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¿Qué "Plan B"
para qué Europa?

La arrogancia de
las elites europeas
parece no reconocer
límites [...]

La reforma del sistema
educativo español

El sistema educativo
español se halla
en constante reforma
desde hace 25 años [...]

De luna a luna.
Crónica crítica.
Mayo 2005

Las raíces intelectuales
de los neocons

La adecuada comprensión
de la agresiva política
exterior practicada
por la Administración
de George W. Bush [...]

La biblioteca de Babel
· Ramón Fernández Durán,
nLa compleja construcción
nde la Europa superpotencia
· Col·lectiu Investigacció,
nRecerca Activista
ni Moviments socials
· AA.VV., Movimientos de resistencia al capitalismo global

Reflexiones actuales
sobre mayo del 68

· Hans Weingartner,
nLos Educadores

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Número 26 · Juny de 2005
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¿Qué "Plan B" para qué Europa?

La arrogancia de las elites europeas parece no reconocer límites. Cuando entre los escombros de la invasión a Iraq se frustró el primer Proyecto de Tratado constitucional en la Cumbre de Bruselas de 2004, las multitudes no llenaron las calles para lamentarlo. En las elecciones al Parlamento Europeo de junio de ese año, casi la mitad de los electores inscritos se quedó en su casa. Y en los recién ingresados países del Este, la media de votación no alcanzó el 30%. Sin embargo, el Tratado constitucional siguió su marcha, como si nada, apoyado en una férrea campaña mediática y en el sistemático silenciamiento de las posiciones más críticas. El referéndum español se presentó como la oportunidad de recuperar legitimidad en un país con nuevo gobierno y con zonas regadas, hasta entonces, de ayudas comunitarias. Se previó casi todo: apresurar la convocatoria de la consulta, degradar el debate con una propaganda oficial censurada por la propia Junta electoral y agitar con insistencia los espectros del miedo y del caos. Sin embargo, aunque el gobierno socialista escenificó sin pudor su autocomplacencia con los resultados, sólo tres de cada diez ciudadanos apoyó el Tratado, en un referéndum que registró los índices de participación más bajos desde el fin de la dictadura franquista.

No fueron pocos, en ese momento, los que advirtieron que quizás lo de las consultas populares no era una buena idea, que podía irse de las manos. De hecho, cuando los sondeos anunciaron un posible triunfo del "no" en Francia, el Parlamento alemán se apresuró a ratificar, con el asentimiento del 90% de sus miembros, un texto que sin dudas no habría obtenido ese apoyo de haberse plebiscitado en las urnas. La votación germana, por su parte, dio pábulo al curioso argumento que, por arte de magia, convertía las opacas ratificaciones parlamentarias en ocho países y una consulta con escasa participación, como la española, en la voz unánime de "220 millones de ciudadanos europeos, representantes del 49% de la población de la Unión" que el electorado francés no podía "desconocer".

Pero el electorado francés, mejor informado, con una historia reciente sembrada de luchas contra las políticas neoliberales y con el recuerdo todavía fresco del casi 50% de rechazo popular al Tratado de Maastricht de 1992, consiguió burlar el cerco mediático de las elites políticas y económicas para abrir una grieta determinante en el "proceso constituyente europeo". Aunque el 55% obtenido por el "no" tuvo una composición sin duda plural, las primeras encuestas realizadas por los propios organismos oficiales han dejado poco espacio para la especulación en torno a una oposición simplemente chovinista y anti-turca. El rechazo al Tratado constitucional ha sido, mayoritariamente, un rechazo "desde abajo" y de izquierdas. El "no", en efecto, ha predominado entre sectores obreros, desempleados, trabajadores rurales y jóvenes. Asimismo, en un contexto de participación inédita en una consulta de estas características -casi un 70% del censo electoral-, votaron en contra un 60% de las bases socialistas, un sector importante de los verdes, la izquierda trotskista y comunista y buena parte de los movimientos sociales y sindicales. Y lo hicieron para impugnar el sesgo neoliberal, anti-democrático y militarista de un "proyecto europeo" que, contra lo que parece sugerirse a veces, se ha vuelto indisociable de la "política interna" de los Estados. En efecto, son los ejecutivos estatales -Chirac incluido- y no una oscura tecnocracia totalmente desvinculada de éstos, quienes deciden en la Unión las políticas ­-como las Directivas Bolkenstein, sobre el tiempo de trabajo o sobre ayudas a las empresas- que luego deben aplicar en sus respectivos países.

El contagio rebelde, en todo caso, no se ha detenido en las fronteras de Francia. Cuando los partidos mayoritarios y las elites comunitarias intentaban amortiguar el golpe del referéndum, apelando a la "excepcionalidad francesa" y amenazando, como ya se ha hecho antes con Dinamarca o Irlanda, con repetir la consulta si hiciera falta, ha llegado el mazazo holandés. Y con cifras más abultadas aún: un 62% de "noes" y una participación del 64%, muy superior al 38% registrado en las últimas elecciones al Parlamento europeo. Estos resultados, sin duda, tendrán una influencia determinante en Luxemburgo, otro de los "países fundadores" que en principio debe celebrar su referéndum a comienzos de julio, en un clima de creciente malestar respecto del Tratado.

