mientrastanto.e Num. 50 del 09-2007

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Crónicas de la Barbarie: julio y agosto 2007
Ejecuciones ejecutivas

Sobre “La izquierda y el pacifismo” de J.-R. Capella
Respuesta de Pere Ortega

Colombia: dos varas de medir el terrorismo
Dos temas han ocupado la atención de los colombianos en los últimos tiempos...

Enfermos mentales, discapacitados y orden público
por Joaquín Dodero

 

La Biblioteca de Babel

· John Steinbeck, Los vagabundos de la cosecha

· Antonio Antón, El devenir del sindicalismo y la cuestión juvenil

Devedeando, que es gerundio

· Pino Solanas. Cameo, Memoria del saqueo (2004) y La dignidad de los nadies (2005).

· Manuel Octavio Gómez, La primera carga al machete (1969).

 

Foro de webs
· Greenpeace España

Páginas amigas
· Nómadas
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El Viejo Topo
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La Insignia

Revista mientras tanto
Contenido del nº 101
Contenido del nº 102

 


50
Septiembre de 2007

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Crónicas de la Barbarie: julio y agosto 2007

Ejecuciones ejecutivas

     Wolfgang Schäuble, ministro del interior del gobierno alemán, se ha declarado partidario de realizar ejecuciones selectivas de sospechosos de terrorismo, y de prohibir a determinados seres humanos comunicarse por internet o por móvil. Seres humanos sería para este congénere demasido decir, pues sostiene la ideología del derecho penal del enemigo, por lo que hablará sin duda de no personas. Estamos a primeros de julio de 2007: quiero decir que esto no es una crónica de la Alemania nazi, sino que Schäuble es ministro de un gobierno, naturalmente “democrático”, de la Unión Europea.

     Schäuble habla con claridad. Los “gobiernos democráticos” miraron para otro lado ante los secuestros de la CIA, y toda Europa mira para otro lado cuando se producen los asesinatos selectivos del ejército israelí en Palestina y del ejército norteamericano en Iraq, Afganistán o donde sea. Asesinatos “selectivos”, dicho sea de paso, que no suelen dar con sus objetivos, sino con otras personas que ya tienen hasta nombre: víctimas “colaterales”. Lo de “selectivos” es un decir: es puro terrorismo de estado. Los derechos y libertades de las personas, que los gobiernos “occidentales” dicen defender, son en buena medida meros derechos de papel mojado.

     De momento las “ejecuciones selectivas” no nos tocan a nosotros, pero nos pueden tocar. Con una conjunción astral de Schäuble, Sarkozy, los gemelos polacos y Rajoy tendríamos bastantes números de esa rifa macabra.

     Pero los Schäuble, Sarkozy, los gemelos polacos y Rajoy no salen de la nada. Muchos europeos les han votado, les han aupado a puestos de gran responsabilidad política. Ojo a los votantes, pues. Esos europeos están armados de una ideología política y social neonazi modernizada que viene alimentada por el neoliberalismo, la aculturación generada por la rapidez de los cambios y fomentada desde arriba, y en concreto la nueva religión del ultraindividualismo y del dinero. Una pésima mezcla cuando la humanidad ha de enfrentarse a los problemas del cambio climático y de la escasez de energía, en un mundo atiborrado de ejércitos y de armas, y, en otro plano, en medio del incontenido ascenso de todo tipo de fundamentalismos político-religiosos-culturales, con su secuela de eso que llamamos terrorismo.


¿Democracia interna en los partidos políticos?

     Zapatero ha recuperado a Bono, el dirigente visible de la derecha del Psoe, como candidato a presidir las Cortes en la próxima legislatura. No sé decidir qué intenta Zapatero con eso. Primero trató de cargar sobre Bono la candidatura a la alcaldía de Madrid, y Bono no entró al trapo pues se olió que podía quemarse en esa aventura. Ahora acepta lo de las Cortes y ayudará al Psoe a tratar de ganar las elecciones. Probablemente ése ha sido el designio de Zapatero: si quieres peces, te has de mojar. Pero ¿y luego? ¿Se consumirá Bono en ese cargo o le servirá para ser una alternativa al propio Zapatero a la cabeza del partido socialista?

     Ya vimos lo democráticamente que funciona el Partido Popular en la designación de Rajoy: llega a la cúspide por el dedazo de Aznar, que lo prefirió a Rato y a los dirigentes más centristas de su partido, el cual no tuvo siquiera la oportunidad de abrir la boca.

     Tampoco se abre la boca, en realidad, en otros partidos: Convergència i Unió está en fase de Divergència i Desunió, pero ni en el interior de Convergència ni en el de Unió se percibe otra cosa que obediència a los jefes de las respectivas empresas de servicios políticos.

     Y si examinamos cómo funciona Izquierda Unida observaremos que aquí la democracia interna se traduce en rotura de todas las reglas de juego, por gentes de las distintas orientaciones, para ascender al dominio de la formación. ¿No sería mejor buscar métodos que produjeran el consenso, en vez de desgarrar una y otra vez este residuo institucional de las luchas del pasado, que aún podría servir a la buena gente en el futuro? ¿Algún grupo o fracción cree de verdad que tiene toda la solución a los problemas que se le plantean a este partido?

     Eso sí: todos los partidos se presentan a sí mismos como democráticos. Pero en esencia no lo son: son en cambio empresas de servicios políticos que proporcionan empleos públicos e influencia en función de los resultados electorales. Ahí está la cuenta de resultados, lo único que toma en consideración el consejo de administración, que, como cualquier consejo, cuando van mal dadas cambia de consejero-delegado, de presidente o de director ejecutivo e impone un reajuste en la plantilla. El programa de acción política real sólo importa en función de la cuenta de resultados a corto plazo: las elecciones siguientes.


Extremistas discretos

     En los primeros días del verano se ha sabido que las costas están plagadas de medusas: una consecuencia del cambio climático, del aumento de la temperatura media de las aguas, que se dejará sentir en los días vacacionales. También se ha sabido que las ciudades españolas de más de 200.000 habitantes superan los niveles de contaminación atmosférica considerados soportables por la Unión Europea. Las autoridades catalanas van a prohibir rebasar los 80 km./hora en los tramos metropolitanos de las calzadas. Una medida acertada, pero sobre todo destinada a aparentar que las tales autoridades hacen algo, pues la reducción de emisiones así obtenida se verá compensada por los nuevos vehículos que cada año incrementan el parque motorizado.

