EDITORIALES


Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas
Registro de Pasajes y Mapas en la Cultura y el Conocimiento

ISSN 1578-6730 · Depósito Legal: M-49272-2000

2012-2013: INVESTIGAR, EN TIEMPOS DE PENURIA1999-2011: DOCE AÑOS DE RESISTENCIA | 14 (2006.2) JULIO-DICIEMBRE07 (2003.1) ENERO-JUNIO00 (1999.0) JULIO-DICIEMBRE

2012-2013: INVESTIGAR, EN TIEMPOS DE PENURIA

La suerte de publicaciones científicas, de amplio y reconocido impacto como Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, está ligada a la fluctuante voluntad e intereses de los getores de los asuntos públicos.

Conviene, por ello, hacer historia. Conociéndola podría entenderse por qué se producen evitables "silencios del saber": Nómadas está a punto de cumplir 14 años de vida. La inciativa, originariamente recibida con recelo, es del Catedrático de la UCM, Román Reyes, quien, desde  entonces, viene dirigiéndola y administrando. Prácticamente, en solitario.

El recorte de recursos, supuestamente económicos, afecta a los recursos más importantes: los humanos. La voluntad de hacer es seña de identidad de esta publicación. No se entiende Nómadas sin una alta dosis de praxis. Es decir, de compromiso responsable con un oficio cada vez más desprestigidado y perseguido: pensar, sin pedir permiso a nadie. Y hacer que ese pensamiento circule. Compromiso responsable con unos destinatarios bien definidos: la ciudadanía. Más fuera que dentro de las instituciones académicas e investigadoras.
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1999-2011: DOCE AÑOS DE RESISTENCIA

Se supone que la línea editorial de una publicación cumple una función (auto)reguladora. Sin apartarnos de nuestra posición de partida la crítica es algo similar a un estilo de vida. Y la vida se confunde, a menudo, con un relato que no termina de contarse, que se retoma cada vez que un nuevo episodio obliga a re-prensar el cuento.

Dsde nuestro anterior editorial muchas cosas han cambiado, que recomiendan re-estructurar esta plataforma. Hemos hecho un prolongado paréntesis que genera preguntas. Provocador para algunos. Sugerente para otros. El tiempo que lo soporta no es, sin embargo, otro que el de la confusión o la duda que, a menudo, genera inseguridad. Como cualquier paréntesis, el nuestro es intersticio de un texto intempestivo. Los textos, con voluntad de permanencia, son necesarios cuando es posible la atribución. Cuando hay con-textos que garantizan la correspondencia: para (pretender)ver con más claridad cómo suceden las cosas y qué cosas realmente (nos)suceden. Sin paréntesis (corto o largo, cuestión de percepción) no es posible fundar la lógica de la continuidad, bajo forma de progreso. Pero también bajo la condición de permanencia en lo mismo, que lo otro nombra/legitima al negarlo.
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EDITORIAL 14 (2006.2) JULIO-DICIEMBRE
Firmo el presente editorial cuando es obligado romper el silencio (o la indiferencia) y desear deseos no siempre deseados: que cualquiera pueda volver a casa porque es Navidad o, sencillamente, porque nos falte el abrazo. Dije (creí haberlo alguna vez afirmado) que volver tiene algo en común con en-volver (siempre olvido asociar otra variante, re-volver, pero son cosas que suceden porque uno, sin quererlo, lo evita o lo olvida a propósito ... por no con-fundir más de lo debido). Dije también que volver significa regresar, pero a su vez recuperar o repetir acontecimientos pasados. Regresamos siempre (o, al menos, lo intentamos) a un espacio de acogida, en donde el riesgo no debería existir. Regresamos (cree uno regresar) a casa, tomando como disculpa una celebración (o una despedida o pérdida). En los espacios de acogida (domésticos, antes que públicos) la mejor en-voltura es el abrazo de la madre ..., que nos recuerda cierres originarios, esferas míticas en donde la conformación de nuestra integridad era responsabilidad de un tercero. Hay otras en-volturas que simulan abrazos ... como el papel que esconde un regalo, si bien éstos son abrazos jamás clandestinos. Pero los regalos cada vez son menos singulares: nos resultan, cada vez más, abstracciones de abrazos y donaciones, que antaño sólo tenían un único y exclusivo destinatario. Hemos prostituido el imaginario hasta considerar normal que pueda comprarse papel de regalo. Tal vez sea ésta una oportunidad para despertar de un mal sueño ... para que los sueños pedan volver a soñarse despiertos.
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EDITORIAL 07 (2003.1) ENERO-JUNIO
Con la publicación del presente número Nómadas entra en su cuarto año consecutivo de existencia. A lo largo de este periodo hemos intentado ser fieles a los objetivos que el desarrollo del nombre anuncia y que se explicita en el subtítulo. Tentativas, ya que no otra cosa podíamos esperar ni mucho más prometer. Es decir, hemos apostado por una publicación crítica, porque el pensamiento crítico, tal como desde la Escuela de Frankfurt se entiende, es patrimonio de nuestro tiempo. Nos hemos propuesto ir más allá de textos cerrados, de esos discursos supuestamente armónicos que la racionalidad académica obliga a fijar y repetir, ignorando la disonancia. Olvidando que son otros los acordes que se filtran y clandestinamente circulan, burlando una armonía pre-establecida y excluyente. Son otras esas melodías las que a diario cuestionan la con-sonancia, que, por impuesta, no pertenence a un régimen de intereses que nos afecte ni a ningún orden que ignore la carencia o el deseo. Necesidades reales que, más allá de cualquier ética, la estética del poder absoluto oculta. Y ésa ha sido y sigue siendo nuestra apuesta.
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EDITORIAL 00 (1999.0) JULIO-DICIEMBRE
Cualquier forma de registro necesita un soporte. Pero no cualquier soporte es válido para los objetivos que nos proponemos. Hay soportes que sólo admiten el simple registro. Otros, sin embargo, son permeables y facilitan las filtraciones: de lo registrado hacia el medio y desde éste hacia el registro. Así, los textos de la memoria, se convierten en instrumentos de legitimación efectiva de sus productos socio-culturales en forma de escritura. Los soportes son contextos, espacios que los intereses del conocimiento acotan sobre un plano o proyectan sobre una pantalla. Hojas en blanco o pizarras son los escenarios de la escritura. Hojas en blanco que se acoplan generando pliegues. Los pliegues fijan encrucijadas que permiten pasar o no, optar por una u otra dirección,  según el tipo de interdicción que afecte al caminante. O espacios singulares a los que necesariamente corresponde un pliegue único: espacios complejos que los límites de lo real o del imaginario fraccionan, un macroespacio en donde se fijan las fronteras de lo narrable sobre un soporte, pizarra o pedestal. O la di-fusión en el espacio, que niega o destruye los relatos.
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