De ahondarse la tendencia marcada por el "no" francés, el debate sobre un "Plan B", hoy cuidadosamente eludido, resultará inevitable. No cabría descartar, en un contexto así, que las propuestas limitaran los cambios a simples retoques "por arriba". Es decir, a algún acuerdo entre los ejecutivos estatales que permitiera introducir reservas para los países más reticentes o incluso quitar del texto aquellos artículos que podrían desarrollarse posteriormente, sin que el "techo ideológico" de la propuesta se viera alterado. El canciller austríaco, Wolfgang Schüssel, ha exhumado incluso la posibilidad de impulsar un nuevo referéndum a escala europea para tapar la grieta abierta por los resultados en Francia y Holanda.

Una salida de esta clase, en todo caso, representaría un fraude a las exigencias de la esfera pública europea que, de manera paradójica, se ha ido creando a partir de los cientos de debates y movilizaciones realizados en torno a los límites de forma y fondo del actual Tratado constitucional en diferentes ciudades del continente. Contra lo que mantienen los partidarios del "sí" crítico, ha sido la irrupción de esta esfera pública crítica, y no las propuestas resignadas de anticipar la mejor interpretación posible del actual Tratado, la que está modificando la correlación de fuerzas a escala europea y creando las condiciones para un auténtico proceso constituyente democrático.

Seguramente, sólo un proceso de esta índole, que permitiera la celebración de una asamblea constituyente escogida de manera simultánea en todos los países de la Unión y por todos sus ciudadanos -o mejor, por todos las personas que residen en su territorio-, podría solventar en términos genuinamente democráticos la "crisis" abierta con los últimos rechazos al Tratado constitucional.

Mientras tanto, cuestiones básicas como el abandono de los proyectos de privatización de los servicios públicos, la reforma radical de los estrechos criterios del Pacto de Estabilidad, la introducción de una fiscalidad europea progresiva y ecológicamente orientada, el desarme progresivo de la Unión y la retirada de Iraq y Afganistán de las tropas de todos sus países miembros, o el aumento del presupuesto "social" comunitario con el objeto de reforzar las ayudas a los países empobrecidos del Sur y del Este y de contener, así, los actuales procesos de deslocalización, deberían formar parte irrenunciable de un "Plan B" a la altura de las mejores exigencias europeístas del momento.

Un "Plan B", en definitiva, que frente al peligro real de una involución racista, nacionalista y autoritaria, permitiera remontar el abismo que hoy separa a gobernantes de gobernados -un fenómeno del que deberían tomar nota también no pocas organizaciones sindicales, como la CES- y facilitara la refundación, "desde abajo", de un espacio europeo abierto, social, democrático, feminista, multicultural y ecologista, capaz de convertirse en una alternativa al actual horizonte capitalista. [Gerardo Pisarello]

 

La reforma
del sistema educativo español


El sistema educativo español se halla en constante reforma desde hace 25 años (LOECE primero, luego LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE -ahora- y la próxima LOE). Se pone patas arriba lo que antes había quedado patas abajo. Aparecen ideas innovadoras que aportan pobres resultados. Cambian los gobiernos y aparecen nuevos criterios educativos que auguran una nueva época. Sin embargo, pese a todos estos cambios legislativos no se han alcanzado tres cuestiones básicas para cualquier sistema educativo: claridad acerca de cuáles han de ser los objetivos del sistema educativo, estabilidad de los modelos y programas docentes y financiación adecuada.

Hace ya meses que asistimos a la última edición de esta reforma constante de la educación. El Ministerio de Educación ha presentado recientemente el anteproyecto de Ley Orgánica de Educación. El amplio texto de debate "Una educación de calidad para todos y entre todos" se puede consultar en la web del Ministerio. Se han sucedido jornadas y debates de todo tipo sobre el tema. Los sindicatos, las asociaciones profesionales y las asociaciones de madres y padres han hecho sus aportaciones. El sector más reaccionario de la Iglesia católica pugna por no perder baza en el diseño curricular de la escuela y especialmente defiende la enseñanza de la religión como asignatura de plenos derechos, así como pretende también imponer una asignatura alternativa con especificaciones acerca de su contenido. En fin, que no ha faltado nadie ni nada a la cita.

A continuación se exponen brevemente algunos argumentos que consideramos centrales en el actual debate sobre la educación. No son nuevos, pero conviene tenerlos presentes.

1 Los partidos políticos instrumentalizan el debate sobre el sistema educativo Se aprovecha con mucha frecuencia el debate sobre la escuela para dar rienda suelta a la confrontación partidista. Es preciso que los partidos políticos dejen de utilizar la escuela como campo de batalla para sus intereses partidistas. Ha habido reformas y las habrá nuevas en corto plazo. Todo ello introduce imprevisión y fuerza al continuo cambio de los libros de texto.

2 El trabajo educativo es un trabajo a medio y largo plazo El trabajo de las escuelas es un trabajo cuyos rendimientos se dan a medio y largo plazo. Plantear un sistema escolar requiere hacer una previsión de los contenidos, habilidades, métodos y recursos docentes dirigidos a personas durante un período de tiempo de por lo menos diez años (de los 6 a los 16 años; si se tiene en cuenta la educación infantil de segundo grado, súmesele tres años).

3 Los centros escolares han de ser responsables y disponer de autonomía suficiente
para cumplir los objetivos marcados
La normativa vigente (LOCE y el complejo desarrollo en disposiciones de aplicación) encorseta excesivamente la actividad de los centros escolares. La opción por una legislación detallista tiene la ventaja de unificar criterios que van desde los contenidos hasta la gestión del centro. Sin embargo presentan el gran inconveniente de colocar una camisa de fuerza sobre los propios centros, su profesorado y su alumnado. Dadas las realidades plurales conviene establecer una legislación que marque las grandes líneas y directrices del sistema educativo.