     En el editorial del nº 1 de la revista mientras tanto, en 1980, o sea, hace 27 años, se incluía una previsión sombría del futuro que fue considerada una exageración catastrofista por casi todo el mundo, sobre todo por la alegre y confiada progresía de entonces. Hoy las previsiones tempranas de mientras tanto se han cumplido, incluida la del “rebaño de atontados” que habitan las ciudades contaminadas. Como “extremistas” hemos sido estos años muy discretos. Sobre todo con los que han practicado y siguen practicando el refinado arte de ignorarnos.


Violencia de género

     Muchas veces se pregunta el por qué de esta insistente lacra que es la violencia que las mujeres sufren a manos de los hombres. No resulta nada fácil de erradicar. Y ello porque en el imaginario social de hombres y mujeres, de todos, pesan aún mucho las ideas sexistas transmitidas por la tradición. La iglesia casaba a la gente diciéndole al marido: “Mujer te doy, que no esclava”, mientras que a la mujer se abstenía (o se abstiene, que no sé si esto lo han cambiado) de darle nada. En familias no sexistas se siguen manteniendo comportamientos de género que, vistos por los niños, se convierten en modelos de conducta. Los repetirán, salvo que introyecten ideas de igualdad entre géneros, cosa que supone una cierta madurez intelectual y emocional. En el imaginario colectivo tradicional las mujeres son propiedad de los hombres; y por eso muchos varones tradicionales se convierten en torturadores de las personas a las que aman a la manera tradicional, esto es, con amor que puede trocarse en violento desamor cuando les asaltan los celos o ven los comportamientos de sus mujeres, sus novias o sus hijas como desobediencia.

     Educan más los comportamientos que las palabras. Y, por desgracia, en sus comportamientos las sociedades actuales siguen siendo tremendamente sexistas.


Afganistán: los talibanes, por su parte hombres de mucha fe, son también hombres de mucho kalashnikov: tienen en jaque a las fuerzas de la Otan en el sur del país. El verdadero talón de Aquiles de Zapatero es mantener tropas españolas en ese avispero que para los rusos acabó como el rosario de la aurora.


El Gran Hermano de verdad, el de USA (no el de la tele) va instalándose progresivamente: ahora los diversos servicios federales de policía —el FBI, la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional— ya pueden intervenir el teléfono y el correo electrónico por pura decisión administrativa. Aquí, un estúpido pero bienintencionado conciudadano comenta la noticia en carta a un periódico diciendo que eso de espiar comunicaciones no lo debería decidir una sola persona “sino una comisión”.


Sarkozy ya se deja sentir.—Ha bastado con que el flamante presidente francés dijera que hay que castrar a los pederastas para que aquí los meapilas de Unió Democràtica de Catalunya pasen a defender esta opción. La prensa, escasa de noticias y adelgazada en verano por las vacaciones de los periodistas (y porque se vende y se anuncia menos), ve abusos sobre la infancia por todas partes. Finalmente la Generalitat ha creado una comisión de expertos para estudiar lo de la castración. Como suena.


Miscelánea


Mario Vargas Llosa, el escritor amigo de la CIA y del Departamento de Estado norteamericano, nos regala dos perlas en su artículo del 15 de julio en El País en alabanza del candidato presidencial Obama (y si Vargas lo alaba ¿qué pensar?). La primera perla dice: “La buena salud del sistema político norteamericano consiste en haber hecho realidad aquello que Karl Popper sostenía era el ideal de una democracia: una institución que impidiera a los gobiernos hacer mucho daño”.

     De modo que los 750.000 muertos en Iraq y ni se sabe cuántos en Afganistán no deben ser “mucho daño” para Vargas. La segunda perla, un hermoso ejemplo de catecismo para bobos, dice así: “El ‘sueño americano’ no es un slogan, sino una realidad que puede sufrir recesos momentáneos, como el actual, pero puede volver a funcionar como un marco de justicia y libertad para todos si los ciudadanos invierten en ello mucho trabajo e ilusión y los gobernantes dictan leyes justas y saben hacerlas respetar”.

     Si los ciudadanos invierten en ello... Catecismo aparte, los “recesos momentáneos de la realidad” son todo un hallazgo de la ontología filosófica del ciudadano Vargas Llosa. ¡Que le den... el Príncipe de Asturias, si no se lo han dado ya!


Secuestro de El jueves: La Fiscalía, asustada políticamente por una caricatura del heredero de la corona en la función esencial de la monarquía (según ya señalaba Hegel), insta el secuestro de la revista que la publica.

     Tomemos el rábano —si se permite la expresión en este contexto— por las hojas: lo más significativo del mar de tinta suscitado por el secuestro de la caricatura son los editoriales del diario El País sobre la monarquía española. En el que he leído hoy dice que la falta de legitimidad de origen de la institución —puesta por Franco— ha quedado compensada por la legitimidad de ejercicio, señaladamente por la actuación del monarca en el golpe del 23 F.

     Todo el mundo conoce el discurso del rey, con uniforme de capitán general, de la noche del 23 F. No es difícil que se tenga ocasión de volver a escucharlo y a verlo. Pero yo propongo un ejercicio mental para calibrar la legitimidad de ejercicio. El siguiente:

     Supóngase que el general golpista “blando” Armada hubiera conseguido convencer a su asociado, el coronel golpista “duro” Tejero, para dirigirse al Congreso secuestrado y proponer un gobierno de “Unión Nacional” presidido por él, tal como era su designio, con participación incluso de algún miembro del Partido Comunista, según la lista de ministros que se ha sabido pensaba presentar —Solé Tura, Peces Barba, etc.—. Supóngase también que, en aquellas circunstancias, el congreso hubiera aceptado investirle, de modo que el “golpe de Armada” hubiera alcanzado su primer objetivo (los otros, la entrada en la Otan y el frenazo al sistema autonómico, los alcanzó incluso perdiendo). Supuesto todo esto, ¿pueden escuchar con atención el discurso del Rey en la noche del 23 F? Porque también hubiera valido. ¿Seguro que la monarquía española tiene eso que los editorialistas de El País llaman legitimidad de ejercicio? Porque como analista político opino, personalmente, que la legitimidad de la monarquía española no es de origen ni tampoco de ejercicio —como no sea por la excelente relación del monarca con el Departamento de Estado norteamericano— sino de publicitación, esto es: lo que ha afianzado en el imaginario de muchos ciudadanos como institución normalizada a la monarquía es más bien una presencia mediática favorable y, todo hay que decirlo, exigida desde arriba. Se trata de una transformación, en el contexto tecnológico de los mass media, de la antigua legitimación por “aclamación en plaza pública” de la que hablaban los antiguos manuales de derecho público.

