienen del uso de redes sociales, de la observación de lo que
hacen otros, de la emulación, pues el intercambio económico
se basa también en esto. Y por tanto, estas redes sociales (que pueden
surgir por parentesco, por cercanía, etc.) pueden generalizarse, y
así mismo actuar sobre su situación. Se forma así una
conexión de grupo (pues la unidad de personas puede basarse en conexiones
vitales-experienciales próximas y generadas por las mismas condiciones
estructurales) [4];
es decir una adhesión, en base a un afrontamiento común de
la situación.
Si existe suficiente originalidad,
en la apertura de nuevas vías, y en la transformación de los
productos, revendiendo nuevas cosas, se producirá un
cambio de su situación. Sin embargo, si recurren a las soluciones habituales,
o tan solo a la venta de productos nativos, el mercado se saturará
y habrá entonces desgana, desinterés por el producto que ofrecen.
Se pueden organizar pequeños negocios tanto en sectores de la manufactura
como de la transformación de la materia prima (fruta, flores, transformación
alimentaría, etc.)[5].
Allá donde el mercado esté poco explotado, donde no se hayan
explorado algunas vías. No se si me explico:
estoy diciendo que las características propias de las pequeñas
sociedades, como la ayuda mutua, la solidaridad, podrían darse también
en las de la sociedad extendida carente de ética. Esta es a la vez
una alternativa a su cauce, que creo que se da solo en sociedades donde existen
circunstancias económicas de especial dificultad.
Como consecuencia de lo anteriormente
desarrollado, se comprenderá que este asunto transciende de las propias
fronteras nacionales. De todos son conocidos los casos actuales (existen otros
tantos producidos a lo largo de la historia), en los que responsables políticos
y los estados mercadean con ganancias ilícitas o gestionan de forma
partidista el dinero público.
Encontramos también
el problema de que oligarquías (grupos formados suficientemente cualificados
como para realizar muchas tareas de ese tipo), terminan suscribiendo la ética
de los gobernantes; así el cambio es inviable.
Las políticas las promueven
los estados, en atención a la comunidad que los habita. Los estados
no pueden estar ajenos a la comunidad y a sus sueños (como
decía el médico de Jujuy).
En países europeos,
donde existe el estado del bienestar, la alternativa a los programas, nunca
realizados, a los dineros no concedidos, la alternativa incluso a la dinámica
de la protección oficial es otra.
Dado que muchos gobiernos
actúan de forma no honesta con el dinero que debería destinarse
al desarrollo económico y local, la única solución es
que ese dinero se gestione de otra forma. Hay que encontrar alternativas viables
a ello.
Lo mejor, es que lo gestionen
ellos mismos, y precisamente subrayo, `ellos mismos´, pero formado grupos
de acción conjunta y solidaria. La familia y la red entre familias[6]
dan posibilidad para estas acciones.
Existen por otro lado dificultades
para capacitar adecuadamente a la población (medios, programas adecuados
al medio, etc.) para que surja de entre ellos quienes realmente quieran sacar
los intereses de esos grupos adelante.
Lo principal es generar grupos
con intereses homogéneos, que pretendan ese desarrollo; pero no se
debe decir solo desarrollo en sentido genérico, sino (insisto) desarrollo
de las economías familiares con una adecuada formación. Esto
último no es igual a desarrollo de una burguesía, sino de unos
intereses de grupo, y son de grupo porque definen y conforman unos objetivos
de subsistencia comunes. El aislamiento de las familias, la falta de medios
para mantener sus condiciones de vida, la falta de intereses (de grupo),
de motivaciones, la falta de sueños, impide ese objetivo.
No tiene porqué promoverse una cultura anti-industrial para procurar
un desarrollo distinto, más digno pero las medidas deben ir apoyadas
por una red de relaciones (de diverso tipo, en grupos primarios) que superen
los problemas de partida y abrir una brecha en el mercado. No todas las actividades
económicas se convierten en lo mismo. La colaboración, la formación
de intereses comunes para formar grupos familiares de trabajo
asociado, para sacar adelante el propio trabajo, y la cualificación
necesaria para emprenderlo, puede bastar.