4 La escuela ha de ser un instrumento de socialización del conocimiento Éste es el principal objetivo del sistema educativo en una sociedad democrática. La "socialización del conocimiento" supone como mínimo dos cosas: a) el conocimiento disponible, y no su apariencia, es puesto a disposición de las personas y b) el acceso al conocimiento no queda supeditado al poder adquisitivo de las personas. Pero la socialización de la enseñanza no puede entenderse como igualación a la baja (principalmente forzado en centros públicos) que estrangule el fomento de la excelencia, ni tampoco ésta debería concebirse como adversaria de la generalización de la enseñanza. Es posible establecer formas dinámicas de gestión educativa en que igualdad y excelencia se potencien entre sí, si no se concibe todo el sistema como mero aprendizaje de la competitividad que excluye la cooperación en las diferencias y diversas capacidades.

La escuela forma parte de los sistemas de distribución del poder y la riqueza. Por esto, la aspiración a socializar el conocimiento a través de la escuela es una aspiración profundamente democrática. Al pensar un sistema educativo hay que tener presente la existencia de desigualdades que suponen una desventaja, a veces insalvable, para una parte de la población. El sistema escolar puede ser una instancia de integración y generación de igualdad social. Aunque esta posibilidad convive con el papel discriminador y jerarquizador que ejerce la escuela, mal que nos pese.

Son preocupantes datos como los siguientes: el porcentaje de población (datos de 2002) entre 18 y 24 años que no ha completado la educación secundaria 2.ª etapa y no había seguido ningún tipo de estudio-formación era del 29%, la media de la UE (15 países) era del 18,5% y la media de la UE (25 países) era del 16,5%. Sólo Portugal (45,5%) y Malta (53,2%) tenían un índice superior (fuente: MEC, Las cifras de la educación en España. Estadística e indicadores, 2004). Esta elevada tasa de abandono escolar supone una carencia educativa que previsiblemente se trasladará a las generaciones siguientes. El conocimiento de la población se incrementa en la medida en que se dispone colectivamente de más conocimiento. Estos datos no son un buen augurio en relación al objetivo de la socialización del conocimiento.

5 La escuela no tiene una varita mágica para solucionar problemas de orden socio-económico La escuela está sobrecargada de peticiones de todo orden: no hay institución que no le pida algo a la escuela. No se puede pretender que el sistema escolar sea como una chistera de la que se puede sacar desde un conejo hasta una bandera. La escuela ni funciona ni puede funcionar de esta forma. Los problemas socio-económicos de una sociedad se trasladan necesariamente a sus aulas. Ahora bien, la resolución de estos problemas no está en manos de la escuela.

A la escuela hay que exigirle que cumpla su misión: favorecer e incentivar la adquisición de conocimientos. Pero no se le puede cargar con responsabilidades que nunca pueden ser de su competencia. La mala calidad de la programación televisiva o la extensión depredadora del consumismo no son achacables a la escuela, por más que en ésta se aprecien sus efectos.

6 La calidad del sistema escolar a la luz del Informe PISA 2003 La calidad de un sistema escolar puede ser valorada de formas muy diversas. La OCDE viene elaborando unos informes conocidos como Informes PISA para evaluar habilidades y conocimientos de lectura, matemáticas y ciencias. Hace unos meses se publicaron los resultados del último Informe, que en esta ocasión dedicó una atención especial a la evaluación de los conocimientos matemáticos. Los resultados obtenidos colocan al sistema educativo español no universitario en la parte media-inferior del listado de países miembros de la OCDE sobre los que se ha hecho el informe. En matemáticas España obtiene una puntuación de 485. Los países que obtienen mejor resultado son Hong Kong (550) y Finlandia (544). En comprensión lectora los países con puntuación más alta son Finlandia (543) y Corea (534), España obtiene 481 puntos. El tercer campo valorado es el de las ciencias naturales. España aparece en las tablas con 487 puntos, mientras Finlandia y Japón alcanzan los 548 puntos. Estos datos colocan a España en el puesto 27 (en los tres campos referidos: matemáticas, comprensión lectora y ciencias naturales) de los 41 países recogidos en este informe. Otro dato significativo es que en los tres campos la diferencia entre la puntuación dada a los estudiantes españoles y la puntuación máxima oscila entre 60 y 65 puntos.

Este tipo de informes constituye un indicador comparativo de determinados rendimientos escolares. Hay que evitar convertirlos en referentes absolutos que jerarquicen las todas las prioridades de la escuela. Hay que apostar por la cooperación entre las materias y el profesorado para conseguir que los estudiantes mejoren su aprendizaje de contenidos y habilidades intelectuales. Se requiere un trabajo interdisciplinar del profesorado. La especialización mal comprendida ha llevado a segmentar de tal forma el aprendizaje que al alumnado se le envían mensajes contradictorios y desalentadores. Al mismo tiempo, la desmedida proliferación de asignaturas y el poco tiempo disponible para tratarlas perjudica la asimilación coherente de contenidos.

7 La inversión pública en educación es insuficiente Los datos son los siguientes: en 1970 España destinó el 1,7% de su PIB frente al 5,2% de la OCDE; en 1980, el gasto fue del 2,5% del PIB frente al 5,5% de la OCDE, en el año 2000 la diferencia se acortó: el 4,3% español, frente al 5,0% de la Unión Europea y el 4,8% de la OCDE. A esta menor inversión acumulada se ha de sumar otro dato: la reducción del porcentaje del PIB invertido en educación: del 4,8% en 1992 se ha pasado al 4,4% en 2004.