     Ya veremos si el secuestro de El jueves es una anécdota o el primero de una serie de atentados democráticos contra la libertad de expresión.


Política omphaloscópica: La Generalitat ha dado sus últimos Premios Nazionales de Cultura: el de ‘patrimonio cultural’, a la Coordinadora de Centres d’Estudis de Parla Catalana; el de ‘pensamiento y cultura científica’, a R. Torrent por su obra Art, poder i religió: la Sagrada Família en Verdaguer i en Gaudí, y el de ‘Proyección social de la lengua catalana’ a la Associació de Juristes en Defensa de la Llengua Pròpia.

     Premios, pues, a la pura contemplación del ombligo. Cantemos el Virolai de la Mare de Deu de Montserrat, a ser posible en la Sagrada Familia. Cultura científica y pensamiento. El dinero público, para política lingüística e ideológica y para autopublicitación de los políticos. Por cierto que si los sueldos de éstos son como los de los presidentes de las Diputaciones catalanas, los más altos de España, pueden vivir bastante más que razonablemente bien.

     Uno de ellos, Ernest Maragall, ha hecho una pequeña aportación a la neolengua, un granito de arena más: la lengua castellana nativa de la mitad de los catalanes ya no se llama ‘lengua materna’, sino ‘lengua de procedencia’ (El País, 3 de agosto). Un hallazgo: su uso sugiere que no hay en Cataluña castellanohablantes nativos.


La pinta de los presidentes USA: ¡por fin sé qué parece el presidente Bush! Es como uno de aquellos remilgados Congregantes Marianos, comulgantes, de los años 50. Su repeinada y endomingada apariencia de amigo de los niños y sus andares con las palmas de las manos perpendiculares al cuerpo me tenían desconcertado. No porque no sepa lo que, bajo los fenómenos de la apariencia, es: un asesino paranoico más, como Hitler, Franco o Stalin. Lo de las apariencias de los presidentes USA en simplemente el resultado de un marketing y una publicidad altamente tecnológicas. Recordad la imagen simpática del palmípedo Clinton, que firmaba penas de muerte como gobernador de Arkansas y que bombardeó Belgrado a conciencia. O la apariencia benevolente de Kennedy en su pequeña mecedora, el Kennedy de la invasión a Cuba abortada en Bahía de Cochinos y de la guerra de Vietnam; o la cara de payaso de Nixon; o la pinta de bolo de Eisenhower, que vivía los intereses de los empresarios americanos como Cruzada contra el imperio del Mal; o la de Truman, que ordenó dos bombardeos atómicos consecutivos, el de Hiroshima y el de Nagasaki, un gafitas con aire de agente de seguros. Me temo (y disculpad que hoy esté un poco kantiano) que bajo los cambiantes fenómenos presidenciales de los Estados Unidos hay un noumenon duradero: el entramado de intereses armamentístico-industriales y político-militares que constituye la oligarquía más poderosa que jamás haya tratado de gobernar el mundo. Darío, Alejandro, Carlomagno, Napoleón... chiquillos.


Burdo error del Psoe: aunque El País lo justifica —faltaría más— la dirección del Partido Socialista ha cometido un error de campanario el desbaratar la posibilidad de un gobierno “tripartito” en Navarra con Nafarroa Bai e IU. Decíamos aquí antes del verano que la política necesaria para dividir a Eta implica apoyar al nacionalismo pacífico y decente, que es justamente el caso de Nafarroa Bai. Pero la dirección del Psoe ha tenido auténtico canguelo de que el PP les acusara preelectoralmente de “concesiones al nacionalismo” y ha preferido cederle el gobierno de Navarra.

     Eso implica que la estrategia de la dirección del PP consigue efectos en la cúpula del Psoe cuando son menores los que logra entre la población. El Psoe va a pagar muy caro este mal paso, porque en política los errores se pagan así. Ante todo porque se veta en Navarra lo que se hace en Cataluña, incongruencia que siempre se le echará en cara electoralmente al Psoe y con razón. Pero también porque abre una crisis grave entre los desmoralizados socialistas navarros, que perderán bastantes votos si es que no llegan a dividirse o a desfilar hacia otras formaciones. Además, quedan prisioneros del PP —basta imaginar la difícil posición en que quedaría el Psoe navarro si Nafarroa Bai optara por presentar una moción de censura al gobierno de Navarra—. De modo que tendrán que adelantarse ellos si pueden, pasadas las elecciones generales, y entonces habrán de pagar un precio mayor por el gobierno de esa comunidad foral en el supuesto de que aún esté a su alcance. Por lo demás, el desaire a Nafarroa Bai le viene a Eta más que bien.

     La cacareada estructura “federal” del Psoe maquilla una cultura centralista, autoritaria y autocentrada en las politiquerías electorales, mal preparada intelectualmente para afrontar de verdad los problemas de Euskadi y de Navarra y que tolera en Cataluña el tintado nacionalista de todo.


Estalla la Barcelona de Clos y de Pujol. Las averías de los trenes y de la luz muestran que se han perdido muchos años en la dotación y prestación de servicios públicos a la ciudad y a su área, mientras los políticos organizaban el Fórum de la especulación inmobiliaria, discutían si el AVE ha de pasar por aquí o por allá, sometían a la población a la intensiva reeducación nacionalista y, sobre todo, vivían bien. Porque el poder embriaga más que el vino; incluso ese minúsculo, visto a escala global, micropoder territorial.

     En una cosa estarán todos de acuerdo: la culpa es de Madrid.


Grave terremoto en el Perú: a la catástrofe natural se une la catástrofe derivada de la pobreza, de la precariedad de las infraestructuras o su pura y simple inexistencia, y naturalmente la corrupción. Si los gobiernos no gastaran en armamento, toda esa miseria se podría eliminar del planeta en pocos años. La belicosa Pax Americana tiene eso.


La televisión es el opio del pueblo. Ayer, 20 de agosto, puse la tele por vez primera en todo el verano. Lo primero que ví, un anuncio en que para vender patatas fritas se ridiculiza a un enseñante. Después, un anuncio de competiciones de fútbol, es decir, publicidad del principal soporte de la publicidad. Apagué la tele.