Los micro créditos muy bien podrían servir: un par de familias o unas cuantas más que asocian su trabajo y sus esfuerzos. Así es posible la dignidad de las condiciones de trabajo y de las pequeñas economías familiares.
Los micro créditos
a grupos familiares de inmigrantes en países desarrollados es otra
posibilidad, para emprender actividades económicas viables.
Esta posibilidad es una alternativa
a la ética imperante. Personas que no tenían objetivos de grupo,
de actuación común, se transforman en grupos de autoyuda solidaria.
Pongamos que ensayan como estrategia económica la venta de flores y
terminan organizando un mercado de flores paralelo al oficial, que produce
ingresos ventajosos para el grupo. Ello genera un estilo diferente de supervivencia,
y por tanto de clase, configurando una posición distinta a la inicial.
El problema es que muchos
de estos grupos, dado el poco margen que les ofrece una sociedad compleja,
neoliberal, actúan hoy en un mercado, no oficial, y por tanto no legal,
un espacio difuso entre lo ilegal y lo legal. Se debe trabajar en las ideas
y los recursos para superar este entorno.
La definición de legalidad
depende de la cultura, de las circunstancias económicas del país.
Es un concepto que se construye y cambia, como cambia el poder político
y la norma.
El derecho, dice Heller, A.
(2002:308), «regula ante todo la distribución de los bienes producidos
por la sociedad; regula además las formas de contacto entre los hombres
en base a los criterios de “lícito” e ilícito”» Pero
el derecho, sigue diciendo la autora, solo en casos excepcionales es interiorizado
por el hombre cotidiano, (mandatos y prohibiciones que aparecen como prohibiciones
morales; pues cuando una prohibición jurídica no posee “carga”
moral (o religiosa), constituye para las personas, un hecho externo, y solo
el temor a la pena le impide llevar a cabo el acto ilegal.
Actividades de autoconsumo,
el trabajo a domicilio, el comercio del trueque, la venta sin factura, la
ayuda entre vecinos y la ayuda mutua, son algunas de las facetas de la economía
oculta, siendo algunas de ellas lícitas; así mismo pueden existir
beneficios generados por diferentes actividades (entre las que están
el robo, la sisa y la trampa), estas últimas claramente delictivas.[7]
El comercio del trueque y
el autoconsumo, lo realizan las personas en sus tiempos libres, de inactividad,
así como otros muchos trabajos para sí mismos, que son trabajos
productivos, que no se computan en las contabilidades nacionales y pueden
ser también o no retribuidos.
El cambio y el trueque supone
ya de por sí un autoabastecimiento, que se utiliza también en
las sociedades desarrolladas preferentemente entre los grupos económicamente
desfavorecidos. Son actividades propias de economías con escasos recursos
y dificultades para establecer vías ordinarias de comercio o seguir
las vías usuales, de circulación de los mismos. En este caso
las familias son células de producción y todos los miembros,
son fuerza de trabajo. En principio el beneficio es para consumo personal,
pero la combinación de ciertas estrategias puede terminar siendo productiva.
La imposibilidad de insertarse
normalmente al mercado de trabajo, hace que se recurra a estas vías. Estas actividades pueden resultar el inicio
del proceso de acumulación de un grupo.
La combinación de trabajos, y las ideas novedosas son la clave
para que ello ocurra. Trabajos de autoabastecimiento, asalariado, esporádico,
de autoayuda, son por tanto las posibilidades de actuación.
Pero pueden ensayar otras
actividades, de las que el mercado es carente.
Esos grupos de personas con
situación inicial de partida no favorable, que se introducen en la
sociedad extendida con intención de mejorar su condición de
vida, pueden terminar transformando sus condiciones materiales y sociales
de subsistencia.
Pueden utilizar entonces otras
alternativas (y no solo la ilegal) para hacerlo: prácticas de solidaridad,
de autoayuda, y redes de información muy importantes para ello, por
eso se insiste en la importancia de los grupos de cercanos y conocidos.
Así, esta supuesta
situación (contrastada ya en otros casos) es contraria a
lo que dice Hayek e incluye en este sentido una ética en la economía
dentro de una sociedad económicamente no ética.