Se trata de invertir más -allá donde hay mayores necesidades- y de invertir mejor. La escuela aborda hoy unas realidades que exigen una mayor inversión pública. Una de estas realidades es la inmigración. En el actual curso académico son 389.726 los alumnos extranjeros en enseñanzas no universitarias. Esta cifra corresponde a un 5,65% del total de estudiantes no universitarios (6.895.880). De los alumnos extranjeros que cursan estudios de primaria, el 82,3 % lo hacen en escuelas públicas y en el caso de la secundaria el porcentaje es del 78,7%. Esta distribución no se corresponde con este otro dato: en torno al 32,4% de estudiantes no universitarios cursará sus estudios durante el próximo curso en centros escolares concertados o privados. Del total de alumnos extranjeros hay un tanto por ciento difícil de calcular que presenta dificultades con el idioma y con los niveles de conocimiento que se consideran normales dentro del sistema educativo español. Esta realidad exige dotar de más y mejores recursos a los centros en los que cursan estudios estos alumnos. Lo mismo hay que decir en relación con aquellas escuelas que presentan mayores índices de fracaso escolar, con independencia de cuál sea la nacionalidad del estudiante. [Antonio Madrid y María Rosa Borrás]

 

De luna a luna.
Crónica crítica. Mayo 2005

Un fósil social viviente Los diarios del Primero de Mayo aparecen con la foto de una importante manifestación: los vecinos de Cabra del Camp salen en rogativa pro lluvia portando imágenes de santos. Hay sequía, y por consiguiente hay rogativas.

Seguro que esos ilustrados vecinos catalanes no le rezan a Santa Rita para que su coche se ponga en marcha, sino que le dan a la llave del contacto. No se avergüenzan de salir a la calle en procesión, aunque posiblemente sonreirán divertidos con las danzas de un brujo africano para buscar el mismo resultado.

Algunos convecinos nuestros no sólo creen en Dios: creen en un Dios cicatero que quizá se deje convencer por ellos si le imploran en comitiva. En un Dios al que le gusta que le piropeen.

Son unos antiguos, porque los dioses modernos son el Triunfo, el Dinero y el Éxito. Que, decididamente, no atienden a rogativas.

Los obispos llaman a la desobediencia La Conferencia Episcopal española, dicen los diarios del 7 de mayo, ha hecho un llamamiento a la desobediencia civil: que ni jueces, ni concejales ni funcionarios apliquen la futura ley de matrimonio entre personas del mismo sexo.

Está claro que los eminentísimos prelados se vuelven a pasar de la raya, como suelen. Si no quieren bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, allá ellos (aunque según su propia teología los compromisos matrimoniales entre personas católicas pueden ser vistos perfectamente como sacramentos). Pero que pretendan impedir que unas personas tengan los mismos derechos que las demás en función de sus emparejamientos, eso es pasarse de rosca -quizá no saben siquiera lo que es la rosca con tanta hostia.

La Iglesia española recibe cada mes once millones y medio de euros de la Hacienda Pública. (Lector: multiplica por 167 si quieres en pesetas la mareante cifra.)

¿Qué función justifica que un Estado laico pague cada mes a una organización confesional once millones y medio de euros, que estarían mucho mejor empleados en la creación de puestos de trabajo estables como los que tienen los curas? ¿Puestos de trabajo, por ejemplo, en la instrucción pública de las personas, en vez de trabajar en adoctrinarlas?

¿No sería mejor llamar al BOICOT a la Iglesia Católica? ¿No sería mejor que los funcionarios por cuyas manos pasa la gestión de esos dineros públicos practicaran formas boicoteantes de desobediencia civil? ¿No se podría traspapelar expedientes, generar retrasos, introducir datos equivocados en los ordenadores? ¿No podemos devolverles -moderadamente, con sentido del humor- la pelota?

Para perder la esperanza, esos cristianos que tienen fe (creen en absurdos) pero ni un ápice de caridad.

Ratz-Ratz elevará a los altares a Woytila Y Woytila subirá a los altares en compañía de Pinochet y de Videla. Los altares estarán formados por cubos de cemento con un desaparecido en su interior, previamente bendecido por capellanes castrenses, recuperado o no de las profundidades marinas del Atlántico Sur o del Pacífico Sur.

Exportaciones de material humano torturable Los Estados Unidos, según denuncian organismos norteamericanos de derechos humanos y ha publicado el New York Times, exportan presos a Uzbekistán y Egipto para que en estos países sean interrogados bajo tortura. Tortura, se detalla, consistente en hervir partes del cuerpo, dar corriente en órganos genitales, arrancar uñas con tenazas, etc. El compromiso del gobierno norteamericano con los derechos humanos y la democracia puede ser valorado así en sus justos términos.

Sin embargo la cosa no viene sólo del actual gobierno. Los más viejos recordamos La Escuela de las Américas, que instruyó a los futuros torturadores de toda América Latina.

Y, en este contexto, no queda claro por qué Estados Unidos celebra el triunfo bélico sobre Hitler. Desde luego, no será por los métodos: desde Guantánamo y Abu Grahid, pasando ahora por Uzbekistán y Egipto, los métodos son cada vez más parecidos.

Y, hablando de Uzbekistán Una manifestación de gente protestando contra la dictadura local ha sido dispersada por el viejo procedimiento de enviar al Ejército a disparar contra la multitud. Una matanza, claro es, con censura de prensa. Tampoco la hemos visto por la televisión que todo lo ve.