El Tam-Tam electrónico. F.J. Rodríguez Amorin informa, ante los anuncios bancarios de no cobrar comisiones, de lo siguiente: El Periódico 30 de Julio de 2007 en su página 33, titular de la sección de ECONOMIA. “LOS INGRESOS POR COMISIONES BANCARIAS AUMENTAN UN 12%”. “Las cinco primeras entidades recaudaron 7.971 millones por gastos de gestión”. “El Santander encabezó las subidas con un 18.9% en el primer semestre”.— Por su parte, Grup de Barri, de Valencia, denuncia la construcción por parte del Arzobispado católico de esa ciudad de un macrosantuario dedicado a 233 “víctimas inocentes de la Santa Cruzada”, que es como algunos obispetes siguen llamando a la Guerra Civil desencadenada por Franco. La “Basílica” se construye en unos terrenos del centro cedidos por el Ayuntamiento que valen millones de euros. Grup de Barri opina: “es construeix para desviar l’atenció de l’immens horror que va ser la repressió del franquisme a València”. Y se puede añadir: la ciudadanía soporta tan bien las basílicas como mal las mezquitas, pero da por supuesto que no es racista.

[Juan-Ramón Capella, agosto de 2007]


 

Sobre “La izquierda y el pacifismo” de J.-R. Capella

     [Respuesta de Pere Ortega a la nota "La izquierda y el pacifismo" incluida en las Crónicas de la Barbarie del número de julio de mientrastanto.e]

     En el último número de la revista digital Mientras Tanto, en la nota “La izquierda y el pacifismo”, J.R. Capella lanza la pregunta de que alguien le explique por qué entre la izquierda tiene mayor aceptación la “no violencia” que el “pacifismo”.

     Voy a intentar matizar brevemente sobre ambos conceptos y responder a su sutil pregunta. Cierto es que el pacifismo en su concepción moderna, como movimiento, se hermana con las ideas de transformación social, y en tal sentido se une al resto de utopías existentes nacidas al amparo de las revoluciones sociales de los siglos XIX y XX. Sobre todo debido a su concepción de globalidad, pues no sólo se opone a la violencia física que tiene su máxima expresión en la guerra y el militarismo que la hace posible: ejércitos, gastos militares, carrera de armamentos, nuclear y convencional. Sino también porque se opone al resto de violencias, especialmente la estructural, la que impone las desigualdades e impide que vivamos en sociedades en paz. Por eso el movimiento pacifista ve en la paz un estadio superior, aquel donde se alcanza la justicia social y el pleno respeto a los derechos humanos.

     No creo que esta visión sea plenamente compartida por la izquierda social y política. Pues niega la aseveración asumida por muchas gentes de izquierdas que la guerra es el motor de la historia. Debido al rechazo frontal a la guerra y a su preparación, que implica rechazar por igual el militarismo proveniente del lado del imperio (USA), como el de aquellos otros que se oponen a él practicando el mismo discurso, más militarismo. Por ejemplo el del actual gobierno de Hugo Chávez (ya que Capella lo cita), con privilegios a militares y continuas compras de armamento que ensombrecen el innegable avance social de su programa. O cuando rechazamos no sólo las guerras injustas del imperio, sino también aquellas otras que dicen librarse en nombre de causas justas.

     Y ahí es donde entra el concepto de la noviolencia y donde difiero de Capella. Si el pacifismo tiene problemas con la izquierda, la noviolencia tiene bastantes más. La noviolencia es el método del que se dotan los pacifistas para resolver las injusticias y los conflictos por caminos no violentos. Yo no he oído a muchas gentes de izquierdas decir que, por ejemplo, el Che Guevara se equivocara en su propósito de crear 100 Vietnams. A pesar de que murió sólo en las montañas de Bolivia sin ningún apoyo popular, y recuerde que, diez años después una lucha noviolenta del pueblo boliviano acabara con la dictadura de Hugo Banzer. Podría poner otros muchos ejemplos de movilizaciones sociales noviolentas exitosas que han significado un avance social mucho más transformador que las llevadas a cabo mediante la lucha armada.

     Y es que la noviolencia no sólo es un método para resolver conflictos sin violencia. También es la creencia que la razón no se puede imponer por la fuerza. Que no existen enemigos a los que derrotar, sino personas a las que convencer. Que la violencia crea contraviolencia. Y en ese sentido rechaza, incluso, la defensa armada ante una agresión injusta, a la que opone la resistencia activa mediante la desobediencia, la no cooperación y otras mil fórmulas para oponerse a la injusticia. Pues tiene el convencimiento que fin y medios son indisolubles, y que nunca por medios perversos se conseguirán sociedades más justas.

     Lo cual, salvo honrosas excepciones, algunas surgidas del entorno de Mientras Tanto, no he visto críticas convincentes a las violencias revolucionarias que tanto proliferaron a lo largo del siglo pasado y que hoy siguen obnubilando el pensamiento de algunos movimientos sociales de izquierdas.

     Con afecto,

     Pere Ortega

 

 

Colombia: dos varas de medir el terrorismo

     Dos temas han ocupado la atención de los colombianos en los últimos tiempos: la liberación de los rehenes secuestrados en manos de la guerrilla y la reinserción de los integrantes de los grupos paramilitares. Se trata de cuestiones que hacen referencia a dos de las principales fuerzas beligerantes en lo que cabe llamar no “guerra civil”, sino “guerra contra la sociedad” que tiene lugar en Colombia desde hace más de sesenta años.

     El tema de los rehenes ha cobrado renovada actualidad en los medios de comunicación y en la agenda política como consecuencia de la marcha a pie que realizó el profesor Moncayo entre el 17 de junio y el 31 de julio atravesando el país con destino a Bogotá. Este profesor, que tiene un hijo en poder de la guerrilla desde hace diez años, ha conseguido con su gesto catalizar la opinión favorable a una solución pacífica del problema de los rehenes: se trataría de que el gobierno y las FARC negociasen un intercambio de personas secuestradas por guerrilleros presos.

     Sin embargo, la posición del Presidente Uribe es totalmente contraria a esta propuesta: no se negocia con “terroristas” porque hacerlo sería reconocer un status político a la guerrilla. Uribe pretende solucionar el problema de los rehenes por la vía de la liberación militar, algo a lo que se oponen firmemente los familiares de éstos por los peligros que evidentemente entraña. De hecho, el 18 de junio de este año murieron once rehenes como consecuencia de un “fuego cruzado” cuyas circunstancias siguen siendo aún confusas.