Los micro créditos
son uno de los mejores instrumentos para combatir la pobreza en los países
menos favorecidos económicamente, pero también deben ser los
mejores instrumentos para combatir la pobreza de los más pobres en
los países más favorecidos[8].
Jacques Attali de
Planet Finance defiende que el micro crédito es una herramienta fundamental
para crear autoempleo y trabajo[9]
No basta con las políticas
de promoción de empleo, al menos no son suficientes para luchar contra
la pobreza:[10]
“la amplitud de la pobreza entre los trabajadores muestra que, para ser
eficaz, una política social cuyo eje sea el empleo, debe integrar
sistemas de transferencias destinados a completar ingresos de actividad insuficientes
para responder a las necesidades familiares”
El citado informe, expone
que existen divergencias entre el nivel de paro y la pobreza[11].
Por tanto los datos informan de la existencia de otros factores no medidos
como el caso de la economía no oficial, la sumergida: un plato no deseado
y no siempre reconocido tampoco por los gobiernos actuales.
El micro crédito se
basa en la idea de una economía más ética y solidaria
y es así porque desarrolla una conciencia social y una empatía
hacia las condiciones de subsistencia del otro, del que es ajeno a la otra
cultura, en la que se inserta.
Hay que pensar iniciativas
que generen ingresos dignos de los grupos más desfavorecidos en los
países desarrollados. Además de tener menos cualificación,
de contar con menores recursos de partida, se encuentran con el peor de los
problemas; la distinción social por ser distintos a los nativos de
esos países (crecidos y socializados en los principios de la competencia
y de la competición), completamente integrados, adaptados a los principios
que rigen en esas economías.
El micro crédito debe
ser usado ampliamente en países de la OCDE como España
o Francia y presenta
oportunidades de empleo a las personas con menos recursos. Existen no obstante
riesgos respecto a la compleja regulación bancaria (como el del impago),
pero si existen ideas emprendedoras, que tengan éxito, la mejor alternativa
para estos grupos es resolver esas dificultades y desarrollar más esta
modalidad de préstamo. Yunus (padre del microcrédito), reforzó
esta idea a través de las propuestas de Grameen II.
Hay que superar lo políticamente
correcto. El microcrédito localizado en el tercer mundo no es suficiente,
hay que extender el planteamiento de unos créditos más blandos
para grupos más desfavorecidos, en el mundo desarrollado, para paliar
los efectos competitivos del mercado y la desigualdad de partida de esos grupos.
Así, la benevolencia,
el mecenazgo, llevan a acciones buenas pero no conducen siempre al interés
de los grupos humanos, su desarrollo, sus posibilidades de vida, en definitiva
en el bien de la comunidad y en el grupo social.
Bondad y benevolencia no es
lo mismo que ética en economía. Maria Nowak,
de ADIE ( Le Droit a L’iniciative Économique),
defiende tras años de experiencia esta posibilidad. Es una tentativa
de protección social en los países con políticas de bienestar
social solo que desde un punto de vista económico.
Si alternativas de este tipo
no se ponen en marcha, deberíamos responsabilizar entonces a políticos
y a las políticas debiendo pedir cuentas (no solo con las elecciones)
sobre sus actuaciones (de desarrollo, promoción y ayuda al subdesarrollo)
y también sobre la falta de correspondencia entre lo propuesto y lo
realizado. Sabemos que la ciencia económica no es exacta, pero existen
planos de actuación que se pueden evaluar y diagnosticar. La diagnosis
de las políticas seguidas se hace con timidez, y esto es incomprensible,
pues estamos hablando de la subsistencia de grupos humanos, de sus condiciones
de vida. ¿Para cuando la evaluación, la revisión de
las políticas a nivel internacional?, ¿Cómo podríamos
revisar esta responsabilidad política? Hay intentos[12].
Cuando hablamos de una ética económica, hablamos de mejora
de las condiciones sociales de los grupos más desfavorecidos. Y por
tanto evidentemente de justicia social. Lo que ocurre es que una economía
que no esté al margen de la ética, no es necesariamente una
economía socialmente justa.
Ciertas prácticas económicas
al margen de lo legal, no son éticas, pero quizá socialmente
son justas.