Gobierna ese país Islam Karimov, que antes de la caída de la Unión Soviética era el secretario general del Partido Comunista de Uzbekistán, y ahora gran amigo de los americanos. Recordado sea para la gente que aún conserve alguna duda acerca de lo que había debajo de la denominación "comunista" en aquellas latitudes. La sombra de Stalin es alargada.

Debate sobre el estado de la unión Aquí el PP sigue montando su aquelarre particular. El espectáculo de los Rajoy, Acebes Zaplana y Aznar en sus alturas nos ayuda a comprender cómo debió funcionar la derecha en los meses anteriores a la última guerra civil. Por supuesto, hoy nadie está para guerras; la historia, a lo sumo, se repite como farsa. Y, sin embargo, contemplar el nivel de la bronca popular equivale a un imaginario viaje de retorno por el túnel del tiempo. ¡Qué retórica tan anticuada, la de la derecha española! No han escarmentado. Para ellos los ciudadanos somos siempre cera manipulable por ellos. Esa actitud, al estar de por medio la liquidación del terrorismo, ¿puede significar que la perduración del problema terrorista le viene bien también a la derecha?

El diario El País y Chávez No era de esperar que un diario como El País, el instrumento de fabricación de opinión del capital de la industria mediática, simpatizara con un político como Hugo Chávez, que introduce medidas reformistas favorables a las clases trabajadoras venezolanas y orienta su política internacional hacia una menor dependencia de los países latinoamericanos respecto de los Estados Unidos. Ese capital ha preferido siempre a políticos como Carlos Andrés Pérez y compañía, títeres de los norteamericanos. Ahora El País ha iniciado una campaña dura contra el prestigio de Chávez, cuya sustitución busca afanosamente el gobierno norteamericano. Fijaos bien en lo que va publicando El País sobre Venezuela. Le hacen a Chávez lo mismito que aquí le hicieron a Anguita.

Celebración de Triunfo El Barça ha ganado el campeonato, y en las calles barcelonesas lo ha celebrado más de un millón de personas. Gracias a esta "lección de cosas" viva todos podemos imaginar como eran los júbilos festivos de las victorias antiguas: de César, por ejemplo, al desfilar en Roma tras liquidar a los celtas de las Galias. Un hervidero, un fragor, de emociones desatadas. La magnitud de la celebración barcelonesa ha dado en decenas de cabinas telefónicas arrasadas -vayan ustedes a saber por qué precisamente cabinas telefónicas-, y en bancos y papeleras arrancados, además del asalto a algún comercio. Las emociones exigen algo más que el grito, conminan a alguna acción que las materialice más allá de la vibración de las cuerdas vocales, y se desmandan a falta del adecuado encauzamiento cuanto más excepcional es la victoria. Propongo que en el futuro desfilen delante de los jugadores, bien protegidos por seguratas privados, los árbitros que hayan perjudicado a los campeones; y que en el estadio la marea de la emoción colectiva sea adecuadamente canalizada denostando con rebuscados insultos y blasfemias a los rivales derrotados y a los ciudadanos que no se hayan sumado a la celebración. Todo con el complaciente beneplácito de las autoridades civiles, subidas como siempre al palco escénico del vencedor. Y si eso no bastara, se podría instituir la sodomización pública y colectiva, se entiende que simbólica y en efigie, del más odiado de los rivales por los más apreciados de los héroes novi. Força, Barça! Y el año que viene más.

El NO francés al tratado "constitucional" europeo El NO francés es la expresión política del rechazo a la Europa del capital y una victoria pequeña pero significativa de la deseada Europa social alternativa.
Impuesta mundialmente la hegemonía neoliberal, el NO mayoritario de la población francesa da voz al malestar mundial con esas políticas neoliberales. Una voz del centro del sistema.

Los mismos que ayer decían que el NO sería algo así como el diluvio universal tratarán de decir ahora que aquí no ha pasado nada.

El NO francés, que no quedará aislado, que tiene aliados en el NO minoritario de España y de otras poblaciones europeas, ha de servir para sacar del conformismo político a quienes, como los sindicatos mayoritarios españoles, hayan apoyado el ya inviable proyecto político de constitucionalizar las políticas neoliberales. Se abre ahora un tiempo de reagrupamientos y también de miseria para gran parte de las "clases políticas" europeas. Pues el combate por una Europa con derechos sociales sólidos sólo ha dirimido una exploración preliminar. [JRC]

 

Las raíces intelectuales
de los neocons

La adecuada comprensión de la agresiva política exterior practicada por la Administración de George W. Bush, cuyo epítome ha sido las ocupaciones de Afganistán e Irak, exige el análisis en una diversidad de planos de los principales instigadores ideológicos de esa política, a saber, el grupo de intelectuales académicos conocidos con el nombre de neocons.

Los neocons integran una de las elites dirigentes asentadas en la Administración Bush. Entre los neocons más conocidos o relevantes cabe citar a William Kristol, John Podhoretz, Abram Shulsky, Lewis Libby, Richard Perle, Robert Kagan, Paul Wolfowitz, Lawrence Kaplan, Douglas Feith, Elliott Abrams, John Bolton y William Bennett. Los neocons han alcanzado elevadas posiciones tanto en el seno de poderosas fundaciones de investigación o think tanks (American Enterprise Institute, Project for the New American Century, Jewish Institute for the National Security Affaire, etc.) como de la administración norteamericana (durante el primer mandato del presidente Bush, Wolfowitz fue el número dos del Departamento de Defensa; Perle, presidente del Consejo de Política de Defensa; Libby, Jefe de Gabinete y Consejero de Seguridad Nacional adscrito al vicepresidente; Feith, número tres del Departamento de Defensa, por citar sólo los casos más dignos de mención).