     Ese mismo mes de junio Uribe (quizá aconsejado por el Presidente francés Sarkozy, que está muy interesado en la puesta en libertad de la ciudadana franco-colombiana Ingrid Betancourt) llevó a cabo una liberación unilateral de presos de las FARC, entre los que se encontraba Rodrigo Granda, un alto responsable de la guerrilla secuestrado en Caracas el año 2004 por la policía colombiana. El propósito de Uribe era eludir la negociación sustituyéndola por liberaciones unilaterales. Al realizar el gobierno el primer gesto, la pelota quedaba en el tejado de la guerrilla. Pero ni las FARC ni la opinión pública vieron con buenos ojos la maniobra presidencial y los familiares de los secuestrados, encabezados por Moncayo, siguen exigiendo una salida negociada al problema.

     La postura del Presidente Uribe en relación con los rehenes no es sino un corolario de su planteamiento general sobre el tema de la guerrilla: la solución del problema es exclusivamente militar, hay que derrotar a la guerrilla por la fuerza de las armas.

     Sin embargo, la actitud del Presidente es radicalmente distinta en el caso de otro de los actores del conflicto armado: las fuerzas paramilitares. Y eso a pesar de que estos grupos irregulares han cometido atrocidades de magnitud similar a las de la guerrilla: asesinatos en masa de civiles, extorsiones, secuestros, vinculación con el narcotráfico...

     El eje de la política gubernamental acerca de los paramilitares lo constituye la llamada “Ley de Justicia y Paz”, aprobada en junio de 2005. Esta ley prevé una fuerte reducción de las penas a los paramilitares que se desmovilicen, y amplias posibilidades de libertad condicional sin obligación siquiera por parte de éstos de contribuir al esclarecimiento de la verdad, ni de indemnizar a sus víctimas.

     Durante la visita que Uribe llevó a cabo a España en julio de 2005, Rajoy aplaudió la “Ley de Justicia y Paz” y afirmó que esta norma “transmite a los terroristas un mensaje nítido en el sentido de que su único horizonte es dejarlo”. Habría que ver qué pensaría el actual líder de la oposición de una ley que permitiera a los etarras desmovilizarse exigiéndoles únicamente una manifestación de voluntad de abandonar la organización terrorista, sin obligarles siquiera a confesar sus crímenes, e imponiéndoles unas penas meramente simbólicas.

     En cualquier caso, el gobierno colombiano aparece claramente escorado en el tema del terrorismo según de donde venga: guerra a muerte para la guerrilla y amnistía encubierta para los paramilitares.

     Un hecho que puede ponernos sobre la pista del por qué de esta disparidad de posturas es el fenómeno de la llamada “parapolítica”, que viene ocupando la atención de los medios de comunicación colombianos y extranjeros en los últimos meses. La “parapolítica” hace referencia a los vínculos entre los paramilitares y las autoridades estatales, que la justicia viene investigando y sacando a la luz desde el mes de marzo de este año. Se han puesto de manifiesto más de 100 casos de complicidad entre paramilitares y representantes del Estado. Entre las personas investigadas y/o acusadas se encuentran el Presidente de la Cámara de Representantes, por lo menos 10 congresistas y media docena de senadores. Esta complicidad no sólo adopta la forma de ayuda de las autoridades a la formación y mantenimiento de los grupos paramilitares, sino también y sobre todo de financiación y apoyo por parte de éstos a las campañas de los políticos. No en vano uno de los máximos jefes “paras” manifestó en una ocasión que el 30% de los diputados del congreso eran “suyos”.

     El propio Presidente Uribe ha sido acusado por el senador Petro de vínculos directos con los paramilitares. De hecho, de todos es sabido que cuando Uribe era gobernador de Antioquia fundó unas unidades de autodefensa denominadas “Convivir” y que estas unidades se convirtieron en grupos paramilitares o establecieron vínculos con dichos grupos.

     Así pues, el fenómeno de la parapolítica pone claramente de manifiesto que la diferencia de actitud en relación con la guerrilla y los paramilitares viene dada porque el Presidente y la mayoría de los legisladores consideran que los guerrilleros son los enemigos, mientras que los “paras” son “de los nuestros”. Esa es la razón por la que los “terroristas paramilitares” saldrán de ésta prácticamente impunes, mientras que a los “terroristas guerrilleros” sólo les espera una guerra sin cuartel.

[José A. Estévez Araújo]

 

 

 

Enfermos mentales, discapacitados y orden público

Por Joaquín Dodero Curtani

     Una reciente intervención de los “Mossos d’Esquadra” en una “crisis” de un enfermo esquizofrénico se saldó con la muerte del mismo, causándole, a su vez, heridas de bala al padre del fallecido.

     El interés periodístico sobre el suceso, según puede comprobarse en la crónica de los hechos recogida por los diferentes medios de comunicación, se centró en comprobar si la muerte del enfermo fue o no un acto de legítima defensa de la policía y sobre los antecedentes policiales del enfermo.

     Al parecer, no hay nuevos motivos de preocupación que añadir acerca de la impecable y eficaz actuación de los Mossos: la muerte se produjo tras una cadena de rocambolescos sucesos: un policía resbaló al tratar de reducir al enfermo, cayéndose al suelo, momento en el que el enfermo se le abalanzó provisto de un pico, por lo que aquél procedió a repeler la agresión mediante el uso del arma ?esta vez, a diferencia del caso de las manifestaciones de “okupas”? reglamentaria.

     Poco más que añadir según el brillante criterio de nuestra audaz clase periodística: como el enfermo tenía antecedentes policiales, al parecer estaba sentenciado de antemano. Caso cerrado, con un lacónico y recurrente epílogo: “la muerte del enfermo fue el fruto de un desgraciado y lamentable suceso”. Ni una sola investigación sobre la actuación y el por qué fueron apartados del primer plano del escenario de los hechos los servicios de urgencias médicas, ni indagación alguna sobre el estado y el funcionamiento de la red de servicios de salud mental para enfermos crónicos.

     La pasividad absoluta ha sido la respuesta de la clase política catalana. Me refiero tanto a los responsables políticos de Interior y Salud, como a la oposición. Ni una sola declaración, investigación o iniciativa sobre lo acaecido. La muerte del enfermo no parece suscitarles ninguna reflexión política, ni tan siquiera una sombra de duda sobre el funcionamiento de los servicios públicos de salud mental, lo acertado del tratamiento que reciben las crisis de los enfermos mentales crónicos y lo adecuado de los sistemas de prevención de las mismas. Pasados unos meses del suceso, la “Sindicatura de Greuges” ha denunciado las carencias de la atención en salud mental en Cataluña, sin que de momento se conozca respuesta pública alguna de la Consellera de Salut.