El sistema neoliberal da la
posibilidad a actividades que escapan de la regulación estatal y que
por tanto son ilegales[13].
Tanto en países desarrollados como en los subdesarrollados, prolifera
el mercado no oficial de productos, como estrategia entre las familias con
economías domésticas débiles.
Estas estrategias económicas
de las familias, que se generalizan imponiéndose como economía
oficiosa, aunque no se haga con este fin, pueden influir sobre el posicionamiento
social de los grupos que lo ejercen, aunque si bien es verdad, influyen también
sobre la economía estatal.
El problema (como ya se ha
dicho) es que en estos hechos tienen bastante que ver los gobiernos.
Se trata de encontrar alternativas
que resuelvan la subsistencia de un gran número de población
mal ocupada o subocupada, con trabajos marginales, para quienes la política
pública no ha encontrado vías de actuación.
El impacto de la economía
informal sobre la estructura social es evidente, tanto en un sentido benevolente
como perverso.
Además de lo ya expuesto,
tendrían que existir al tiempo ciertas medidas para desactivar el efecto
negativo de los salarios bajos o empleos mal remunerados.
No se trata pues de una revolución
social, sí una revolución conceptual, de visión y revisión
del problema. Quizá ciertas prácticas consideradas como ilegales,
podrían admitirse, y habría que pensar cómo hacerlo.
Se plantea entonces aquí
la relación entre sectores formales[14]
e informales en una economía capitalista, y la necesidad de reformular
(incluyendo o no para evitar la condena de ciertos grupos sociales) la legalidad
o no de ciertas actividades económicas. Esta discusión que hoy
sigue presente en el análisis teórico. Lo que no es de recibo
es que mientras ciertos estados y políticos utilizan medios no éticos
para enriquecerse o fortalecer las clases más dominantes, no se haya
llegado a una reformulación conceptual que tenga en cuenta a los grupos
más desfavorecidos, víctimas de las propias políticas.
(¿quizá abrir una válvula a la particularidad?)[15].
En una sociedad diferenciada,
el efecto de universalización de la norma,
es uno de los mecanismos más poderosos, mediante los cuales se ejerce
la dominación simbólica[16].
Es decir el efecto de universalización (al margen de las condiciones
y diferentes estilos de vida) viene a reforzar la autoridad que ya ejerce
la cultura legítima para consagrar toda su eficacia práctica
a la coacción jurídica.
El tipo de actividades de
las que se ha hablado, conforman para las células familiares una solución,
una alternativa. Muchas de las actividades que realizan, no están en
sentido estricto al margen de la ley, pero en la medida en que están
fuera del ordenamiento estatal, son ilegales. En ocasiones, es la única
forma para maniobrar, en un mercado tan competitivo, y forma parte de todas
esas actividades económicas de las que antes se hablaba (sin seguridad,
marginales…) En realidad suponen una nueva tentativa de explorar otras fórmulas
para subsistir, otro tipo de intercambios económicos.
Vistas las dificultades de
adaptación económica y de supervivencia en economías
neoliberales de grupos más desfavorecidos económicamente, conviene
cambiar la mirada, y observar otras estrategias de acción, que impulsen
más allá de la supervivencia al mantenimiento. Conviene reflexionar
sobre la legalidad e ilegalidad de ciertas acciones económicas y redefinir
posturas de acción política y social, en una sociedad donde
la ética económica es casi inexistente. Hay que redefinir términos
porque estos abren o no posibilidades de actuación.
Y en relación con ello,
están las estrategias. Las estrategias pueden ser diversas, entre
otras utilizar positivamente las redes de cercanos, amigos, autoayuda, por
las que se define la familia y la economía doméstica, medidas
originales de actuación y diagnosis de los servicios en los que son
carentes los mercados a los que se insertan, para actuar sobre ese vacío
ofreciendo productos novedosos, superando así la economía de
la marginación y de la benevolencia. Cada mercado tiene sus puntos
flacos, productos no ofrecidos, servicios no prestados y hay que localizarlos
y abrir brechas.