Las raíces intelectuales inspiradoras del ideario neocon más relevantes pueden ser agrupadas en tres grandes bloques: el idealismo universalista norteamericano (1), la tradición de los académicos-burócratas de la Guerra Fría (2) y el pensamiento de Leo Strauss (3).

1 El nacionalismo norteamericano partidario de una activa política de expansión creciente de la hegemonía norteamericana por el mundo ha adoptado casi siempre la paradójica forma de una idealismo universalista que rechaza explícitamente cualquier descripción de sí mismo como imperialismo. El idealismo universalista norteamericano consiste en la ideológica patrimonialización por los Estados Unidos de los ideales ilustrados proclamados por las revoluciones de los siglos XVIII y XIX. Esta patrimonialización implica, en lo fundamental, dos cosas:

En primer lugar, la sociedad y el sistema político estadounidense son considerados la expresión más acabada de los ideales más preciados y valiosos para la Humanidad. Los Estados Unidos aparecen, ni más ni menos, como la realización más perfecta de los valores de la libertad, la democracia o la felicidad fundada en el progreso material y moral.

En segundo lugar, dado el valor universal de los ideales citados y su encarnación en el gobierno y la sociedad estadounidenses, Estados Unidos tiene una misión especial de difusión, incluso por la fuerza militar si es necesario, de dichos ideales por todo el mundo. El fortalecimiento del poder de los Estados Unidos en el ámbito de las relaciones internacionales se presenta así como la garantía del progreso de la Humanidad hacia formas de organización social y política mejores. El idealismo universalista norteamericano no es, por tanto, más que una versión exclusivista y radicalizada de la supuesta misión civilizadora invocada por las potencias europeas decimonónicas para justificar sus imperios coloniales.

2 En los neocons, la tradición del idealismo universalista aparece fundida con la tradición de la realpolitik representada por los especialistas académicos en ciencia política y relaciones internacionales que durante la segunda posguerra mundial guiaron a la Administración norteamericana en su política exterior. Personajes como George Kennan, Henry Kissinger o Zbigniew Brzezinski son espejos en los cuales los neocons desearían verse reflejados. Estos "consejeros del príncipe" de tiempos de la Guerra Fría, tienen una visión hobbesiana de la sociedad internacional: ésta es descrita como un "estado de naturaleza" cuyos sujetos protagonistas son unos estados egoístas y amorales en sus relaciones mutuas. En el contexto de la guerra fría, Kennan, Kissinger y Brzezinski propugnaron la acumulación de un poder nuclear suficiente para amenazar con la aniquilación al enemigo soviético, la diplomacia apoyada en presiones económicas, las guerras "por poderes" limitadas a teatros regionales secundarios y las alianzas con potencias regionales emergentes. La única guía político-moral en la utilización de esos instrumentos debía ser su supuesta utilidad para alcanzar el objetivo del equilibrio del poder entre las grandes superpotencias nucleares. De ahí que cosas como la diplomacia secreta, los cauces de actuación clandestinos o el apoyo a dictaduras muy represivas estuvieran perfectamente justificadas a juicio de estos académicos al servicio del gobierno estadounidense.

En suma, la fusión entre la realpolitik de los estrategas de la Guerra Fría y la tradición idealista universalista norteamericana explican esa sorprendente combinación de espíritu de cruzada y cinismo desvergonzado propia de los neocons.

3 Por último se debe indicar que dos componentes básicos del ideario neocon, la legitimidad de la denominada "mentira noble" (a) y el elitismo extremo (b), proceden de la obra del filósofo alemán emigrado a finales de los treinta a los Estados Unidos, Leo Strauss. El contacto de los neocons ha sido más bien indirecto en la mayoría de los casos, es decir, han recibido estas ideas a través de sus maestros de la llamada primera generación neoconservadora. (Daniel Bell, James Q. Wilson, Robert Nisbet, Irving Kristol, Allan Bloom, Norman Podhoretz, Nathan Glazer o Albert Wohlstetter)

a) Para Strauss, la posibilidad de alguna forma de orden político-social requiere la preservación de un credo ético-político profundamente interiorizado por la inmensa mayoría de los miembros de la sociedad. Este credo, cuya forma más eficaz, pero no única, viene dada, a juicio de Strauss, por las grandes religiones monoteístas, proporciona la legitimidad política y la cohesión que las sociedades necesitan para subsistir. Si el credo ético-político propio de una sociedad contemporánea determinada se resquebraja, ésta se verá abocada a la anarquía y al totalitarismo. De esta supuesta necesidad, pretenden Leo Strauss y, por ende, los neocons, deducir la admisibilidad en la práctica intelectual y política de las denominadas "mentira noble" o "fraude pío", esto es, relatos míticos y falsedades supuestamente beneficiosas para la comunidad que apuntalen o refuercen la ortodoxia ético-política existente en una sociedad.
m
b) Frente al común de los ciudadanos despolitizados, cuyas vidas deben estar consagradas a sus negocios y a sus relaciones familiares, Strauss sitúa una elite compuesta por los "hombres de estado" o "gobernantes" y por los intelectuales académicos, "filósofos" en terminología straussiana. Los primeros ansían la fama y la gloria derivados de la práctica de la política, en particular, de una política exterior que ofrezca oportunidades al engrandecimiento internacional de la propia nación. Los segundos están, en último término, interesados sobre todo en el placer que les proporciona la consagración a la actividad intelectual. Para garantizar la estabilidad y la paz sociales sin las cuales no es posible, según Strauss, dicha actividad intelectual, los "filósofos" deben asistir en calidad de "consejeros del príncipe" al estadista con sus conocimientos y destreza discursiva, encaminados, en especial, a construir poderosas y convincentes "mentiras nobles". Esta última idea es muy significativa para comprender el desparpajo con que los neocons han impulsado la fabricación de todo tipo de patrañas para justificar el intervencionismo militar estadounidense de principios del siglo XXI.