     Como en casos similares, los únicos obligados a aceptar el fracaso de la actuación de los poderes públicos ?admitamos que la muerte del enfermo es un fracaso? serán sus familiares. También, como ya es costumbre social arraigada en este tipo de sucesos, las asociaciones de familiares de enfermos mentales y algunos psiquiatras de la red pública han sido los únicos en proponer al Conseller Saura medidas para evitar la repetición de hechos similares.

     Al parecer, un criterio tan ecosocialista como el de la normalidad que ha presidido las 702 intervenciones en casos similares a lo largo del 2006, y por lo tanto la falta de justificación del coste económico de las medidas propuestas, es el que ha empujado al Conseller de Interior a rechazar la adopción de medidas tan razonables como la revisión del protocolo de actuación de la policía en estos casos, la necesidad de una formación específica de los “mossos” que deban intervenir en este tipo de casos (analizado su Programa de actividades formativas, se puede comprobar que no hay un solo curso sobre esta materia) y la eliminación de los uniformes de policía y logotipos de los coches policiales en este tipo de casos, ya que está comprobado que estos signos externos aumentan la agresividad de los enfermos mentales en crisis.


     Los enfermos mentales crónicos, los discapacitados mentales y sus familiares pueden estar tranquilos: en casos similares los poderes públicos, catalanes y españoles, tienen al menos dos soluciones que ofrecerles: o bien la intervención de la policía, con el riesgo de desenlaces tan desafortunados como el que nos ocupa ?que no es un hecho singular de la policía catalana, basta leer la crónica diaria de sucesos para cerciorarse de ello? o bien la cárcel.

     Según datos aportados en el VI Congreso nacional de sanidad penitenciaria organizado por la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria, celebrando en noviembre de 2006, el 8% de la población reclusa (65.066 presos el año 2006) padece una enfermedad mental grave y el 40% tiene trastornos mentales y de personalidad. Igualmente, según reconocía la Directora General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio de Justicia al periódico ABC en noviembre del 2006, en las cárceles españolas hay más de 700 discapacitados mentales, 200 de ellos con más del 65% de discapacidad (según datos en poder del Ministerio de Justicia incluso hay casos del 98% de discapacidad).

     La Directora General subrayaba la causa: “las comunidades autónomas cerraron los psiquiátricos, y los discapacitados psíquicos están en la calle hasta que montan una gorda. No hay un sitio dónde mandarles. Desde luego, el lugar para estas personas no es un centro penitenciario, pero están mejor atendidos y cuidados que en la calle”.

     En Cataluña, según se reconoce en un folleto del Departamento de Salud, el 0,77% de la población reclusa de las cárceles catalanas es discapacitada mental. La Conselleria de Justicia no dispone de datos sobre enfermedad mental y población reclusa, y si los tiene, no son de conocimiento público, según ha podido comprobar quien escribe estas letras. En su Centre d’Estudis Jurídics no hay estadística alguna sobre esta materia, salvo un estudio de Centre de Menors “l’Alzina”, el cual demuestra que el 80% de los allí recluidos tienen importantes problemas de salud mental.

     Así, la falta de una red de servicios de salud con recursos y calidad adecuada, amenaza con convertir los problemas de salud mental y la población con enfermedades mentales crónicas, es decir un grave problema social, en problemas de orden público que recibirán un tratamiento de orden público.

     Algo más se debería estar haciendo desde la “política” para enfrentamos a un problema social que irá en aumento en los próximos años, ya que las proyecciones de la OMS estiman que el año 2020 el 25% de la población mundial estará afectada por problemas de salud mental.

     Los apologistas del estado de derecho y sus soluciones deberán reconocer que frente a los casos de enfermos mentales crónicos y personas con discapacidades, el estado de derecho, la actuación del poder judicial y la utilización del sistema penitenciario no son la panacea, pues plantean unos cuantos rotos y no pocos descosidos: como ha reconocido la Fiscalía General del Estado en su memoria anual, “el delincuente enfermo mental plantea problemas de muy difícil solución no sólo en lo que se refiere al enjuiciamiento de su conducta y valoración de su imputabilidad, sino también en lo relativo a la selección de la reacción penal que su conducta merece y a la ejecución de la pena o medida de seguridad que en su caso le corresponda cumplir”.

     Por todo ello, las soluciones deberán buscarse en el terreno de las políticas sociales, y los poderes públicos deberían remediar con urgencia las carencias de la precaria red de servicios de salud mental pública, dotándola de más plazas para ingresos hospitalarios de larga estancia, mas recursos comunitarios, de pisos asistidos para enfermos crónicos, servicios de atención domiciliaria a enfermos crónicos, incremento del número de equipos psicoterapéuticos (tanto los dirigidos a adultos, como los dirigidos a niños y jóvenes), centros rehabilitadores y servicios de reinserción sociolaboral para enfermos mentales crónicos, tal como demandan, entre otros muchos, la “Associació de Familiars de Malalts Mentals de Catalunya”, la Asociación Española de Neuropsiquiatría, el Síndic de Greuges, el Defensor del Pueblo español y el Defensor del pueblo andaluz.

     Una ingente labor que requiere una inversión pública importante, ya que supone cumplir con retraso las prescripciones del artículo 20 de la Ley General de Sanidad de 1986 para hacer efectiva la plena integración de las actuaciones relativas a la salud mental en el sistema sanitario general y de la total equiparación del enfermo mental a las demás personas que requieran servicios sanitarios y sociales, es decir, hacer efectivo a todos los ciudadanos el derecho a la protección de la salud reconocido por el articulo 43 de nuestro Constitución, de cuyo ejercicio resultan excluidos los enfermos y discapacitados mentales por falta de recursos.

 

 

La biblioteca de Babel

 

John Steinbeck
Los vagabundos de la cosecha
Traducción de Marta Alcaraz Bargueño.
Libros del Asteroide, Barcelona, 2007 (1ª edición en inglés 1936).