BIBLIOGRAFÍA:
Arnal Sarasa Mª, (2005):
“Estrategias adaptativas de los trabajadores extranjeros: el caso de los inmigrantes
polacos” Nómadas, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas,
nº 11
Amselle,
J.L. (1981) : “Economie souterraine, économie sans mystère”,
Futuribles, janvier, 1981, pp. 55 a 63
Manhheim, Karl (1993): “El
problema de las generaciones”, Papers Revista de Sociología,
nº 40, pp.61 a 73.
[1]
En contraposición con el título del presente artículo
y en referencia a la famosa definición del liberalismo “Laissez-faire”,
“Laissez-passer”
[2]
Ver ARNAL SARASA, (2004), cuando explica que “el inmigrante rompe con la sociedad de partida
y comienza el proceso por el cual tiene que ir aceptando la nueva
sociedad que le recibe”
[3]
Respecto a la ya conocida especialización por sectores de los grupos
de inmigrantes, ver ARNAL SARASA Mª, Nómadas nº 11.
[1]
Friedrich Von Hayek, habla de la sociedad
extendida donde las personas no se conocen y aún no habiendo objetivos
comunes, hay un principio regulador que lleva a una producción mayor.
[2]
Según concluyo en mis investigaciones Estraperlo en Cádiz,
la estrategia social. Quórum editores
[3]
Por ejemplo el movimiento ciudadano fundado por Carlos Saldaña, para
el trueque, o en Gran Buenos Aires, más precisamente en Bernal y que
dio lugar en 1995, entre otras cosas, a la Bernalesa, el más importante
de trueque del país y referente de los miles que surgieron a partir
de la crisis del 2001.
[4]
Siguiendo la terminología de Mannheim, K. 1952
[5]
Actualmente participo en un proyecto de investigación en la Università
degli studi di Lecce, Italia, dentro del marco de “Net Cultura” del profesor
Mario Longo sobre las estrategias económicas familiares y culturales.
[6]
Muchas de estas familias por efecto de la emigración tienen parte
de sus miembros desagregados, pero cuentan con cercanos, amigos, y la intención
siempre es la agrupación de la unidad familiar. Hablamos de familias
por tanto en ese sentido.
[7]
En el artículo se destacan hechos respecto
al caso de Buenos Aires y Villa Lugano (Argentina),
donde se establecen trueques, base de la economía informal, para
sustituir la economía formal
[8]
La organización realiza esta actividad
desde 1998, habiendo logrado 25.000 préstamos y apoyado la creación
de 22.000 empresas. la asociación privada ADIE (siglas en francés
de la Asociación para el Derecho a la Iniciativa Económica),
[9]
Forum Barcelona 2004
[10]
Informe de la OCDE , Forum Barcelona 2004
[11]
No obstante, estos niveles no son comparables entre países, pues la
medición de dichos factores responde a otras circunstancias, y son
significativos para cada país. Según palabras de John Martin,
Director de Empleo de la OCDE
[12]
“Consenso de Washington”
en 1989, impulsado por el economista
John Williamson
[13]
En el socialismo utópico y a consecuencia el anarquismo, se desarrolla
la Teoría “dejar correr”, que sostiene que todos los pecados, errores
y elecciones equivocadas de las personas derivan del carácter coercitivo
del Estado, del derecho, de la religión y la moral y que cuando se
pueda hacer elecciones libremente, sin constricciones, se elegirá el
bien. Se puede elegir bien, cuando existen condiciones para hacerlo.
[14]
PÉREZ GONZÁLEZ, BEATRIZ, (2003), en la ponencia se expone
el debate terminológico SKOLKA, JIRI (1985), en la misma ponencia
se cita como la Comisión de Expertos de Cuentas Nacionales de la O.C.D.E.,
discutió la inclusión o no de ciertas actividades ilegales.
[15]
La idea de Kaustky en referencia al “dejar correr” es una ilusión ingenua
porque librando a la particularidad de la presión, se transformaría
la actitud del particular hacia la actividad que se ha librado de tal presión.
Pero sucede justo lo contrario, en aquel punto se abre una válvula
para la particularidad. Ver Heller, Ágnes (2002:315)
[16]
Bordieu, P. (2001: 213)