En conclusión, el análisis de las raíces intelectuales más destacadas de los neocons nos proporciona un retrato bien poco edificante de un sector muy importante de las elites gobernantes hoy en día en Estados Unidos: un grupo de académicos convencidos, al mismo tiempo, del derecho de los Estados Unidos a decidir qué es lo mejor para cualquier pueblo de la Tierra en cada momento y de la justificación de la "ley del más fuerte" en las relaciones internacionales y que consideran la manipulación de las conciencias de sus propios ciudadanos una práctica perfectamente legítima, incluso necesaria. [Ramón Campderrich Bravo]

 

La biblioteca de Babel

Ramón Fernández Durán La compleja construcción de la Europa superpotencia. Una aportación al debate sobre el futuro del Proyecto Europeo y las resistencias que suscita, Virus, Bilbao, 2005
Entre otras cuestiones, los resultados del referéndum francés han servido para poner de manifiesto la escasez, en el ámbito español, de análisis críticos y alternativos de fondo en torno al denominado "proceso constituyente europeo". El nuevo ensayo de Ramón Fernández Durán, que se anuncia como el anticipo de una investigación de más largo aliento, es una aportación de calidad que viene a paliar esa ausencia. Se trata de un texto claro, incisivo, y no exento de aristas polémicas, distante tanto de las lecturas economicistas o politicistas que ignoran el salto simbólico cualitativo contenido en la propuesta de constitucionalizar formalmente el "proyecto europeo", como de los análisis juridicistas que se recrean en la exégesis del Tratado constitucional y sus artículos, sin reparar en las condiciones económicas, políticas, militares y culturales que explican su irrupción en la actual coyuntura.
mmLa tesis de fondo de Fernández Durán es que la Unión Europea (UE) ha entrado en una compleja fase de refundación como super-potencia político-militar con el objeto básico de respaldar su moneda, el euro, y de defender, frente a la hegemonía del dólar, los intereses de un emergente capital "europeo". Desde esa perspectiva, la propuesta constitucional hoy en disputa no sería sino un intento de blindar y profundizar el carácter neoliberal y militarista de una Unión que, sin perjuicio de su "geometría variable" y sus "múltiples velocidades", se empeñaría en proyectar sus "intereses" por cualquier lugar del mundo.
mmFrente a las posiciones que mitifican a "Europa" como alternativa civilizatoria frente
a los Estados Unidos, el libro de Fernández Durán desvela de manera categórica cómo, en la actual fase de "globalización armada", la UE ha ido asumiendo una serie de medidas autoritarias y de "tolerancia cero" (en materia migratoria, de legislación anti-terrorista, etc.) que no sólo suponen un creciente recorte de derechos y libertades básicas sino que actúan como un instrumento para combatir las expresiones de descontento generadas por las propias políticas comunitarias.
Menos concluyentes, en cambio, resultan los elementos de juicio en torno a las tensiones "inter-imperiales" existentes dentro de la propia UE así como al grado de subordinación o de autonomía que el proyecto político, económico y militar "europeo" guarda con las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos.
mmOtro punto de indudable interés del libro es el análisis de las resistencias suscitadas por el "proyecto europeo" y su Tratado constitucional. Aquí, Fernández Durán defiende la necesidad de tender puentes con aquellos sectores críticos que, desde la izquierda política y social, propugnan su "refundación" o su "reforma radical" a partir de "otra Europa posible". Sin embargo, no oculta su inclinación, a su juicio más cercana a las sensibilidades autónomas o libertarias dentro del "movimiento de movimientos", por la estrategia centrada en la simple deconstrucción de "Europa" y en el refuerzo y coordinación, en última instancia, de las luchas y experiencias más locales. El debate, como puede advertirse, queda servido.
[G.P.]

 

Col·lectiu Investigacció Recerca Activista i Moviments socials
El Viejo Topo- Fundació Jaume Bofill, Barcelona, 2005
Situado en la línea de otros trabajos similares de reciente aparición [vid., por ejemplo, M. Maló (ed.), Nociones comunes, experiencias y ensayos entre investigación y militancia, Traficantes de Sueños, Madrid, 2004] este libro analiza los desafíos que el ciclo de movilizaciones sociales de los últimos años plantea a los grupos y espacios de investigación que, dentro y fuera de las instituciones académicas formales, se plantean la necesidad de vincular el conocimiento con una transformación social emancipadora.
mmLas reflexiones recogidas en el libro, precisamente, son el resultado de las Primeras Jornadas de Investigación Activista, realizadas en enero de 2004 en el Ateneu Popular 9Barris, en Barcelona. Allí, más de 350 personas de orígenes y afinidades
políticas y académicas diversas, debatieron durante 4 días en torno a tres ejes básicos: los alcances de la investigación activista como instrumento de transformación crítica de la realidad; la posibilidad de generar conocimientos desde subjetividades que vayan más allá de las jerarquías y limitaciones académicas; y la necesidad de crear espacios y mecanismos de producción, intercambio y reflexión colectiva en torno al conocimiento, con el objeto de denunciar su creciente privatización y mercantilización.
mmSe trata, por tanto, de un proyecto colectivo, "en construcción", que en tiempos de frecuente deserción intelectual y académica, ofrece pistas sugerentes para quienes, además de interpretar el mundo, pretenden transformarlo.
[G.P.]