     Durante los meses de verano de 1936, John Steinbeck escribió una serie de reportajes para The San Francisco News sobre la vida de los temporeros que trabajan en la cosecha de las grandes explotaciones agrícolas de California. Estos inmigrantes eran norteamericanos procedentes del Medio Oeste que, arruinados, habían tenido que vender sus granjas y buscar trabajo como jornaleros. Cerca de ciento cincuenta mil personas vagaban por aquellos días en las carreteras californianas en busca de empleo. Steinbeck se inspiró posteriormente en el drama de aquellas familias para escribir Las uvas de la ira, su más reconocida novela. En los artículos que componen Los vagabundos de la cosecha describió las condiciones de vida y los estados de ánimo de aquellos trabajadores, prestando una especial atención al proceso de degradación y a la paulatina pérdida de dignidad que estaban sufriendo.

     Steinbeck analizó también las causas que estaban generando aquella situación, describiendo con claridad las características de un modelo agrícola que requería constantemente de una mano de obra barata siempre en condiciones de vulnerabilidad: “La singular naturaleza de la agricultura de California depende de estos temporeros y de sus continuos desplazamientos” (pág. 4). Anteriormente, los grandes empresarios agrícolas habían empleado inmigrantes de origen extranjero. Primero fueron chinos, luego japoneses, más tarde mexicanos y después filipinos; hasta que llegó el turno a los granjeros arruinados de Oklahoma, Nebraska y algunas partes de Kansas. La historia se repetía cíclicamente: cuando los trabajadores empezaban a organizarse y a defender sus derechos eran expulsados y sustituidos por inmigrantes de otro lugar. Y Steinbeck alertó certeramente de qué problemas conllevaría el mantenimiento de este modelo agrícola: “si (...) nuestra agricultura depende de la creación y

mantenimiento a cualquier precio de una masa de braceros explotados, no nos quedará más remedio que aceptar que la agricultura de California es económicamente insostenible en un sistema democrático. Y si para nuestra seguridad económica tenemos que recurrir al matonismo, si debemos cercenar los derechos humanos, si recurrimos a los castigos físicos, a los asesinatos a manos de ayudantes de sheriff y a los secuestros, si nos negamos a la presencia de un jurado en los juicios, sólo nos quedará admitir que en California la democracia está desvaneciéndose” (pág. 85). Y Steinbeck cerró la serie de reportajes con una llamada de alarma: “Hará falta que la clase media, los trabajadores, los maestros, los artesanos y los profesionales liberales se unan en una militancia siempre vigilante para luchar contra esa filosofía social explotadora y para preservar el gobierno democrático en este estado” (pág. 86).

     La situación actual del campo californiano sigue siendo parecida en muchos aspectos, aunque de nuevo sus trabajadores sean mexicanos y centroamericanos. Pero no sólo ahí, la agricultura industrial en todo el mundo sigue fundamentándose en el recurso a mano de obra muy mal pagada en situaciones de extrema precariedad. Democracia y agricultura industrial continúan contrapuestas.

     Con Los vagabundos de la cosecha Steinbeck describió la vida de aquella pobre gente con respeto y estima. Y según recuerda Eduardo Jordá en su prólogo, sentenció: “Un escritor sólo puede escribir sobre aquello que admira. Y los reyes de hoy en día no son interesantes, los dioses se han ido de vacaciones y los únicos héroes que nos quedan son los científicos y los pobres” (pág. xx).

[Ernest Cañada]

 

Antonio Antón
El devenir del sindicalismo y la cuestión juvenil,
Talasa, Madrid, 2006, 223 págs.

    Una encuesta de 2005 del CIS sobre la juventud española aportaba los siguientes datos estadísticos: de las personas ocupadas cuya edad estaba comprendida en la franja de 16 a 24 años, el 5.3% estaban afiliadas a algún sindicato; en la franja de 25 a 29 años, el 10.2%, llegando al máximo del 23.3% en la franja de 55 y más años.

     Si se tiene en cuenta el nivel de estudios, la tasa de afiliación más elevada corresponde al grupo con un nivel de estudios universitarios. También corresponden a este grupo los mejores resultados en cuanto al conocimiento sobre la actividad sindical.

     Por sectores de actividad, los sectores que tienen un mayor índice de afiliación son (según la fuente citada): Administraciones públicas (34.7%), Educación (29%), Actividades sanitarias y veterinarias (28,1%), Intermediación financiera (27.4%), etc. Los sectores con menor afiliación son: Personal que presta servicios domésticos (3.6%) y Construcción (6.9%).

     El libro de Antonio Antón aborda la situación actual del sindicalismo español, utilizando para ello distintas fuentes, entre otras la encuesta apuntada. Se sitúa cronológicamente en los años 70 para, después de explicar las distintas fases que ha atravesado el sindicalismo, llegar al periodo actual. Junto a las situaciones coyunturales explica las grandes cuestiones de fondo que han de afrontar las organizaciones sindicales. Entre ellas, la relación entre los biográficamente hoy jóvenes y los sindicatos.

     Se trata de un estudio, en ocasiones repetitivo, que contribuye a hacer dos cosas relevantes: formarse una idea de la discusión teórica acerca de la situación actual de los sindicatos y de cuál será y/o ha de ser su evolución futura y, en su caso, plantear, como resultado de esta discusión, cuáles han de ser la líneas de acción sindical a desarrollar.

[Antonio Madrid]

 

 

 

Devedeando, que es gerundio

 

Pino Solanas. Cameo, Barcelona, 2006
Memoria del saqueo (2004) y La dignidad de los nadies (2005)
Barcelona, 2006.

     Estas dos películas son una. Memoria del saqueo es la pormenorizada descripción de la oleada neoliberal en Argentina hasta el 20 de diciembre de 2001, en que el pueblo se hartó, se movilizó y se marcó un tanto haciendo dimitir al presidente. La segunda, La dignidad de los nadies, parte de esa victoria popular, y sirve para buscar los puntos de resistencia que pueden hacer un mañana más esperanzador: de los comedores populares a una fábrica ocupada, pasando por un hospital que sale a la calle a pedir medicamentos (porque no los tiene para los indigentes). La primera es austera (como La hora de los hornos, vamos). La segunda, digámoslo claro, te va a joder. Llorarás. ¡Vaya si llorarás! De rabia y de alegría. Llorarás de rabia cuando veas cómo malviven los argentinos –¡Ah!, ¿pero se trata sólo de

argentinos?— que no son políticamente nada; los argentinos que protagonizan esta película militante: como los ha bautizado Solanas, los nadie. Llorarás de empatía, cuando veas que los humillados y ofendidos se unen en un movimiento imparable. Llorarás en vez de reír, porque tú eres un compatriota de los beneficiaros del saqueo: ¿no te suenan Repsol o Telefónica? A los argentinos también, pero como saqueadores y ladrones de su riqueza nacional, como multinacionales ávidas de dinero fácil. Ahora, límpiate los mocos. Y dime: ¿que haces tú contra la mundialización? Porque ver buenas películas —como éstas— no basta. Que lo sepas.-

Fray Metralla, secretario general de la Oficina Soviética para el Cine.