 

AA.VV. Movimientos de resistencia al capitalismo global
Monthly Review, n.º 3, Hacer Editorial y Món-3, Barcelona, 2005, 175 págs.
Monthly Review es la principal revista de pensamiento crítico estadounidense. Creada por Paul Baran y Paul Sweezy en 1949, en ella publican autores como Wallerstein, Amin, Petras o Chomsky. La editorial Hacer y la ONG Món-3 (vinculada a la Universidad de Barcelona) emprendieron en 2004 la publicación semestral de la revista en su versión castellana. El proyecto, ya una realidad, está dirigido por Salvador Aguilar, Arcadi Oliveres y Carlos Zeller, y consiste en números monográficos con una selección de los mejores artículos de la versión norteamericana. Los números anteriores estuvieron dedicados a La segunda Guerra del Golfo: Irak, 2003 (n.º 1) y Neoimperialismo en la era de la globalización (n.º 2). Esta tercera entrega se dedica a Los Movimientos de resistencia al capitalismo global, y en ella se tratan los siguientes temas: el movimiento zapatista (Roman y Velasco), las revueltas en Francia (Singer), el Movimiento de los Sin Tierra (Löwy), la "guerra contra el terrorismo" y el movimiento antiglobalización (Panitch), el anarquismo y la antiglobalización (Epstein), el movimiento obrero europeo (Wahl), el genocidio en Gaza (Corrie), el movimiento de los piqueteros (Petras) y un epílogo sobre el futuro del socialismo (Wallerstein, Magdoff, Foster y Panitch). Una buena lectura para continuar con la reflexión que se planteó en el número 91-92 de Mientras Tanto: 25 años de movimientos sociales, dedicado al caso español. [Joan Lara Amat y León]

 

Reflexiones actuales sobre mayo del 68

Hans Weingartner, Los Educadores
Alemania-Austria, 2004, 126'.
Fecha de estreno: 15 de abril de 2005

La segunda película del director Hans Weingartner (que además comparte el guión y la producción) nos presenta esta reflexión sobre las dificultades a que se enfrentan los movimientos de izquierda actuales. Está basada en situaciones reales que vivió como okupa en Berlín. Esta película, que en su versión original se titula "Los años de las vacas gordas han terminado", es una historia en continuo diálogo con mayo del 68, que en estas cuatro décadas nos ha permitido contemplar el triste paso de hereje a inquisidor de algunos de sus protagonistas. Los triunfadores de aquella generación, que pasaron de idealistas a pragmáticos, están demasiado ocupados en sus nuevas responsabilidades (el poder y el dinero) para añorar sus errores de juventud. Los que "tienen demasiado" son el objetivo de los Edukadores, tres amigos convertidos en grupo de acción político-pedagógico, que se dedican a entrar en las mansiones y crear el kaos en el flácido orden burgués a través de sus poéticas performances que realizan con los objetos de lujo que encuentran. Todo sea dicho, acciones un tanto naïf pero que desembocan en una serie de temas fundamentales. En primer lugar, el conflicto entre la política de los grandes discursos y la micropolítica cotidiana del cara a cara, del cual no todos salimos airosos. En segundo lugar, la violencia como límite de la política, porque no todos los medios son válidos para llegar al fin y hay atajos que degradan los ideales por el camino (en esta reflexión resuenan los ecos de fondo de Baader-Meinhof). Un tercer tema lo encontramos ejemplificado en un triángulo amoroso que revela las tensiones entre el amor libre, el feminismo y la moral imperante. Todo ello sucede en un contexto de precariedad social muy cercano, aunque sea Berlín: empleos basura, autoritarismo empresarial, elevados alquileres Narrado de forma ágil y, lo más importante, sin moralinas insípidas. Para finalizar, una frase de Weingartner al estilo de Paul Lafargue: "No os quedéis parados ¡rebelaos! Se pasa bien". [Joan Lara Amat y León]

 

PÁGINAS-AMIGAS Rebelión-
http://www.rebelion.org/
La Insignia-
http://www.lainsignia.org/

 

Revista mientras tanto

Contenido del número 93
Notas editoriales
Semimonográfico sobre el mundo del trabajo coordinado por Albert Recio.
Artículos de Albert Recio, "¿Qué fue de la clase obrera?"; Fausto Miguélez, "Los veinte últimos años de las relaciones laborales"; Sònia Parella, "La interacción entre clase social, género y etnia: el reclutamiento de mujeres inmigrantes en el servicio doméstico"; Joaquim Sempere, "¿Cómo se socializan los futuros trabajadores asalariados? Notas sobre la cultura obrera"; Ernest Cano, "Formas, percepciones y consecuencias de la precariedad"; Pau Díaz, "La individualización de la relación laboral en las grandes empresas: El caso de Telefónica". Otros materiales: Thierry Meyssan, "La Liga anticomunista mundial, una internacional del crimen"; Pere Ortega, "La dialéctica contra la guerra en Bertold Brecht"; Josep Torrell, "La desmemoria del cine".

Avance del número 94
Notas editoriales
. Dimensiones de una ausencia: Escritos sobre Giulia Adinolfi de Rossa Rossi, Carmela Pérez Vidal, Carme Vilaginès y Pilar Fibla, Alejandro Pérez Vidal, Elena Grau Biosca y Rosa Lentini. Escritos de Giulia Adinolfi sobre la cuestión femenina.

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