 

Manuel Octavio Gómez
La primera carga al machete (1969)
La Laguna, 2007.

     ¿El Vietnam del siglo XIX? ¡Pues Cuba, como no! A ver, ¿cuál si no? O séase que esta película cumple varias funciones: la de verla en casa, la de verla entre varios en un cineclub (quedan, ¿no?), o dedicarle un trabajo universitario para historia de América o historia del arte. Historia de América, porque trata de uno de los acontecimientos más del comienzo de Guerra de los Diez Años (1868-1878) entre la imperial España y la sometida Cuba. Nosotros, que somos antiimperialistas, nos pegamos un hartón de reír al ver el careto que pusieron los españolitos cuando vieron a los negros armados con un machete dispuestos a dejarlos para el arrastre en tres tajos (los de la caña de azúcar, claro). Historia del Cine, porque esta película fue un aldabonazo mundial. Ahora, que la culpa es del director de

fotografía, Jorge Herrera, fijo. Por de pronto, utilizó película de alto contraste (en España, negativo de sonido) y sin preocuparle lo más mínimo dónde ponía la iluminación y dónde quedaban las sombras. O sea, lo convencionalmente iluminado quedaba a oscuras y viceversa. Además, cogió la cámara y se metió entre los actores, venga a mover la cámara. El resultado es de una novedad estética estallante. El espectador bienpensante flipa, y sorprendido, exclama: “¿Pero esto qué es?”. Pues sí, ha acertado: esto es una película revolucionaria, donde el qué y el cómo van de consuno. Lo malo, niños, es que hoy sigue siendo igual de revolucionaria. ¡Tiempos éstos, que una obra revolucionaria sigue siendo igual de revulsiva cuarenta años más tarde!.-

La Puri (Oficina Soviética para el Cine).

 

 

 

Foro de webs

Greenpeace España
         www.greenpeace.es

Informe anual 2006

http://www.greenpeace.es/informeanual2006.pdf

     Resumen de la actividad realizada en 2006 por la organización ecologista, que cuenta ya con más de 94.000 socios. Destaca la información sobre las campañas en materia de aguas, bosques, cambio climático, costas, desarme, energía, antinuclear, océanos, tóxcos y transgénicos.

Incendiarios. El perfil de los que queman el bosque en España

http://www.greenpeace.es/incendiarios.pdf

     Amplio estudio sobre la tipología del incendiario de bosques que indaga en la causalidad de este grave delito y pone de manifiesto la insuficiencia de los medios periciales y judiciales del estado para la persecución del mismo.

Destrucción a toda costa. Informe sobre la situación del litoral español. Junio 2007.

http://www.greenpeace.es/destrucci-n-a-toda-cos.pdf

     Reflexión repleta de sugerencias sobre las iniciativas políticas y legales que podrían emprenderse para frenar la destrucción del litoral español. Contiene un análisis del problema por comunidades autónomas, un apartado específico dedicado a la corrupción urbanística y otro a los efectos del cambio climático sobre la costa.


PÁGINAS-AMIGAS
Nómadas
Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas

www.ucm.es/info/nomadas
El Viejo Topo
www.elviejotopo.com
La Insignia-
www.lainsignia.org

 

 

 

Revista mientras tanto

Contenido del número 101

 mientras tanto
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Invierno 2007

101

NOTAS EDITORIALES
El proyecto de Ley de Memoria histórica
Quim Sempere
Corrupción y delincuencia económica
Albert Recio

ARTÍCULOS
LAS RAZONES DEL TERRORISMO ‘GLOBAL’
Danilo Zolo

CÉSARES AMERICANOS Y CATONES ISLÁMICOS
Domenico Losurdo

ESTADOS UNIDOS SABE MATAR, PERO MATA MEJOR CON BOMBAS DE URANIO
Ernesto Carmona

LAS OTRAS VIOLENCIAS EN EL MUNDO, UN RETO PARA EL MOVIMIENTO POR LA PAZ
Tica Font

LA GRAN MURALLA. ALGUNAS TESIS SOBRE EL CAPITALISMO GLOBALIZADO EN CHINA
Ángel Zaragoza

EL VIETNAM HACIA DENTRO
Giaime Pala

SOBERANÍA ALIMENTARIA
Ernest Cañada

SOBRE LA PENA DE MUERTE
Karl Marx

DOCUMENTO
CÓMO DESMONTAR LOS CUATRO PILARES DEL NEOLIBERALISMO Y CON QUÉ SUSTITUIRLOS

Discurso de Álvaro García Linera


CITA

 

mientras tanto bitartean mientras tanto mentrestant
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Contenido del número 102

 mientras tanto
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Primavera 2007

102

NOTAS EDITORIALES
Capitalismo intangible
A. Recio
Memoria democrática o memoria fascista
X. Doménech
¿Un doctorado en crímenes de guerra y daños colaterales?
J. L. Gordillo

ARTÍCULOS
EL ORIGEN NORTEAMERICANO DE LA IDEOLOGÍA DEL TERCER REICH
Domenico Losurdo

LA CABEZA DE JANO. EL DERECHO DE EXCEPCIÓN NORTEAMERICANO EN EL PRIMER MANDATO DE GEORGE BUSH
Ramón Campderrich

NUEVO CAPITALISMO, PRISIÓN Y LÓGICAS DEL CASTIGO
Brandáriz García

LA PROPIEDAD INTELECTUAL DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL: UNA CRÍTICA AL MODELO VIGENTE
Eduardo Melero Alonso

LA CONSTRUCCIÓN POLÍTICA Y JURÍDICA DEL GÉNERO. REFLEXIONES DESDE UNA PERSPECTIVA INCLUSIVA
Antonio Giménez Merino


EDUCAR COMO TAREA POLÍTICA
José Manuel Barreal San Martín y
Manuel García-Morán Escobedo

RESEÑA
Pedro de la Llosa, 'Retratos plumistas',
Pepe Gutiérrez

 

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